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(Marlene Piña Acosta).- El especialista en gestión de riesgos y eventos adversos, Jacobo Vidarte Donaire, considera ideal mantener las bombonas de gas a una distancia de cinco metros de la cocina, porque permite ampliar los márgenes de seguridad con posible fuga de gas y puntos de fuego, y así evitar un accidente doméstico.
El experto con 38 años de experiencia preciso que aunque la norma sugiere una distancia menor, las operaciones con esta distancia garantizan que serán más seguras.
“Es importante aclarar que en la mayoría de los casos el cilindro o bombona no explota”, precisó en entrevista para el Diario La Calle.
Sostuvo que la explosión lo que técnicamente se conoce como deflagración se origina por fuga de gas, bien sea por deterioro del propio cilindro o por sus válvulas.
“Popularmente el término explosión está mal utilizado, se tiende a confundir al decir explotó una bombona. Lo correcto es decir que la explosión se causó por una fuga de gas de la bombona, como han sido lo últimos casos”.
Sin embargo, precisó que efectivamente se ha registrado este tipo de evento, pero en muy poco porcentaje.
“De otra manera pareciera que la bombona fuera como especie de granada que no se puede tocar, cuando lo más probable es que haya una fuga que al encontrarse con un punto de ignición se origina, inevitablemente, el evento no deseado”.
También consideró importante aclarar que situaciones peligrosas ameritan tener otras conductas que aseguren que la jornada con bombona de gas sea segura, ya que la solución está en cambiar los cilindros, pero no se cambian.
Recordó que cuando en Venezuela se fabricaban cilindros de gas se cambiaban a los 28 años, porque se les hacían tres pruebas cada siete años. Ante este planteamiento, comparte el criterio que a los 28 años de su fabricación se debería cambiar el cilindro, porque ya está deteriorado.
Otra condición en contra para su mantenimiento está en el proceso desde que la bombona se vacía hasta que llega llena, el cual anteriormente estaba a cargo de técnicos del gas. “En la actualidad aproximadamente entre el 50% y el 70% de las manos que tocan una bombona de gas, son personas que desconocen y no están certificadas para el manejo de gas”.
Además consideró inadecuado tirarlas al suelo cuando están vacías o llenas. Recordó que en una comunidad se logró la compra de una paleta de madera y se colocó una base gruesa de goma con la finalidad de que los operadores del camión puedan utilizarlas para descargar.
Recomendó que las bombonas se deben tener protegidas de dos cosas como son del sol y la lluvia, además de los animales.
A una pregunta sobre el suministro del servicio de gas en los apartamentos con esta opción de cilindros, manifestó que se han visto casos. Citó como ejemplo en Los Guayos donde en un conjunto residencial se dañó el cilindro estacionario y la tubería, por lo que hay aproximadamente 320 apartamentos cada uno con al menos dos bombonas de gas.
Consultado sobre si en Carabobo hay registros en los últimos tiempos de accidentes por el mal uso de las bombonas de gas, planteó que casos relevantes se registró uno en el norte de Valencia específicamente en Naguanagua, hace aproximadamente cinco años con persona fallecida, a causa de una fuga por mala instalación del sistema de calentador de agua a gas.
No obstante, estimó que en la actualidad casi el 10% de la población en Venezuela utiliza el sistema eléctrico para cocinar, un 80% bombona de gas y el restante gas a granel utilizado en los condominios de edificios residenciales y un pequeño porcentaje gas directo.