Adrixon Yaratte. Corea del Norte lanzó el día de ayer un misil balístico no identificado al mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas), según informó el Ejército surcoreano, en una nueva respuesta a las grandes maniobras que Seúl y Washington llevan a cabo estos días y que llega además horas antes de la visita del presidente surcoreano a Tokio.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano no dio por el momento más detalles del test. Aunque el ministerio japonés de Defensa indicó que el proyectil permanecía en el aire a las 7:40 hora local (2:00 GMT) y que preveía que cayera en torno a las 8:18 (23:18 GMT) en aguas del mar de Japón a unos 550 kilómetros al este de la península coreana, fuera de la Zona Económica Exclusiva (EEZ) nipona.
Estos datos de vuelo señalan a que podría tratarse de un misil balístico de alcance intercontinental (ICBM).
El nuevo lanzamiento del Norte, que llega después de que el martes Pionyang lanzara dos balísticos de alcance medio (MRBM), tiene lugar el mismo día en que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, tiene previsto viajar a Japón para reunirse con el primer ministro nipón, Fumio Kishida, en una visita dirigida a estrechar las relaciones bilaterales.
El test tuvo lugar unas horas antes de la salida de Yoon desde Corea del Sur hacia Japón, donde hoy celebrará una cumbre con Kishida en lo que supone la primera visita de este tipo a Japón de un presidente surcoreano en doce años.
El ensayo es una nueva respuesta a las maniobras de los aliados Freedom shield, que durarán hasta el 23 de marzo.
Estados Unidos anunció que las provocaciones balísticas norcoreanas no alterarán el ejercicio conjunto Freedom Shield que actualmente llevan a cabo Seúl y Washington.
Según explicó John Kirby, coordinador de Comunicación Estratégica del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, si las pruebas balísticas de Corea del Norte buscan interferir el ejercicio Freedom Shield no obtendrán resultados, pues dichas maniobras continuarán hasta el 23 de marzo, según lo previsto.
Los aliados han alertado de que Corea del Norte, que considera los ejercicios como un ensayo para invadirla y que ha prometido dar una «respuesta sin precedentes» a estas maniobras, tiene todo listo para hacer cuando quiera una nueva prueba nuclear. Así como algunos expertos creen que el régimen podría optar por probar su primer misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido, más eficiente que los que usan propelentes líquidos.
China expande las preocupaciones en el pacifico
Sumando la creciente tensión que está teniendo China y Estados Unidos ya que elevaron esta semana el tono de sus acusaciones mutuas y dejaron claro que en estos momentos la voluntad de diálogo es inexistente y que el actual enfrentamiento podría derivar en una cúspide de tensión bélica sin precedentes en Asia.
El Gobierno chino ha renunciado ya a cualquier tipo de contención diplomática a la hora de airear sus diferencias con la Casa Blanca. La cúpula del poder de Pekín ha aprovechado la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN) y la exposición de las principales líneas económicas y políticas del país en los próximos meses para soltar el tapón de toda la ira acumulada en los últimos tiempos ante las que consideran injerencias directas de Washington en las zonas de influencia de China en Asia y el Pacífico, y en las estrategias comerciales chinas en el mundo.
Sumando a los roces de ambos países, uno de estos fue la visita a Taiwán en agosto del año pasado de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, fue uno de los momentos más altos de esta tensión. China aumentó sus maniobras militares (algunas conjuntas con Rusia) y Estados Unidos hizo lo propio junto a Corea del Sur y Japón.
En febrero de este año, el incidente del globo chino, espía o meteorológico, derribado por Estados Unidos en su espacio aéreo constituye otro punto de inflexión. Washington acusó a Pekín de espionaje y de violar su territorio, y China afirmó que Estados Unidos había «sobreactuado» al destruir la aeronave no tripulada.
En palabras de Qin Gang quien ostenta el título como nuevo ministro de Asuntos Exteriores de la APN, Estados Unidos provocó «una crisis diplomática que podría haberse evitado» y solo sirvió para poner de manifiesto que considera a China como «su mayor rival y su mayor desafío geopolítico».
La mayor brecha entre Estados Unidos y China está en torno a la isla de Taiwán, un escollo que tiene pocos visos de ser solventado y que podría ser el detonante de un próximo conflicto armado entre los dos países.
En la APN se subrayó que Taiwán es parte de China y que EE.UU. debería retirar sus ofertas de defenderla militarmente en caso de que Pekín intente recuperar la isla por la fuerza, algo que el propio Xi Jinping no ha descartado en alguno de sus discursos.
Wang Yi ministro de Relaciones Exteriores chino sacó los colores al doble juego estadounidense: «¿Por qué no respeta la soberanía de China en la cuestión de Taiwán y nos exige que mostremos que respetamos la soberanía de Ucrania? ¿Por qué envía armas a Taiwán y nos pide que no enviemos armas a Rusia? Si Estados Unidos quiere paz debe dejar de usar Taiwán para contener a China y rechazar y detener la independencia de Taiwán».
Qin Gang fue más directo: «si Estados Unidos no pisa el freno y sigue avanzando a toda velocidad por el camino equivocado, no habrá guardarraíl que pueda evitar el descarrilamiento».
Militarmente, China es hoy una fuerza para tomar en cuenta. En los últimos años, su Ejército Popular de Liberación ha logrado enormes avances en tecnología e innovación, así como en números.
Los misiles hipersónicos «Dong Feng» de China, por ejemplo, pueden viajar a velocidades superiores a «Mach 5» (cinco veces la velocidad del sonido), armados con un explosivo de alta potencia o con una ojiva nuclear.
También en cuanto a misiles balísticos nucleares, China se ha embarcado en un programa de rápida expansión, con el objetivo de triplicar su número de ojivas a medida que construye nuevos silos en regiones occidentales remotas.
Esto ha hecho que la Séptima Flota de la Marina de EE.UU. con base en Yokosuka, Japón, reflexione sobre hasta dónde está preparada para arriesgarse a navegar hacia las baterías de misiles agrupadas en tierra china.
La Séptima Flota de la Marina de EE.UU. es la flota de guerra más grande de Estados Unidos, la más equipada y la que tiene más personal ya que tiene alrededor de 70 barcos y submarinos, unos 300 aviones y más de 40.000 hombres y mujeres que surcan en ellos las aguas del Pacífico, desde Australia hasta el estrecho de Bering. Es la responsable del área donde está China y del extremo oriental de Rusia, y la que primero respondería a un potencial ataque de Corea del Norte.