Este viernes habitantes del sector El Samán del municipio Guacara sostuvieron una asamblea vecinal para discutir sobre la problemática del colapsado vertedero El Tigrito y la quema de basura en la localidad.
Denunciaron que en los últimos meses la situación se ha vuelto más ruda para las comunidades cercanas, tras el cierre del vertedero La Guásima, en el municipio Libertador, convirtiendo a El Tigrito en el principal basurero de Carabobo.
Actualmente 9 de las 14 jurisdicciones de la entidad están depositando sus desechos en Guacara, cuando el espacio fue concebido en 2004 para recibir basura únicamente de Guacara, San Joaquín y Mariara, parroquia de Diego Ibarra. “Ese vertedero ya no da para más. Lo que queremos es que cada municipio sea responsable de su basura”, detalló Elizabeth Hernández, vocera vecinal.
Olores nauseabundos y humareda putrefacta es lo que inhalan al menos 40 comunidades del municipio cuando la quema inicia y los vientos arrecian.
Los más perjudicados son los niños, niñas, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad, como la doctora Irma Páez, habitante de El Samán que hace años la señora sufrió afección pulmonar y ahora, con la quema de basura, teme que vuelva a complicarse y sus pulmones no logren ganar la batalla por segunda vez. “Los daños causados a los pulmones por el humo continuo son irreversibles y comprometen la salud de la población más vulnerable”, alertó con preocupación.
La médico cirujano también advirtió que la basura proveniente de centros de salud e industrias están siendo quemados en El Tigrito, violando los protocolos establecidos de incineración sanitaria. “Están trayendo desechos hospitalarios e industriales altamente nocivos que deberían ser manejados de otra forma. Ya basta de respirar humo y vivir tosiendo. No queremos ser La Guásima II”, protestó Páez.
