Hace más de una década la Fundación Reusamas ha estado inmersa en proyectos para mitigar el cambio climático desde Carabobo, logrando ser una de las organizaciones no gubernamentales más sólidas de la entidad en materia ambiental.
A propósito del Día Internacional del Reciclaje, celebrado a nivel mundial cada 17 de mayo, el equipo de Diario la Calle visitó la sede de la ONG en los espacios de la Casa Don Bosco de Valencia, donde la fundación opera desde hace 9 años, después de mudarse del parque Fernando Peñalver.
El director de Reusamas, Luis Cornejo, comentó que el lugar sirve de centro de acopio para material reciclable que luego hace llegar a compañías recicladoras. “Nosotros no hacemos reciclaje porque es un proceso industrial, pero participamos activamente en la cadena, porque servimos de puente entre la comunidad y las empresas”, señaló.
Los materiales acopiados son plástico PET (botellas de agua, refresco, aceite), cartón, papel y vidrio transparente o ámbar (como el de la malta). Cornejo aclaró que actualmente no están recibiendo botellas de vidrio de color verde ni azul, porque no están siendo reciclados en el país.
“Hay una gran deuda ambiental que se está generando con estas botellas verdes y azules porque no se están fabricando en el país, pero sí se están importando”, lamentó.
Consideró que el tema debe ser tomado en serio, sin pretender ser alarmistas al respecto.
“Es algo qué hay que poner sobre la mesa sin que se vea como algo apocalíptico, pero sí como una oportunidad de emprendimiento para la pequeña y mediana industria que podría procesar ese material y utilizarlo para topes de cocina, pisos, granito, o en el mejor de los casos, exportarlo masivamente a países que sí lo necesitan”, consideró.
Cinco escuelas de los municipios Naguanagua y Valencia se han sumado a la iniciativa de Reusamas, para recaudar la mayor cantidad de material PET posible y luego llevarla a la sede. “Son colegios que están cerca y nos avisan cuando tienen los contenedores llenos para irlos a buscar”, dijo Cornejo, con la esperanza que cada vez sean más los centros donde se implemente una política ambiental realista.
“Es algo que no podemos hacer con colegios de San Diego, por ejemplo, porque no están en nuestro rango de acción, pero la idea es que haya centros en ese municipio que también estén articulados con las escuelas, porque ninguna industria va a reciclar plástico contaminado de vertederos”, agregó.
Las 3R
El trabajo de acopio forma parte de uno de los ejes fundamentales de trabajo de la fundación: fortalecer la cultura de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.
En cuanto al programa de la reducción, el activista ambiental detalló que tienen en marcha programas de sensibilización y educación, donde enseñan a jóvenes sobre el consumo responsable. “Aquí enseñamos a cómo disminuir considerablemente los residuos si compramos lo que realmente necesitamos o si tomamos decisiones inteligentes a la hora de comprar”.
La segunda “R”, de reúso, se aplica mediante un taller donde estudiantes de la Casa Don Bosco de entre 10 y 15 años aprenden a darle un nuevo uso al vidrio y el plástico principalmente: desde tejer sillas con material PET, hasta la fabricación de lámparas, vasos, jarrones, cepillos y escobas.
“Los chamos semi- internos de la Casa asisten tres veces por semana en las tardes al taller, donde aprenden destrezas para intervenir los materiales y reciben información de temas ambientales fundamentales como el cambio ambiental, economía circular, el desarrollo sostenible y una cantidad de conceptos que estamos incorporando en ellos para que vean el sentido de trabajar con residuos”, apuntó el director de la organización.
Ese taller se sostiene gracias a la venta de libros usados (cuestan entre $1 y $5) en el programa denominado “Tren del Libro”. “Las personas vienen aquí y hacen sus donativos. Los libros que están en buen estado son seleccionados para la venta, y los que no están en condiciones de uso, se reciclan”, explicó.
Bosque Urbano y Generación Sustentable
La conservación del Bosque Urbano es otra de las líneas de trabajo de Reusamas, en el que se pretende cuidar los árboles de los espacios públicos. “Ya en el parque Peñalver tenemos varios árboles identificados, al igual que en Jardín Botánico de Naguanagua. La idea en estos meses es continuar avanzando con esta acción concreta”, aseveró.
La última iniciativa a la que se sumó la fundación fue a la “Generación Sustentable”, un proyecto cofinanciado por la Unión Europea y en el que participan también la Fundación Tierra Viva y Redsoc. “Estamos arrancando y va a tener una duración de 3 años aproximadamente. Cada organización va a trabajar en su nicho y nuestro hilo conductor son los jóvenes entre 15 y 29 años”.
El aporte de Reusamas será a través de la ejecución de ciclos formativos de emprendimiento ecológico. “Son ciclos de tres talleres donde hay una sesión teórica, una sesión práctica y otra de interpretación de la naturaleza”.
Las primeras dos cortes recibirán su certificado el próximo domingo 4 de junio, previo al Día del Medio Ambiente.
Comunidades motivadas
Uno de los deseos de Cornejo es que se expanda la red de acción ambientalista en el estado Carabobo. Aseguró que desde Reusamas están dispuestos a brindar el apoyo a activistas y eco emprendedores para que formen sus propios talleres de reúso desde sus comunidades.
Recomendó a las nuevas iniciativas arrancar desde lo factible, optimizando los recursos geográficamente en alianza con las comunidades.
“El éxito de nuestras propuestas es que tenemos causas muy obvias y comprobables que apoyamos con todo el esfuerzo que hace la gente. Cuando vienen acá y ven que la botella que trajeron ahora es un objeto útil, se motivan. Por eso siempre invito a que busquen la forma de aliarse con una causa, para que les sirva de motivación a la comunidad”, comentó.
