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martes, abril 23, 2024
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López Obrador dice que migrantes crearon un incendio y produjeron los 40 decesos

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Por ALICIA FERNÁNDEZ y MARÍA VERZA Associated Press

CIUDAD JUÁREZ (AP) — Migrantes que temían ser deportados prendieron fuego a colchonetas en un centro de detención migratorio en Ciudad Juárez, en el norte de México, lo que provocó la muerte de, al menos, 40 de ellos, según dijo el martes el presidente mexicano al referirse al suceso más letal de este tipo ocurrido recientemente en el país.

Horas después de que comenzara el fuego el lunes por la noche, había hileras de cadáveres cubiertos por mantas de aluminio fuera de las instalaciones migratorias que están situadas en la orilla sur del Río Bravo, frente a El Paso, Texas, en uno de los cruces más frecuentados por migrantes y solicitantes de asilo. Ambulancias, bomberos y camionetas de la morgue acudieron al lugar.

Otros 29 migrantes resultaron heridos y fueron trasladados “en estado delicado-grave a cuatro hospitales de la localidad para su atención inmediata”, indicó el Instituto Nacional de Migración en un comunicado.

El incendio comenzó el lunes por la noche en una zona de dormitorios donde estaban alojados 68 hombres. Según informó la Fiscalía federal, que ya investiga el caso, 28 eran guatemaltecos, 13 hondureños, 12 salvadoreños, uno colombiano y otro ecuatoriano. Uno de los heridos se negó a identificarse, agregó este departamento.

El canciller de Guatemala, Mario Búcaro, confirmó que todos los guatemaltecos habían fallecido y dijo que tiene el apoyo de las autoridades mexicanas “para conocer la verdad”. “Vamos a… dar con los responsables de esto”, aseguró.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se trató de un incidente desafortunado y agregó que el director del INM ya se encontraba en el lugar de los hechos.

“Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron a partir, suponemos, de que se enteraron que iban a ser deportados, movilizados y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”, declaró.

Las autoridades investigaban la causa del incendio y solicitaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, una entidad oficial, que atienda a los migrantes. Además, empezaron a trabajar con funcionarios consulares de varios países para identificar a los fallecidos.

Hablan migrantes venezolanos

En la puerta de las instalaciones, migrantes venezolanos se agruparon el martes por la mañana exigiendo información de familiares y pidiendo justicia por lo sucedido. Se alistaban para una manifestación y una misa por las víctimas.

“No nos quieren atender, nos mandan para el hospital… No sé dónde es y sin dinero… Queremos saber si está vivo o está muerto“, lamentaba la venezolana Katiuska Márquez, de 23 años y con dos niños de cuatro y dos años que no podía comprender como los guardias del centro estaban vivos y los migrantes no. “¿Cómo no pudieron sacarlos?”

Márquez buscaba noticias de un medio hermano, Orlando Mandonado, de 26 años, con el que viajaba. La familia rentaba un cuarto donde vivían 10 personas que pagaban con el dinero que conseguían de pedir en la calle.

Todos fueron detenidos el lunes poco después de mediodía con una veintena de personas, incluidos niños.

“Yo estaba en el semáforo con un cartón pidiendo lo que necesitaba para mis hijos y la gente me apoyaba con comida”, explicó la mujer que lleva diez días en Juárez en espera de que le den cita para pedir asilo en Estados Unidos. De repente, llegaron agentes y les detuvieron a todos. “Migración me agarró por la chaqueta hasta que me montaron a dentro de una camioneta con mi hermano y varias familias más”.

Según cuenta, todos ingresaron en las instalaciones pero a las mujeres y los niños los tenían fuera de las celdas y unas horas después los liberaron.

Se agudizaron tensiones

Las tensiones entre autoridades y migrantes se agudizaron este mes en Ciudad Juárez, donde los albergues están llenos de personas que esperan pedir asilo en Estados Unidos. Hace poco más de dos semanas un grupo mayoritariamente de venezolanos alentado por falsos rumores de que podría pasar libremente intentó cruzar por el puente fronterizo y fue bloqueado por las autoridades estadounidenses.

A diferencia de los centroamericanos, que cuando son detenidos es para deportarlos, no es habitual que México repatríe a venezolanos aunque sí que los mueva hacia los estados del centro y sur del país.

La Red de Casas de Migrantes y Centros de Derechos Humanos de la zona norte de México, quienes ya habían denunciado el incremento de operativos conjuntos de autoridades migratorias y municipales y detenciones arbitrarias a primeros de marzo, expusieron el martes en un comunicado que el suceso “refleja la ausencia de protocolos para la protección de migrantes y solicitantes de asilo”.

Responsabilizaron a las autoridades de lo sucedido por la falta de actuación de las personas encargadas del espacio y de las rutas de evacuación.

“Desconocemos el total de personas que estaban dentro, sin embargo, sabemos que este se encontraba con sobrecapacidad”. Además, dijeron que se trata de un espacio “reducido y sin ventilación” donde no había agua potable ni atención médica y las personas estaban incomunicadas y desinformadas.

“Se veía venir”, sentenciaron en el comunicado. “La política migratoria de México mata”.

Las organizaciones firmantes pidieron la renuncia del titular del Instituto Nacional de Migración, esclarecer los hechos y criticaron que el presidente utilizara la palabra “albergue” para referirse a un centro de detención “donde las personas están privadas de la libertad, por una falta administrativa, hacinadas y encerradas con candados”.

“El uso extendido de la detención de migrantes conduce a tragedias como esta”, tuiteó Felipe González Morales, relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos de los migrantes. “De acuerdo con el derecho internacional, la detención de migrantes debe ser una medida excepcional y no generalizada”.

Críticas por hacinamiento

A medida que México ha intensificado sus esfuerzos para frenar la migración hacia la frontera estadounidense bajo la presión del gobierno estadounidense, la agencia se ha enfrentado a críticas por el hacinamiento en sus instalaciones que han motivado protestas y disturbios en ocasiones.

En octubre, migrantes se amotinaron en el interior de un centro de inmigración en Tijuana y en noviembre ocurrió algo similar en el mayor centro de detención del país, en Tapachula, junto a la frontera con Guatemala. Nadie murió en ninguno de los dos incidentes.

México se ha convertido en el tercer destino más popular del mundo para los solicitantes de asilo, después de Estados Unidos y Alemania. Pero sigue siendo en gran medida un país de paso hacia el vecino del norte.

Un gran número de ellos se encuentran varados en el sur del país o en las ciudades fronterizas con Estados Unidos en espera de que sus procesos avancen o de tener una oportunidad para cruzar.

Se calcula que 2.200 personas se encuentran en los refugios de Ciudad Juárez pero hay muchos más fuera de los albergues, procedentes de Venezuela, Nicaragua, Colombia, Guatemala, Ecuador, Perú y El Salvador, según el Strauss Center for International Security and Law de la Universidad de Texas en Austin.

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