Nashua López F.
La migración venezolana se ha extendido y con ella todo un abanico de situaciones e historias que marcaron la vida de miles de familias de la nación, tanto con la muerte de seres queridos, como con desapariciones que hasta el momento no apuntan a diferentes desenlaces que no sea la posible muerte de estas personas.
La frontera colombo-venezolana notoriamente es una de las más movidas y peligrosas de todo el continente americano superada solo por la frontera de México-EE.UU, a raíz de la escandalosa migración que atravesó Venezuela durante los años del 2016 al 2020 con las cifras más altas según las estadísticas, la vulnerabilidad de los ciudadanos específicamente venezolanos se hizo más grande ante el desconocimiento del entorno, la desesperación por salir del país, la corrupción de algunos efectivos de orden público de ambas naciones y la delincuencia desatada en la zona atribuidas a reconocidas bandas delictivas en el territorio nacional. Escenario idóneo para cualquier cantidad de secuestros, asesinatos, robos, extorciones entre otros delitos.
La violencia en la frontera colombo venezolana ha sido una realidad desde hace varias décadas, sin embargo parece un tema que años atrás no llegaba al centro del país, no obstante con el aumento de personas que atraviesan la zona actualmente sea por comercio o fines migratorios pues la realidad cambió. El pasado domingo 7 de Mayo en la población de El Cují, municipio Pedro María Ureña del estado Táchira, explotó una granada que dejó al menos 11 personas heridas, el artefacto fue arrojado en los espacios del pool “Ezequiel” por dos hombres a bordo de una motocicleta. Dos de los heridos son de nacionalidad colombiana, quienes fueron trasladados a esa nación de inmediato para ser atendidos, todos presentaron heridas en sus extremidades por la explosión, acontecimiento que provocó la militarización del estado Táchira con más de 1.300 efectivos militares y policiales específicamente en el municipio de Ureña frontera con Cúcuta, Colombia.
Freddy Bernal gobernador en ejercicio del estado Táchira declaró que en la entidad operan estructuras guerrilleras como el Ejército de Liberación Nacional “ELN” con 12 campamentos, disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “FARC” con 3, Narcotraficantes del Clan del Golfo, con tres estructuras también, y el Ejército Popular de Liberación con una, esto en una frontera de 2.200 kilómetros.
Adicionalmente a estos se le suman 45 grupos paramilitares instalados en el Norte de Santander , territorio colombiano, quienes intentan tomar el control de parte del territorio nacional manejando la frontera, por su parte del lado venezolano existen 26 grupos delictivos del denominado “Tren de Aragua” instalados en la frontera y expandidos a países como Colombia, Perú y Chile.
De acuerdo a la información oficial miles de millones de dólares transitan por las conocidas trochas colombo-venezolanas bajo el manejo particular de los grupos antes identificados dedicados al contrabando entre otros, situación que hace realmente peligrosa el paso de ciudadanos por estos caminos sin ningún tipo de control por parte de las autoridades tanto de Venezuela como de Colombia. Recientemente los gobiernos de ambas naciones acordaron proporcionar mecanismos institucionales para localizar cadáveres en este caso de uno de los conflictos armados activos y conocidos por la prensa nacional e internacional, después de que el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso dijera que las Autodefensas Unidas de Colombia “AUC” arrojaron 200 cuerpos de personas asesinadas del lado venezolano tras la destrucción de un horno crematorio que manejaban éstos para desaparecer rastros por completo de cualquier persona que ellos mataran.
A diario se encuentran cadáveres en los diferentes puntos fronterizos controlados por grupos irregulares
Desde el pasado año 2015 han desaparecido al menos unas 500 personas en las trochas entre Venezuela y Colombia, de acuerdo a las cifras manejadas por el activista Walter Márquez quien también es Director General del Comité Internacional contra la impunidad en Venezuela “Ciciven”.
Sin embargo es posible que la cifra sea aún mayor pues estos números son solo los notificados ante los organismos competentes, mientras que la clandestinidad también se hace presente en esta historia ya sea por lazos existentes entre ciudadanos y los diferentes grupos delictivos, o por temor de represalias ante cualquier denuncia y amenaza por parte de familiares.
Mientras que los viajeros que no estén al tanto de los requerimientos oficiales para ingresar a territorio colombiano son presa fácil para caer en manos de “trocheros”
Basta con solo llegar a la ciudad de San Cristóbal para sentir el cambio social al que se exponen ciudadanos de los diferentes estados de Venezuela, esto a pesar de seguir en territorio nacional, marcando un escenario donde las personas son realmente vulnerables ante la extorsión por medio de engaños relacionados con los requerimientos para entrar o salir del país, siendo esta la modalidad más común usada por éstos grupos para conseguir dinero, quienes abordan a los transeúntes una vez identificados y les dicen que no pueden cruzar el Puente Internacional Simón Bolívar por cualquier causa, convenciéndolos así de cruzar por las distintas trochas “unas más peligrosas que otras, manejadas por paramilitares y delincuencia organizada y sin ningún tipo de garantía de vida” y pagando las cantidades acordadas de acuerdo al caso.
Es por ello que las autoridades de Colombia y Venezuela hicieron un llamado a los ciudadanos a cruzar la frontera por los puentes internacionales abiertos y habilitados para el paso de transeúntes de ambas naciones, solamente con la cédula de identidad en el caso de los venezolanos que quieran ingresar a territorio colombiano, o con pasaporte y así no caer en manos de personas inescrupulosas que ponen en riesgo la vida de los viajeros.
