(Marlene Piña Acosta- Fotos: Giovanny Zambrano).- Monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Valencia, durante la celebración de la misa con motivo de la solemnidad de Pentecostés y Día del Seminario en Venezuela, invitó a todos a renovarse en el llamado de ser una Iglesia en salida misionera.
«Estamos llamados a ser una Iglesia que es como la casa paterna, donde hay lugar para todos», refirió el prelado en su homilía.
Con una masiva presencia de fieles se celebró la eucaristía que coincidió con la celebración del Día del Seminario en Venezuela, la cual contó con un repertorio musical dirigido por la maestra Ana Virginia Oviedo Arpaia.
La capilla de Nuestra Señora del Socorro permaneció abierta ambientada con hermosos arreglos florales y frente a la venerada imagen la custodia que representa la venida del Espíritu Santo.
En la celebración fueron instituidos como lectores a los jóvenes Adrián Alejandro Vásquez y Enrique Miguel Lara, alumnos del «Seminario Arquidiócesano Nuestra Señora del Socorro», y entre los presentes estuvieron la Cofradía del Espiritu Santo y Nuestra Señora del Socorro, presidida por Marina Giménez de Bencomo, junto a directivos y cofrades.
El prelado citó la lectura del Evangelio de San Juan. «Como el padre me envió también los envió yo», y recordó que el «Señor nos vuelve a decir como el día de su resurrección a sus primeros discipulos».
«Iluminados por el Ministerio de Pentecostés quiero invitarlos a todos, especialmente a los seminaristas, a renovarnos en el llamado de ser una Iglesia en salida misionera, una Iglesia que supera el cómodo criterio pastoral del siempre se ha hecho así, el criterio de la pastoral de la conservación de lo que ya se tiene, y transmitir las verdades de siempre, en un lenguaje nuevo que sea comprensible a todos, de forma que también los hombres y mujeres de nuestro tiempo puedan recibir, a través de los medios de comunicación, de la música y el arte, y de todas las expresiones contemporaneas como en Pentecostés, la novedad del Evangelio».
«Una iglesia que sale al encuentro del que está lejos y que al mismo tiempo tiene la actitud del padre que se queda con las puertas abiertas para que cuando regrese el hijo pródigo sea recibido con los brazos abiertos y pueda entrar sin dificultad».