Por MARK SHERMAN Associated Press
WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente Donald Trump solicitó el viernes a la Corte Suprema que suspenda una orden judicial para reinstaurar a los empleados del Departamento de Educación afectados por los despidos masivos que forman parte de su plan para desmantelar la agencia.
En la apelación de emergencia del Departamento de Justicia al máximo tribunal se indica que el juez federal de distrito, Myong Joun, con sede en Boston, excedió su autoridad el mes pasado cuando emitió una orden judicial preliminar que revocaba los despidos de casi 1.400 personas y ponía en pausa el plan general.
La orden de Joun ha bloqueado una de las mayores promesas de campaña del presidente republicano y, en los hechos, ha detenido el esfuerzo por desmantelar el departamento. Un tribunal federal de apelaciones se negó a suspender la orden mientras la administración apelaba.
El juez escribió que los despidos «probablemente paralizarán el departamento».
Sin embargo, el procurador general D. John Sauer escribió el viernes que Joun sustituía las preferencias políticas del gobierno de Trump con las suyas propias.
Los despidos contribuyen a implementar la «política de simplificación del departamento y eliminación de funciones discrecionales que, en opinión de la administración, es mejor dejar a los estados», escribió Sauer.
También señaló que, en abril, la Corte Suprema decidió, con una votación de 5 a 4, bloquear la orden anterior de Joun que buscaba mantener en vigor las subvenciones de capacitación docente del Departamento de Educación.
El caso actual se relaciona con dos demandas consolidadas, según las cuales el plan de Trump equivalía a un cierre ilegal del Departamento de Educación.
Una demanda fue presentada por los distritos escolares de Somerville y Easthampton en Massachusetts junto con la Federación Estadounidense de Maestros y otros grupos educativos. La otra fue presentada por una coalición de 21 fiscales generales demócratas.
En las demandas se argumenta que los despidos hicieron que el departamento no pudiera cumplir con las responsabilidades requeridas por el Congreso, como las obligaciones de apoyar la educación especial, distribuir ayuda financiera y hacer cumplir las leyes de derechos civiles.
Para Trump, el cierre del Departamento de Educación es una prioridad, aunque ha reconocido que solo el Congreso tiene la autoridad para hacerlo. Mientras tanto, el mandatario emitió una orden en marzo en la que ordenó a la secretaria de Educación, Linda McMahon, que lo desmantele «en la medida máxima apropiada y permitida por la ley».
Trump dijo más tarde que las funciones del departamento se distribuirán entre otras agencias, sugiriendo que los créditos estudiantiles federales deberían ser gestionados por la Agencia Federal de Pequeños Negocios y que los programas relacionados con estudiantes con discapacidades serían absorbidos por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Esos cambios aún no han ocurrido.
El presidente argumenta que el Departamento de Educación ha sido tomado por liberales y no ha logrado impulsar mejoras en los rezagados puntajes académicos de la nación. Prometió «devolver la educación a los estados».
Los opositores señalan que la educación básica, desde el jardín de infantes hasta el 12vo grado, ya está supervisada, en su mayoría, por los estados y las ciudades.
Los demócratas han criticado el presupuesto del Departamento de Educación del gobierno de Trump, que busca un recorte del 15% en el presupuesto, incluyendo un recorte de 4.500 millones de dólares en la financiación de la educación básica como parte de la reducción de la agencia.
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El periodista de The Associated Press, Collin Binkley, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

Por SEUNG MIN KIM y CHRIS MEGERIAN Associated Press
WASHINGTON (AP) — Mientras el Partido Republicano se prepara para las repercusiones del espectacular enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk, legisladores y figuras conservadoras llaman a la distensión, temerosos de las posibles consecuencias de una disputa prolongada.
Como mínimo, la explosión de animosidad entre estos dos poderosos podría complicar el camino a seguir para la amplia legislación de impuestos y gastos fronterizos de los republicanos, promovida por Trump pero criticada por Musk.
«Espero que no nos distraiga de hacer el trabajo que necesitamos», dijo Dan Newhouse, representante republicano del estado de Washington. «Creo que se calmará y harán las paces».
El senador republicano de Texas Ted Cruz fue igualmente optimista.
«Espero que ambos vuelvan a unirse porque si los dos trabajan juntos, lograremos mucho más para Estados Unidos que cuando están en propósitos opuestos», dijo al presentador de Fox News, Sean Hannity, el jueves por la noche.
El senador republicano de Utah, Mike Lee, sonó casi dolido en las redes sociales mientras Trump y Musk intercambiaban insultos, compartiendo un fotomontaje de los dos hombres y escribiendo: «Pero… realmente ambos me caen bien».
«¿Quién más realmente quiere que @elonmusk y @realDonaldTrump se reconcilien?» publicó Lee, y añadió más tarde: «Repostea si estás de acuerdo en que el mundo es un lugar mejor con la amistad Trump-Musk completamente intacta».
