Por: Jesús Santander
En un encuentro cargado de fraternidad y simbolismo histórico, los presidentes Vladimir Putin de Rusia y Nicolás Maduro de Venezuela han profundizado su alianza estratégica durante las conmemoraciones del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi y de ocho décadas de relaciones diplomáticas bilaterales. Este acto no solo resalta la importancia de la cooperación entre ambas naciones, sino que también refleja un cambio en el equilibrio de poder global.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó el acuerdo de asociación estratégica firmado por ambos mandatarios el 7 de mayo como «poderoso, significativo e importante». Esto representa para Latinoamérica y el mundo la nueva geopolítica o el nuevo orden mundial. Uno de los ejes centrales de este acuerdo es la creación de una infraestructura financiera independiente que facilite el comercio y la inversión sin depender de sistemas occidentales. Para nuestro Presidente Nicolás Maduro, este mecanismo permitirá «dar un salto a una relación integral» en un momento en que el intercambio comercial bilateral ha crecido un 64% interanual, alcanzando los 200 millones de dólares, cifra que Putin describió como «insuficiente pero prometedora».
En el sector energético, ambos países impulsarán inversiones conjuntas en petróleo, gas y minería, aprovechando la experiencia rusa en tecnología extractiva y la vasta reserva de recursos venezolanos. Además, acordaron intensificar su coordinación en la OPEP+ y en el Foro de Países Exportadores de Gas, plataformas donde Venezuela busca consolidar su rol como actor global en el mercado de hidrocarburos.
Con el crecimiento económico que podría derivarse de estas colaboraciones, se abrirían oportunidades para mejorar las condiciones sociales en Venezuela. La creación de empleos, el acceso a mejor educación y salud, así como programas sociales financiados por inversiones rusas, podrían contribuir a elevar el nivel de vida de la población, como respuesta a la Guerra Económica y persecución aplicada a nuestro Pueblo por parte del Imperialismo norteamericano.
Con la alianza entre Venezuela y Rusia tendremos el potencial para ser motor significativo para el desarrollo económico y social del país. Sin embargo, el éxito de esta colaboración dependerá de una implementación efectiva de los acuerdos alcanzados y de una gestión adecuada de los recursos disponibles.
Otro aspecto crucial para la cooperación binacional es el tecnológico. Venezuela albergará una estación terrestre del sistema de navegación satelital ruso GLONASS, un proyecto que no solo fortalecerá la exploración espacial conjunta, sino que también mejorará las capacidades logísticas y de comunicación en la región. Este avance se complementa con planes de intercambio en investigación científica e innovación tecnológica, áreas donde Rusia ha ofrecido transferencia de conocimiento.
En el ámbito de la seguridad y defensa, el tratado incluye el desarrollo conjunto de capacidades técnico-militares, aunque los detalles específicos se mantienen bajo reserva. El Líder y Presidente Nicolás Maduro destacó que esta colaboración responde a «los ideales de Bolívar y Chávez», mientras que Putin enfatizó que fortalecer la asociación estratégica «responde al interés armónico de ambos pueblos». Esta colaboración también tendrá como prioridad la elaboración de estrategias conjuntas para la lucha contra el terrorismo y el resurgimiento del fascismo internacional, un flagelo que afecta a ambas naciones.
La salud pública también ocupa un lugar prioritario en este nuevo marco de cooperación. Ambos países promoverán la formación médica, el desarrollo de vacunas y proyectos sanitarios, una iniciativa que retoma la cooperación establecida durante la pandemia de COVID-19.
El contexto histórico del encuentro no pasó desapercibido. Maduro rindió tributo al «sacrificio de 27 millones de soviéticos» que «salvaron a Europa y a la humanidad» del fascismo. Putin, por su parte, recordó al expresidente Hugo Chávez como «un líder clave para América Latina», cuyo legado de multipolaridad sigue vigente. Ambos mandatarios condenaron categóricamente el resurgimiento del nazismo y el fascismo en el mundo, reforzando su crítica a las políticas de Occidente y defendiendo un orden internacional «justo y policéntrico». Esta visión se alinea con la integración de Venezuela al grupo BRICS, un movimiento que Lavrov, canciller ruso, vinculó directamente al pensamiento de Chávez.
Fue bajo el mandato del Comandante eterno Hugo Chávez cuando la cooperación alcanzó un «nivel cualitativamente nuevo», según Lavrov. Desde 2019, se han firmado más de 350 acuerdos y realizado 18 comisiones mixtas, cifras que el nuevo tratado busca superar.
Viva Venezuela, Viva Rusia, Viva el mundo sin Imperios.
@jesussantanderL