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Por RAFAEL BLANCO
El pasado jueves 05 atendimos la cordial invitación del Dr. EDUARDO FERNANDEZ, en su condición de Presidente del IFEDEC, para asistir a la Casa del Buen Pastor, en Boleita Norte y allí bajo la imagen del Siervo de Dios, Dr. Aristides Calvani, fuimos participes de un acto preñado de simbolismos y principios de la demócracia cristiana, muy oportunos, dada la turbulenta Venezuela en la que hoy vivimos, que exige una orientación sobre la República que tenemos, la que queremos que sea y el cómo lograrlo.
A casa llena el IFEDEC y en primera fila: Andrés Caldera, Oswaldo Álvarez Jr. y Pedro Pablo Fernández, destacada generación de relevo del humanismo cristiano venezolano.
Resaltaban además la presencia de la hija de Don Pedro Del Corral, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo ahora, Oswaldo Álvarez Paz y Sra., Monseñor Ovidio Pérez Morales, Luis Ignacio Planas, junto a muchas otras destacadas figuras de la política nacional como Felipe Mujica e Hiran Gaviria, entre otros, además de una pléyade de diferentes y calificadas camadas de líderes y dirigentes demócratas cristianos de todos los tiempos, que de especificarse, habría que nombrar a casi todos los asistentes.
Presentes también delegaciones desde distintos estados del país de dirigentes del Movimiento Social y Político Unión Progreso, para sumarse a la Defensa de la Democracia Occidental, frente al Progresismo que la acecha desde la fracasada izquierda mundial.
Llama la atención que es precisamente en el marco de las democracias occidentales cristianas, donde se ha dado espacio de crecimiento a movimientos feministas, de homosexuales, de formas organizadas de la sociedad civil, de espacios descentralizados de poder para el empoderamiento de las comunidades, del cuido de la vida desde su concepción, repudiando el aborto, de la protección a los ancianos y a los enfermos confrontando la eutanasia, de la defensa de la vida, del libre mercado, de la libre discusión de las ideas en busca de la necesaria perfectibilidad de la democracia occidental, siempre tras la búsqueda de la dignificación de la persona humana y del bien común en general, conforme a nuestros principios basados en el amor y el perdón y no en la guerra y la confrontación.
Esta invitación del IFEDEC a luchar por valores y no por posiciones, serán las banderas que enarbolaremos el venidero 2025.
Nos volcaremos por la defensa de la familia tradicional tal como la conocemos, del derecho al trabajo y a la prosperidad, de los derechos de las mayorías y de las minorías, del rescate de las Instituciones Democráticas, de la Justicia Social, de los Menores, de los Ancianos, de nuestra Constitución Nacional vigente y todos sus principios, en especial los de la soberanía popular y el derecho a elegir y ser elegido libremente, la alternabilidad democrática, la autodeterminacion del pueblo, la Defensa del Municipio, célula fundamental de nuestra sociedad, las Libertades de Prensa, de Asociación, de Reunión, del Libré Transito, de Opinión, en el entendido que nuestros derechos terminan donde comienzan los de nuestros conciudadanos.
Los anteriores son Derechos Humanos reconocidos en las Naciones Unidas y consagrados en nuestra Carta Magna o Pacto Social, que no vamos a dejar sojuzgar pasivamente, sin dar la lucha requerida, eso sí, sin extremismos, ni complicidades, puesto que no necesitamos ir a la cola de nadie, tan sólo ser auténticos.
Rafael Blanco
