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Por BASSEM MROUE undefined
BEIRUT (AP) — El ejército israelí dijo el viernes que atacó el cuartel general de Hezbollah en Beirut, donde la explosión lanzó al cielo enormes nubes de humo naranja y negro.
Por lo menos dos personas murieron y 76 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud del Líbano.
Tres canales de la televisión israelí reportaron que el objetivo del bombardeo era el líder de Hezbollah, Hasán Nasrala. Pero los reportes no llevaban fuente y no pudieron ser confirmados por The Associated Press, y el ejército se negó a formular comentarios. Pero dada la magnitud y el momento del estallido, hay razones para pensar que el objetivo del bombardeo era alguien importante.
Otro aparente indicio de que el bombardeo era de importancia, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió abruptamente su viaje a Estados Unidos y regresó inmediatamente a Israel, vez de esperar hasta el fin del Shabat judío para viajar, según anunció su despacho. Horas antes, Netanyahu dio un discurso ante la Asamblea General de la ONU en que juró en que Israel seguirá con su campaña contra Hezbollah hasta cumplir con sus objetivos.
La noticia del bombardeo surgió cuando Netanyahu hablaba con los miembros de la prensa que viajaban con él. Un edecán militar se le acercó y le susurró algo al oído, tras lo cual Netanhayu dio por terminada la sesión.
La explosión fue tan poderosa que rompió ventanas y sacudió viviendas a unos 30 kilómetros al norte de Beirut. Pudieron verse ambulancias con las sirenas encendidas dirigiéndose al lugar.
El vocero del ejército israelí, Daniel Hagari, anunció el “ataque preciso” contra el cuartel de Hezbollah poco después de que Netanyahu hablara ante la Asamblea General de la ONU. El ataque surgió una hora después de que miles de personas asistieron al funeral de un comandante de Hezbollah que fue muerto el día anterior.
El ministro de Defensa israelí Yoav Gallant estaba reunido con el comandante de la fuerza aérea israelí y otors jefes militares en el cuartel militar, informó su despacho.
Los descomunales estallidos, a eso del anochecer del viernes, redujeron a escombros a seis edificios en el vecindario Haret Hreik, en el suburbio Dahiyeh de Beirut, según la agencia nacional de noticias libanesa. El estallido fue tan potente que sacudió ventanas y casas a 30 kilómetros (18 millas) al norte de la capital libanesa.
Imágenes transmitidas por la televisión libanesa mostraban varios cráteres — uno con un carro adentro — en medio de edificios colapsados en el vecindario densamente poblado de mayoría chií.
Los rescatistas seguían buscando entre los escombros horas después mientras otros trataban de apagar incendios. La cifra real de víctimas no quedaba clara en un primer momento, dijo el Ministerio de Salud libanés, añadiendo que 15 de las 76 personas heridas habían sido hospitalizadas. Muchos vecinos de la zona fueron vistos tomando sus pertenencias y huyendo por una avenida principal.
Nasrala lleva desde hace muchos años escondido y muy rara vez aparece en público. Regularmente ofrece discursos, pero siempre por video desde lugares secretos. El lugar bombardeado no era conocido públicamente como cuartel principal de Hezbollah, aunque está ubicado en la “sede de seguridad” del grupo, una parte fuertemente protegida de Haret Hreik donde el grupo tiene oficinas y hospitales.
El Pentágono dijo que no sabía de antemano sobre el bombardeo.
Más temprano, un ataque israelí provocó la muerte de una familia de nueve personas en un poblado fronterizo libanés, señalaron las autoridades, mientras Líbano lidiaba con un creciente número de víctimas, una oleada de decenas de miles de personas que abandonan sus viviendas y la posibilidad de una guerra total entre Israel y Hezbollah.
En su discurso en la ONU, Netanyahu prometió “seguir degradando a Hezbollah” hasta que Israel consiga sus objetivos en la frontera con Líbano, reduciendo aún más las esperanzas de un cese al fuego respaldado internacionalmente.
Israel intensificó notablemente sus ataques aéreos contra Líbano esta semana, diciendo que está decidido a dar fin a 11 meses de fuego de Hezbollah hacia su territorio. Aún no se conoce el alcance de la operación israelí, pero las autoridades han dicho que existe la posibilidad de realizar una invasión por tierra para alejar al grupo de la frontera. Israel ha trasladado al lugar a miles de soldados como preparación.
Esto ha hecho que los libaneses teman una repetición de la última guerra entre Israel y Hezbollah, ocurrida en 2006 y la cual duró un mes y provocó una gran destrucción en varias partes del país. O peor aún, temen que Líbano pueda sufrir una devastación de la magnitud provocada en Gaza por la campaña israelí contra Hamás, que ya ha durado casi un año.
Al menos 25 personas murieron en los ataques israelíes realizados la mañana del viernes, dijo el ministro de Salud, Firass Abiad, lo que eleva a más de 720 el número de víctimas esta semana en Líbano. Afirmó que entre los muertos hay docenas de mujeres y niños.
El ejército israelí dijo que el viernes llevó a cabo decenas de ataques en el transcurso de dos horas alrededor del sur, incluso en las ciudades de Sidón y Nabatiyeh. Afirmó que sus objetivos eran lanzacohetes e infraestructura de Hezbollah. Indicó que el brazo armado del grupo disparó una andanada de cohetes hacia la ciudad de Tiberiades, en el norte de Israel.