(Marlene Piña Acosta).- El Instituto educativo ACAPANE, ubicado en el municipio Naguanagua del estado Carabobo, con mas de 50 años al servicio de la educación especial en todos los niveles, espera el apoyo de los entes, tanto del sector público como privado, ante la situación que atraviesa en su infraestructura física y carencia de servicios.
A pesar de las circunstancias, se mantiene puertas abiertas como institución gratuita, sin fines de lucro, situada específicamente en el sector Bárbula, frente al Hospital Ángel Larralde, conocido como Hospital Carabobo.
ACAPANE tiene una población que va desde cero meses hasta la edad adulta con condiciones especiales, y cuenta con espacios administrativos, módulo de servicio de estimulación temprana, rehabilitación psicomotriz, escuela y taller laboral, las cuales no están activas en su mayoría.
En relación a la situación actual, Ayham Al, quien apoya al centro educativo, precisó que la infraestructura está deteriorada. Recordó que en sus orígenes, la institución era un internado, dirigido por monjas, luego pasó a ser parte de la Asociación Venezolana de Educación Católicas (AVEC), y aunque se puede llamar privada, sus servicios los presta de manera gratuita.
Actualmente, el plantel sufrió una disminución drástica de su matrícula, ya que con la situación económica de 2017, los representantes no lograban llevar a sus hijos a este colegio, y luego con la pandemia del Covid19 las clases se realizaban de manera online, con el apoyo de los padres que podían o tenían las condiciones del Internet.
“Luego de la pandemia, el colegio prácticamente quedó aislado y olvidado, las relaciones públicas mermaron drásticamente. En estos momentos la matricula es de 300 estudiantes, pero asisten aproximadamente 51 ó 52, aunque se está tratando de retomar la matrícula”.
Además, precisó que por la ubicación cuesta mucho trasladarse hasta la institución educativa, y muchos de los padres no tienen una situación económica estable, por lo que tienen que elegir entre el transporte o enviarlos con la comida.
Sostuvo que anteriormente los docentes que permanecían en la institución optaron por aportar de su sueldo de 300 bolivares para la alimentación de los alumnos, pero ya no lo pueden hacer en estos momentos
Precisó que desde el punto de vista del espacio, la institución cuenta con seis hectáreas de terreno, y una capilla a la cual le desvalijaron el techo. Citó que las seis hectáreas tienen mucho monte, aunque la Alcaldía de Naguanagua prometió ayudar en esa parte, pero aún no se ha cumplido.
“El instituto anteriormente tenía muchas relaciones con el sector privado que ayudaban con la impermeabilización y con alguna comida, pues el comedor se fue disminuyendo”.
Destacó el trabajo formativo de la institución y citó que a muchos de los alumnos se les mantiene seguimiento, a pesar de ya ser adultos.