Por MARCOS ALEMÁN y MEGAN JANETSKY undefined
SAN SALVADOR (AP) — El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, propuso el domingo un canje de prisioneros con Venezuela, sugiriendo que intercambiaría a los venezolanos deportados de Estados Unidos que su gobierno mantiene encarcelados por quienes denominó «presos políticos» en Venezuela.
En una publicación en la red social X, antes Twitter, Bukele enumeró a varios familiares de figuras de la oposición de alto nivel en Venezuela, periodistas y activistas detenidos durante la represión electoral del gobierno el año pasado.
«La única razón por la que están encarcelados es por haberse opuesto a usted y a sus fraudes electorales», escribió Bukele, refiriéndose al presidente venezolano Nicolás Maduro. «Sin embargo, quiero proponerle un acuerdo humanitario que contemple la repatriación del 100 % de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico (252) de los miles de presos políticos que usted mantiene».
El presidente salvadoreño explicó que la cancillería enviará a Venezuela la correspondencia formal para concretar el acuerdo humanitario.
En respuesta, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, afirmó el domingo que la declaración de Bukele «demuestra que estos ciudadanos están secuestrados a disposición unilateral de un sujeto al margen de la ley que pública y comunicacionalmente le expresa al planeta que él, de forma tiránica, decide quién puede gozar o no de vida y libertad en El Salvador».
«El tratamiento que están recibiendo los venezolanos en Estados Unidos y El Salvador, constituye una grave violación del derecho internacional de los derechos humanos y constituye un crimen de lesa humanidad que imita las repugnantes prácticas nazis de mitad de siglo XX», destacó Saab, un cercano aliado del presidente Nicolás Maduro.
Añadió que se dispone a enviar comunicaciones al fiscal general de El Salvador y a la Corte Suprema de ese país interpelándolos sobre las detenciones, entre ellas si han tenido acceso a un abogado. Además, exigió al gobierno de Bukele que proporcione «la lista completa con las identificaciones de todos los secuestrados y su estatus judicial».
El gobierno salvadoreño mantiene en una cárcel de máxima seguridad al grupo de venezolanos, entre ellos presuntos criminales de la pandilla Tren de Aragua y a migrantes irregulares deportados por Estados Unidos desde el 15 de marzo. Human Rights Watch acusó recientemente a Estados Unidos y El Salvador de la desaparición y detención arbitraria de venezolanos deportados y denunció que las autoridades salvadoreñas y estadounidenses no han dado información a los familiares del paradero de los deportados.
A cambio de repatriar a los 252 venezolanos, Bukele pide a Maduro que libere a «Rafael Tudares, yerno de Edmundo González; el periodista Roland Carreño; la abogada y activista Rocío San Miguel; la señora Corina Parisca de Machado, madre de (la líder opositora) María Corina Machado, a quien amedrentan a diario y le sabotean el acceso a servicios básicos como la luz y el agua; así como los cuatro dirigentes políticos asilados en la embajada de Argentina y otros venezolanos presos políticos».
Bukele plantea que el acuerdo también incluiría «los casi 50 ciudadanos detenidos de otras nacionalidades: estadounidense, alemana, dominicana, argentina, boliviana, israelí, chilena, colombiana, ecuatoriana, española, francesa, guyanesa, neerlandesa, iraní, italiana, libanesa, mexicana, peruana, puertorriqueña, ucraniana, uruguaya, portuguesa y checa».
Esto ocurre mientras El Salvador se encuentra bajo un intenso escrutinio internacional por aceptar a venezolanos deportados por la administración de Donald Trump, que los acusó de ser presuntos pandilleros con escasas pruebas. Los deportados se encuentran recluidos en una megaprisión conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), construida por el gobierno de Bukele durante su ofensiva contra las pandillas del país.
La controversia no ha hecho más que continuar tras revelarse que un salvadoreño, Kilmar Abrego García, se encontraba entre los deportados, y han estallado batallas judiciales por su regreso.
Las críticas continuaron el domingo, cuando el arzobispo de El Salvador, José Luis Escobar Alas, instó a Bukele a no permitir que el país centroamericana se convierta en una gran prisión internacional.
A pesar de la controversia, Bukele sostuvo el domingo que todas las personas que ha mantenido en prisión eran parte de una operación contra pandillas, como el Tren de Aragua, en Estados Unidos.
El acuerdo para deportar venezolanos a El Salvador se alcanzó durante una reunión del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, y el presidente Bukele, en febrero.
El mandatario ofreció recibir a los migrantes que Estados Unidos quisiera deportar, independientemente de su nacionalidad, pero pidió a la administración Trump que también envíe a los cabecillas y sicarios de la Mara Salvatrucha que son requeridos en El Salvador.
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Janetsky reportó desde Ciudad de México. El periodista de Associated Press Jorge Rueda contribuyó con este despacho desde Caracas.
Bukele propone a Maduro canje de prisioneros por deportados venezolanos
