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Por WAFAA SHURAFA y SAMY MAGDY Associated Press
DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Las fuerzas militares israelíes instaron el miércoles a todos los palestinos a abandonar Ciudad Gaza y dirigirse hacia el sur, prosiguiendo con una nueva ofensiva en el norte, sur y centro del asediado territorio, que ha causado decenas de muertos en las últimas 48 horas.
La intensificación de la actividad militar se produjo mientras mediadores estadounidenses, egipcios y qataríes se reunían con funcionarios israelíes en Doha, la capital qatarí, para tratar de impulsar un esquivo acuerdo de cese del fuego con Hamás, el grupo militante de Gaza.
Israel afirma que está persiguiendo a los combatientes de Hamás que se reagrupan en diversas zonas nueve meses después de la devastadora ofensiva militar. Sin embargo, los intensos ataques de los últimos días a lo largo del territorio también podrían tener como objetivo aumentar la presión sobre Hamás en la mesa de negociaciones.
En una visita el miércoles al centro de Gaza, el jefe militar israelí, teniente general Herzi Halevi, dijo que el ejército está operando de distintas maneras en distintas partes del territorio “para llevar a cabo una misión muy importante: ejercer presión. Seguiremos operando para traer a casa a los rehenes”.
Israel ordenó hace meses a los residentes del norte de la Franja de Gaza, incluida Ciudad Gaza, que huyeran hacia el sur mientras operaba en la zona. Cientos de miles de palestinos han permanecido en el norte, duramente golpeado, y muchos palestinos afirman que no tienen adónde ir. La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se hacinan en míseros campos de tiendas de campaña en el centro y el sur de Gaza.
En los últimos días, las tropas terrestres han penetrado en algunas zonas de Ciudad Gaza, provocando la huida de miles de palestinos que intentaban escapar de los bombardeos y ataques aéreos. La semana pasada, el ejército ordenó a los palestinos que evacuaran las zonas oriental y central de la ciudad.
Israel informó a la población de la Franja de Gaza de la orden de evacuación lanzando octavillas en las que instaba a “todos los que se encuentran en Ciudad Gaza” a tomar dos “rutas seguras” hacia el sur, a la zona que rodea la ciudad central de Deir al-Balah. Ciudad Gaza, dice, “seguirá siendo una peligrosa zona de combate”.
En la segunda noche consecutiva de ataques mortales en el centro de Gaza, los bombardeos israelíes alcanzaron a primera hora del miércoles cuatro casas de la ciudad de Deir al-Balah y el cercano campo de refugiados de Nuseirat, matando a 20 palestinos.
Entre los muertos había seis niños y tres mujeres, según informaron las autoridades del Hospital de los Mártires de Al Aqsa, adonde fueron trasladadas las víctimas. Un periodista de The Associated Press contó los cadáveres. La casa alcanzada en Deir al-Balah se encontraba dentro de la “zona humanitaria segura” donde Israel ha dicho a los palestinos que huyan en busca de refugio.
El bombardeo nocturno se produjo horas después de que aviones de guerra israelíes atacaran la entrada de una escuela que albergaba a familias desplazadas en las afueras de la ciudad meridional de Jan Yunis. El número de víctimas mortales del ataque ascendió a 31, entre ellas ocho niños, y a más de 50 heridos, según informaron el miércoles funcionarios del cercano hospital Nasser.
Imágenes emitidas por la cadena de televisión Al Jazeera mostraban a niños jugando fútbol en el patio de la escuela cuando un estampido repentino sacudió la zona, provocando gritos de “¡un ataque, un ataque!”.
El ejército israelí dijo que el ataque aéreo cerca de la escuela y los informes de víctimas civiles estaban siendo revisados, y afirmó que su objetivo era un militante de Hamás que participó en el ataque del 7 de octubre contra Israel, aunque no proporcionó pruebas inmediatas. El ejército culpa de las muertes de civiles a Hamás porque los militantes luchan en zonas urbanas densas. Sin embargo, el ejército rara vez hace comentarios sobre los objetivos de sus ataques, que a menudo matan a mujeres y niños.
