Hace cinco años, la ginecobstetra de Berkeley, Risa Kagan, ofreció testosterona a mujeres posmenopáusicas con bajo deseo sexual, pero se encontró con una respuesta escasa. Las mujeres temían los efectos secundarios «masculinizantes» como el vello corporal y una voz más grave.
Hoy, la situación ha cambiado drásticamente. Kagan comenta que ahora “todas las pacientes vienen a pedirla”. Influenciadas por las redes sociales, especialmente por las populares cuentas sobre menopausia en Instagram y TikTok, así como por figuras públicas como Kate Winslet, cada vez más mujeres buscan la testosterona para mejorar su bienestar.
No obstante, este entusiasmo cultural ha llevado a algunas imprecisiones sobre el fármaco, advierten los expertos. Aunque se ha demostrado que dosis bajas de testosterona pueden aumentar el deseo sexual con mínimos efectos secundarios, sus beneficios en el estado de ánimo, la cognición, la fuerza muscular y la salud cardiaca suelen ser exagerados.
“La gente está intentando tomar testosterona para todo: se ha convertido en el nuevo medicamento para sentirse bien”, señala Kagan, quien es profesora clínica en la Universidad de California en San Francisco. Pero para cualquier uso más allá de la libido, “los datos no respaldan su eficacia”.
La testosterona es importante para la salud reproductiva en ambos sexos, producida en mujeres principalmente por los ovarios y las glándulas suprarrenales. Sin embargo, la comunidad científica aún investiga su impacto en otros aspectos de la salud femenina.
Para algunas mujeres posmenopáusicas, una dosis baja de testosterona puede mejorar la libido. Sin embargo, la función sexual femenina es compleja y puede verse afectada por múltiples factores. Por ello, muchas mujeres combinan la testosterona con terapia sexual para obtener mejores resultados.
A pesar de los testimonios positivos sobre la energía y el estado de ánimo, los estudios aún no son concluyentes sobre estos beneficios. El placebo ha mostrado efectos similares, lo que podría reflejar el alivio de las mujeres al sentirse escuchadas.
La administración de testosterona en gel es la opción más segura, aunque su acceso es limitado en Estados Unidos debido a la falta de aprobación de la FDA. Las opciones incluyen usar un gel formulado para hombres, obtener un compuesto en farmacias especializadas, o importar un gel de Australia. Ninguna de estas alternativas está cubierta por el seguro.
Los efectos secundarios son raros con dosis adecuadas, pero niveles elevados pueden provocar adelgazamiento del cabello, crecimiento de vello en la cara, voz más grave, acné, y otros problemas. Los expertos desaconsejan el uso de pellets hormonales por sus altos niveles de testosterona y los riesgos asociados.
En general, la testosterona puede mejorar la libido en mujeres posmenopáusicas, pero sus beneficios adicionales y riesgos deben considerarse con cautela.
