El civilizado debate se preveía acalorado, pero resultó en extremo civilizado y ordenado, incluso cordial, muy centrado en desgranar las propuestas electorales.
Tras dos meses lanzándose dardos a distancia, en su primer encuentro cara a cara este martes los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, el gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz (West Point, Nebraska, 60 años), y el senador republicano por el estado de Ohio, J.D. Vance (Middletown, Ohio, 40 años) mantuvieron la calma en todo momento y respetaron escrupulosamente sus respectivos turnos .
Salvo algunos momentos de tensión, como cuando Vance se quejó de que una de las moderadoras de la cadena CBS lo corrigiese y terminaron silenciando los micrófonos, o cuando discutieron si el expresidente Donald Trump tuvo o no responsabilidad en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, la muy anticipada hora y media transcurrió sin mayores sobresaltos.
Es que no es común que una cita de los segundos de abordo de cara a las elecciones despierte tanto interés como el de este año, pero tampoco muchas campañas han estado tan llena de imprevistos.
Además, los compañeros de fórmula de la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump para los comicios del 5 de noviembre han sido el centro de atención por derecho propio en numerosas ocasiones, con un impacto más o menos positivo en la opinión pública.
Fue Walz, un antiguo profesor de escuela y entrenador de fútbol americano, el primero en pronunciar una frase para describir a sus rivales que se volvería viral y que la campaña demócrata adoptaría después como una suerte de eslogan: «Son gente rara».
Y Vance, exinversor de capital riesgo y autor de un libro superventas —»Hillbilly, una elegía rural», unas memorias que lanzaron su carrera política—, acaparó todos los focos cuando en julio salió a la luz una entrevista de 2021 en la que tachaba a Harris de inepta para la presidencia por no haber tenido hijos.
El comentario generó un movimiento en las redes sociales a favor de las childless cat ladies («mujeres sin hijos y con gatos»).
El aspirante republicano a la vicepresidencia también se vio en el centro de la polémica al repetir en las cadenas de TV nacionales un bulo difundido por Trump durante el debate presidencial de septiembre y desmentido una y otra vez: que inmigrantes haitianos en la ciudad de Springfield, en Ohio, se comen las mascotas de sus vecinos.
Nada parecido a esto se pudo escuchar este martes. El tono del debate contrastó radicalmente con intervenciones pasadas, apenas hubo espacio para ataques, e incluso se pudo atestiguar cierta complicidad entre rivales por momentos.
«De hecho, estoy de acuerdo» con Walz, se le escuchó decir en varias ocasiones a Vance, y el demócrata también le hizo un guiño a ese espíritu en su intervención final: «Hay mucho en común aquí».
Con información de BBC.Com
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