La primera negociación directa entre las partes en los últimos tres años concluye con ligeros avances que se quedan muy lejos de las expectativas
Rusia y Ucrania se sentaron a negociar cara a cara por primera vez en más de tres años en una cita que había centrado los ojos del mundo en Estambul, pero que no cumplió con las expectativas que había levantado. Con todo, a tenor de las discusiones sobre el formato y la composición de las delegaciones, el cruce de acusaciones e insultos y la acrimonia entre las partes que caracterizaron la jornada del jueves —en la que rusos y ucranios no llegaron siquiera a encontrarse—, el que este viernes hayan sido capaces de llegar a algunos compromisos, si bien menores de lo esperado, supone un ligero avance.