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Hechos imposibles de creer que ocurrieron en la ciudad de Valencia

Carlos Tovar
La mayoría de los habitantes de Valencia, Estado Carabobo, perciben la ciudad como un lugar tranquilo, incluso monótono. Sin embargo, están profundamente equivocados. A lo largo de su historia, Valencia ha sido escenario de sucesos tan extraños que desafían la lógica, fenómenos que la razón se niega a aceptar con facilidad. En este artículo, reviviremos algunos de estos misterios que, con el paso del tiempo, han caído en el olvido colectivo.
1. El día que la tierra se tragó un negocio
En 1985, un hecho insólito conmocionó a los vecinos de la Avenida Lisandro Alvarado. Un local dedicado a la venta de línea blanca y muebles desapareció de la noche a la mañana, como si el suelo se hubiera abierto para engullirlo. Según testigos, el establecimiento quedó reducido a un cráter de varios metros de profundidad. Por fortuna, el personal se salvó de milagro, ya que el incidente ocurrió durante la hora del almuerzo.
Lo más intrigante es que, décadas después, otro negocio ocupa el mismo lugar, ignorando el pasado trágico del terreno. En su momento, circularon teorías sobre antiguas cavernas subterráneas o fallas geológicas, pero ninguna explicación oficial cerró el caso. Los más supersticiosos aún juran que el hoyo «respiraba» en las noches, emitiendo un sonido similar a un gemido.
2. La avioneta que aterrizó frente al Cementerio Municipal
El 22 de mayo de 1990, el piloto Medardo Pérez escribió una página surrealista en la historia local. Mientras sobrevolaba la ciudad, el motor de su avioneta se apagó. Con destreza, buscó un lugar para un aterrizaje de emergencia. Su primera opción fue el Cementerio Municipal, pero un funeral masivo obstruía el espacio.
Sin alternativas, Pérez dirigió la nave hacia la avenida adyacente, que milagrosamente estaba despejada. Los asistentes al sepelio, entre lágrimas y asombro, observaron cómo la avioneta rozaba lápidas antes de detenerse intacta. El piloto atribuyó su salvación a «una mano invisible», mientras los periódicos locales titularon: «El cielo devuelve a un ángel en pleno duelo».
3. La neblina que bajó de los cerros
En junio de 1981, Valencia amaneció bajo un manto de niebla tan espesa que redujo la visibilidad a menos de dos metros. No era un fenómeno meteorológico común: el frío era gélido, comparable al de Los Andes, y la bruma persistió por tres días. Automovilistas describieron perderse en calles que conocían de memoria, y se registraron choques múltiples cerca de la Plaza Bolívar.
Pero lo más aterrador ocurrió de noche. Vecinos de San Blas juraron ver siluetas humanoides moviéndose entre la niebla, figuras que se desvanecían al acercarse. Algunos aseguraron escuchar susurros en idiomas desconocidos. Hasta hoy, se debate si fue un evento climático extremo o algo… sobrenatural.
4. El OVNI que fue visto por casi toda la población
El 14 de agosto de 1993, cerca de las 10:00 p.m., miles de valencianos miraron al cielo y vieron algo imposible: un objeto con luces intermitentes en forma de triángulo, suspendido en silencio. Testigos de urbanizaciones como Santa Rosa y Trigal Norte relataron que el artefacto emitía destellos verdes y rojos antes de acelerar hacia las montañas.
Aunque escépticos atribuyeron el avistamiento a globos , los ufólogos destacan un detalle: en esa época, la tecnología para mantener un objeto estático en el aire durante horas simplemente no existía. Un diario local publicó fotos borrosas, y hasta un sacerdote afirmó haber rezado por «los viajeros de las estrellas».
5. El muchacho que quiso jugar con la muerte
En 1979, un joven de San José subió al Cerro La Guacamaya durante una tormenta eléctrica. Según testigos, llevaba una vara metálica y gritaba desafíos al cielo. Un rayo cayó sobre él con un estruendo ensordecedor. Lo inexplicable: aunque decenas vieron el impacto, nunca se halló su cuerpo.
Las autoridades sugirieron que la energía lo vaporizó, pero los lugareños contaban otra versión. Decían que, en las noches de tormenta, se oían risas juveniles en el cerro, acompañadas de un olor a ozono. ¿Era el espíritu del joven burlándose del peligro? Nadie se atrevió a comprobarlo.
6. El Ánima Sola: «¡Protejan a sus niños!»
En los años 70, una leyenda aterró a los barrios valencianos. Se trataba del «Ánima Sola», una mujer alta y delgada, vestida con un traje morado anticuado y un pañuelo que ocultaba su rostro. Nunca hablaba, pero su mirada penetrante helaba la sangre.
El pánico estalló cuando corrió el rumor de que los niños que se burlaban de ella morían en accidentes inexplicables. Madres colocaban cintas negras o rojas en las muñecas de sus hijos para ahuyentarla. Aunque algunos aseguran que era una inmigrante con problemas mentales, otros aún juran que desaparecía al doblar las esquinas, como un fantasma.
Conclusión: Valencia, un escenario de lo inexplicable
Más allá de su fama como ciudad industrial, Valencia guarda secretos que desafían lo racional. Desde visitantes ilustres como Alexander von Humboldt —quien escribió sobre «energías telúricas» en la región— hasta conciertos de Pavarotti que, según rumores, atrajeron fenómenos extraños, esta urbe es un imán para lo misterioso.
La próxima vez que camines por sus calles, recuerda: bajo el asfalto, entre las nubes o tras la neblina matinal, algo espera para recordarte que la realidad siempre supera a la ficción.
La avioneta que aterrizó frente al Cementerio Municipal
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