El oro superó los $2.000 la onza por primera vez desde mayo y subió casi un 10% este mes, impulsado principalmente por su atractivo como activo refugio en medio de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, según reporta Banca y Negocios.
La incertidumbre por el conflicto en Medio Oriente ha influido de manera notable en el metal precioso y, todo ello a pesar del aumento de los rendimientos de los bonos de EE. UU. y la fortaleza del dólar.
Sin embargo, la situación entre Israel y Hamás es la más urgente. Si EE. UU. arremete contra Irán, es probable que este país tome represalias cerrando el estrecho de Ormuz, clave para el suministro de materias primas, lo que elevaría considerablemente los precios del petróleo.
En el gráfico diario, el oro al contado cerró la semana con un alza de hasta un 1,2% después de que los militares israelíes dijeran que estaban «ampliando la actividad terrestre» en Gaza.
Mientras tanto, según oilprice.com, la aviación estadounidense atacó el 27 de octubre, posiciones relacionadas con Hamás en Siria.
Al mismo tiempo, el Presidente Putin ha invitado a altos dirigentes de Hamás e Irán a Moscú para mantener conversaciones, probablemente para disgusto de Estados Unidos.
Y como señalan en Bloomberg, las tensiones en Medio Oriente podrían seguir impulsando al oro hasta nuevos máximos históricos. En julio de 2020, los precios del oro alcanzaron un máximo histórico de $2.075,47.
Con la alianza occidental respaldando inequívocamente a Israel y Rusia con la vista puesta en sus intereses musulmanes, el conflicto de Gaza amenaza con ampliarse. Para los comerciantes de oro, parece que estamos a las puertas de una situación cada vez peor.
Con información de Banca y Negocios