En nueve meses de bombardeos y ofensivas en Gaza, Israel ha matado a más de 38.200 personas y herido a más de 88.000, según el Ministerio de Salud del territorio, que no distingue entre combatientes y civiles en su recuento. Casi toda la población ha sido expulsada de sus hogares. Muchos han sido desplazados varias veces. Cientos de miles se hacinan en sofocantes campos de tiendas de campaña.
La ofensiva israelí se desencadenó tras la incursión transfronteriza de Hamás el 7 de octubre, en la que los militantes mataron a 1.200 personas en el sur de Israel, la mayoría civiles, según las autoridades israelíes. Los militantes tomaron como rehenes a unas 250 personas. Alrededor de 120 siguen cautivas, y se cree que un tercio ha muerto.
Amplias zonas de la Ciudad de Gaza y las áreas urbanas que la rodean en el norte del enclave han quedado arrasadas o convertidas en un paisaje de desolación y gran parte de la población huyó en los primeros momentos de la guerra. Sin embargo, se cree que varios cientos de miles de personas permanecen en el norte.
El nuevo asalto terrestre israelí a Ciudad Gaza ha provocado lo que la ONU ha denominado un éxodo “peligrosamente caótico” de personas que se dispersan en múltiples direcciones sin saber adónde ir. Algunos han huido a otras partes del norte. Los nuevos panfletos militares israelíes alentaban un movimiento masivo hacia el sur, hacia la supuesta “zona humanitaria”, prometiendo que las personas que salieran de Ciudad Gaza por las rutas definidas no serían detenidas en los puestos de control israelíes. Muchos palestinos temen ser detenidos o humillados por las tropas en los puestos de control.
Después de que Israel pidiera el lunes la evacuación de las zonas oriental y central de la Ciudad de Gaza, el personal de dos hospitales —Al-Ahli y el Hospital de la Asociación de Amigos de los Pacientes— se apresuró a trasladar a los pacientes y a cerrar, según las Naciones Unidas.
La Iglesia Episcopal en Oriente Medio, que gestiona Al-Ahli, dijo que el hospital fue “obligado a cerrar por el ejército israelí”. El ejército israelí dijo el martes que había comunicado a los hospitales y otros centros médicos de la ciudad de Gaza que no necesitaban evacuar.
Los hospitales de Gaza han evacuado a menudo de forma preventiva ante cualquier indicio de una posible acción militar israelí, por temor a incursiones. En los últimos nueve meses, las tropas israelíes han atacado al menos ocho hospitales, causando la muerte de pacientes y trabajadores médicos, así como la destrucción masiva de instalaciones y equipos. Israel ha afirmado que Hamás utiliza los hospitales con fines militares, aunque sólo ha aportado pruebas limitadas.
Sólo 13 de los 36 hospitales de Gaza funcionan, y sólo parcialmente, según la oficina humanitaria de Naciones Unidas.
Los mediadores internacionales estaban haciendo un nuevo esfuerzo concertado para impulsar un acuerdo propuesto de alto el fuego y liberación de rehenes.
Israel y Hamás habían parecido reducir las diferencias en los últimos días, pero siguen existiendo obstáculos, incluso después de que Hamás accediera a ceder en su exigencia clave de que Israel se comprometiera a poner fin a la guerra como parte de cualquier acuerdo.
Hamás sigue queriendo que los mediadores garanticen que las negociaciones concluyan con un alto el fuego permanente. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que no firmará ningún acuerdo que obligue a Israel a detener su campaña en Gaza sin eliminar a Hamás. Hamás acusó el lunes a Netanyahu de “poner más obstáculos en el camino de las negociaciones”, incluidas las operaciones en Ciudad Gaza.
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Magdy informó en El Cairo. La periodista de The Associated Press Melanie Lidman en Jerusalén contribuyó a este despacho.