Hasta ahora, la disputa entre Trump y Musk probablemente se describe mejor como un blanco en movimiento, con muchas oportunidades para la escalada o la distensión.
Una persona familiarizada con el pensamiento del presidente dijo que Musk quiere hablar con Trump, pero que el presidente no desea hacerlo, o al menos, no el viernes. La persona solicitó mantenerse en el anonimato para hablar sobre asuntos privados.
En una serie de conversaciones sostenidas con presentadores de televisión el viernes por la mañana, Trump no mostró interés en hacer las paces. Cuando se le preguntó en ABC News sobre los informes de una posible llamada entre él y Musk, el presidente respondió: «¿Te refieres al hombre que ha perdido la cabeza?»
Trump añadió en la entrevista de ABC que «no estaba particularmente» interesado en hablar con Musk en ese momento.
Aun así, otros seguían siendo optimistas de que todo se calmaría.
«Crecí jugando hockey y no hubo un solo día en que jugáramos hockey o baloncesto o fútbol o béisbol, lo que sea que estuviéramos jugando, en el que no peleáramos. Y luego peleábamos, y luego volvíamos a ser amigos», dijo el presentador en su programa el jueves por la noche.
Reconociendo que «se volvió personal muy rápido», Hannity añadió, no obstante, que la ruptura era «solo una importante diferencia de política».
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, manifestó su confianza en que la disputa no afectaría las perspectivas para el proyecto de ley de impuestos y fronteras.
«Los miembros no están agitados en absoluto», dijo el republicano de Luisiana. «Vamos a aprobar esta legislación en nuestra fecha límite».
Añadió que espera que Musk y Trump se reconcilien: «Creo en la redención» y «es bueno para el partido y el país si todo eso se resuelve», señaló.
Pero también envió una especie de advertencia al multimillonario empresario.
«Te diré algo, no dudes, no subestimes y nunca desafíes al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump», dijo Johnson. «Él es el líder del partido. Es la figura política más trascendental de esta generación y probablemente de la era moderna».
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Los periodistas de The Associated Press Leah Askarinam y Kevin Freking contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

Por NAYARA BATSCHKE Associated Press
SANTIAGO (AP) — El gobierno de Chile informó el viernes de la llegada de un nuevo vuelo con 43 chilenos detenidos y expulsados desde Estados Unidos, el segundo que aterriza en el país sudamericano en línea con «la política migratoria impulsada por el gobierno de Estados Unidos «.
Según explicó en un comunicado el Ministerio de Interior, los 43 ciudadanos fueron deportados luego de que las autoridades estadounidenses detectaron que «se encontraban en incumplimiento de la normativa legal de ese país».
«El vuelo es parte de la política migratoria impulsada por el gobierno de Estados Unidos, al igual que otros similares que se han realizado a diferentes países en la región y que se suma al que se concretó el 22 de mayo que traía connacionales», agregó la cartera.
Desde que llegó al poder el pasado enero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado una severa política migratoria que ha dado paso a deportaciones masivas que han generado temor en las comunidades de inmigrantes.
Entre los 45 chilenos deportados en mayo, había tres que fueron capturados por pesar sobre ellos órdenes de detención.
Tras su arribo al aeropuerto internacional de Santiago, los deportados pasaron por el control migratorio correspondiente para su ingreso a Chile y dos de ellos fueron detenidos y puestos «a disposición de la justicia», aunque la cartera no dio a conocer las acusaciones que pesan en su contra.
Varios de los deportados aseguraron a su llegada que sufrieron malos tratos por parte de las autoridades migratorias estadounidenses.
Un hombre que no quiso ser identificado relató a los medios locales que llevaba dos años viviendo y trabajando en Estados Unidos y fue detenido cuando estaba en proceso de regularizar sus papeles. Agregó que, durante el viaje, estuvieron esposados de pies y manos y solo recibieron pan y agua.
Por su parte, la vocera del gobierno chileno, Aisén Etcheverry, dijo la víspera que las deportaciones «no tienen que ver con Chile en particular», sino que es un «proceso global». «Es un endurecimiento de esta política que afecta o que impacta a todos los países del mundo», recalcó en una rueda de prensa.
Entre los chilenos que regresaron a su patria natal el viernes figuran varios que fueron expulsados por haber superado el plazo de estadía en Estados Unidos autorizado bajo el programa Visa Waiver, que exenta de tramitación de una visa tradicional a los chilenos que viajen a la nación norteamericana por turismo o negocios por un período máximo de 90 días.
La continuidad del programa, sin embargo, está en el aire ante la línea dura adoptada por el gobierno de Trump y ha sido objeto de sendas conversaciones diplomáticas entre Chile y Estados Unidos en las últimas semanas.
Según el Registro de Chilenos en el Exterior del Ministerio de Exteriores, en 2022 más de 1,03 millones de chilenos residían en el exterior, de los cuales un 13,4% lo hacían en Estados Unidos, lo que se traduce en unos 140.000 individuos.