Por: Denis Miraldo
Uno de los grandes pilares en la correcta formación de los jóvenes, la alegría del servicio, la excelencia en la educación y la dedicación al ensamble musical de los estudiantes en las espectaculares misas en el Santuario María Auxiliadora ha partido hacia la eternidad, en medio de un profundo pesar en la comunidad salesiana, en los estudiantes, exalumnos y tanta gente que fue testigo de los grandes valores humanos y espirituales del padre Eligio Moretto.
El salesiano de Don Bosco, fue un personaje muy querido y respetado por varias generaciones estudiantiles del colegio ubicado en el Centro Histórico de Valencia, un hombre de gran firmeza, amabilidad y un espíritu joven que le permitió ganarse los corazones tanto de jóvenes como de feligreses.
EMOTIVAS EXEQUIAS EN CARACAS
La despedida de este lunes, declarado Día de Duelo institucional, en el Templo Parroquial María Auxiliadora de Sarría en Caracas fue muy emotiva, con diversas misas de homenajes y la celebración solemne transmitida on line para quienes lel conocieron y que hoy en están en diversos países, mientras que Valencia se preparará para honrarlo en las próximas fechas solemnes para recordar su legado que ha inspirado miles de vidas para el bien, como el caso de la conmemoración de los 155 años de la fundación de la Asociación de María Auxiliadora, este jueves 18 a las cinco de la tarde.
Nacido el 4 de septiembre de 1939, Eligio Moretto fue ordenado sacerdote el 7 de abril de 1971, para cruzar las puertas hacia la eternidad este 12 de abril, luego de cumplir 53 años de su ordenación. En sus últimos años se desempeñó en el Colegio San Francisco de Sales en Sarría y su paso por el Colegio Don Bosco de Valencia entre las décadas de los setenta y ochenta, incluso como director, aun es muy recordado por la enorme influencia en el estudiantado.
José Juan Pacheco, exalumno de la promoción 1983, expresó en un hermoso escrito publicado en las redes sociales de la Asociación de Exalumnos del Colegio Don Bosco de Valencia, unas sentidas palabras que definen la vida del querido padre Moretto:
“Nuestras mentes viajan por las aerolíneas del recuerdo y aterrizan por allá por los finales de los 70’s y se consiguen con un hombre fuerte, de brazos gruesos a pesar de su baja estatura, de una cabellera sumamente escasa, con unos anteojos de cristales verdes, con un rostro de piel muy “rosado sanidad”. Sanidad de cuerpo y de alma. Alimentado con comida balanceada, sin excesos, y con la palabra sagrada y la eucaristía que alimenta al espíritu, como ninguna otra cosa.
APRENDIZAJE DE ALEGRÍA, PASIÓN Y EXCELENCIA
Ese mismo hombre nos hacía reír con sus imitaciones de nuestros bostezos que despedían al sueño de toda una noche y les daban la bienvenida a un nuevo día de clases. De aprendizajes. De compartir y de anécdotas muy de salones llenos de estudiantes.
Pero antes pasábamos al Santuario, a ensayar cantos como a escuchar buenos días. Y este pequeño hombre con una paciencia única, y una insistencia de quien busca lo mejor, la excelencia en el entonar
cantos sea para Dios o para la Virgen, se fajaba desde su órgano a acoplar las voces de cientos de jóvenes entre los 11 y 17 años, en promedio.
Con una entrega de tal manera que hasta nos puso a cantar a dos voces con una fuerza, con un ánimo que solo un pequeño hombre dinamo, como él, podía lograr. A veces tocaba el órgano el padre Scuratto y recuerdo más de una vez haberlo hecho parar, al propio director, para corregir algunos acordes, que para él no estaban en la perfección que se buscaba sin descanso.
A él le debemos esa pasión para interpretar el Gloria, que 45 años después de haberlo aprendido, lo cantamos con una magia que no todo exalumno de colegio católico puede presumir. A él le debemos ese enamoramiento por los signos de puntuación y redacción, que hacen de nuestra ortografía de las mejores, muy por encima del promedio de estudiantes de nuestra época y ni comparar con los de ahora.
DISFRUTAR LA VIDA Y APRENDER SUS SECRETOS
El padre Eligio nos mostró desde adentro todos los nombres y secretos de los símbolos y elementos que componen la celebración de la eucaristía, como el hábito y la vestimenta. Él fue para nosotros esa radiografía católica que muchos desconocen.
En más de una tarde pateó balones en la cancha de fútbol y nos demostró ese vigor y alegría salesiana que provocaba vivir y disfrutar toda una vida a su lado. Porque el padre Moretto nunca aburrió. Quien diga lo contrario. Sólo está mintiendo.
Vuela alto padre a tu puesto en el cielo. Llena de acordes y canciones El Paraíso. Ya Don Bosco y María Auxiliadora habrán salido a recibirte para llevarte con Dios Padre y con Jesús.
Eres para mí la forma en piel de la Salesianidad. Bendícenos. Estamos orgullosísimos de haber pasado por tus manos. Nos volveremos a ver, si Dios quiere. Amén”.
@denismiraldo
