Ted Williams sigue siendo el último bateador de la Liga Americana en alcanzar un promedio de .400, y aunque Aaron Judge presenta ciertas similitudes con la leyenda de los Medias Rojas, los ponches marcan una gran diferencia entre ambos.
Judge lidera las Grandes Ligas con un promedio de bateo de .423 en 34 juegos, superando por 74 puntos a Paul Goldschmidt. Su OPS de 1.287 es idéntico al que Williams registró en 1941, año en que bateó .406. En aquella histórica campaña, Williams promedió un jonrón cada 12.32 turnos al bate, mientras que Judge está conectando uno cada 11.82 en lo que va de temporada.
Sin embargo, Williams solo se ponchó en 27 ocasiones a lo largo de todo 1941, mientras que Judge ya ha acumulado 31 ponches. Su tasa de ponches es del 20.3%, un factor que históricamente ha dificultado la posibilidad de alcanzar un promedio de .400. Desde la era de la bola viva, solo un jugador con una tasa de ponches superior al 20% ha logrado batear por encima de .350: Manny Ramírez, con .351 en el año 2000.
A pesar de los desafíos, existen estrategias que podrían aumentar la probabilidad de alcanzar la marca de .400 en bateo. Entre ellas se destacan:
Reducir el tamaño de la muestra: Las temporadas más cortas tienden a generar estadísticas más extremas, como se vio en los casos de George Brett (.390 en 1980) y Tony Gwynn (.394 en 1994).
Mantener un alto contacto: Dado que un bateador con un 20% de ponches necesita conectar hits en el 50% de sus demás apariciones para mantener un promedio de .400, la consistencia es clave.
Optimizar el BABIP: La capacidad de convertir bolas en juego en imparables ha sido determinante para bateadores históricos como George Sisler, quien registró un BABIP de .422 en 1922 cuando bateó .420.
Aumentar los jonrones: Los cuadrangulares eliminan la posibilidad de outs defensivos y pueden mejorar las métricas generales de bateo. Rod Carew alcanzó un promedio de .388 en 1977 con un BABIP de .408 y 14 jonrones.
Si bien el logro de Williams se mantiene como una hazaña difícil de repetir, la combinación de paciencia en el plato, contacto efectivo y poder podría dar a un bateador moderno la oportunidad de acercarse a la histórica marca.