Por: Denis Miraldo
Cada 17 de julio se celebra el Día Internacional de Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica y referente por excelencia de la lucha por los derechos humanos en el mundo.
Valencia recuerda su visita inspiradora de 1991, cuando fue honrado en el Teatro Municipal por su contribución a la paz y la convivencia al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Carabobo, entre otros reconocimientos, y por eso el Plan Cultural Comunitario de la Alcaldía de Valencia mantiene vivo su legado en el Centro Cultural Nelson Mandela, creado en conjunto con la Embajada de Sudáfrica.
La presencia de «Madiba» en la capital carabobeña mantiene plena vigencia con los monumentos a su memoria que se levantan en el centro y sur de la ciudad, por iniciativa del alcalde Julio Fuenmayor.
Y cada año, en su fecha natal, el Día de Mandela, se mantiene la tradición de dedicar 67 minutos a la labor social, para promover la solidaridad entre los seres humanos.
LA IMPORTANCIA DEL PERDÓN
Nelson Rolihlahla Mandela nació en Mvezo, Provincia de Cabo Oriental el 18 de julio de 1918, fue abogado y un icónico luchador contra el apartheid, sistema que discriminaba a la población de su país por su color de piel.
Luego de pasar 27 años en prisión se convirtió en el primer presidente de raza negra de Sudáfrica y el primero en lograrlo por la via del sufragio universal, entre 1994 y 1999.
«Su gobierno se dedicó a desmontar la estructura social y política heredada del apartheid a través del combate del racismo institucionalizado, la pobreza, la desigualdad social y la promoción de la reconciliación social».
Revolucionario, nacionalista y marxista, comprometido con las causas sociales en todo el mundo, fue secretario general del Movimiento de Países No Alienados entre 1998 y 2002.
Es considerado el padre de la nación sudafricana, así como el padre fundador de la democracia, y el emancipador de la nación, su salvador, su Simón Bolívar, podríamos decir nosotros en Venezuela.
UBUNTU COMO FILOSOFÍA DE VIDA
Quizá su legado humanista más perdurable sea la importancia del perdón y la reconciliación para la construcción de una sociedad unida, tal como lo reza la filosofía del UBUNTU que Mandela practicó, según la cual somos lo que somos, no sólo por nuestros méritos, sino por la contribución de la gente que nos rodea.
Por eso compartimos la siguiente anécdota que, aunque forma parte de la mitificación de su persona, ilustra su grandeza.
Ya convertido en presidente fue con sus escoltas a almorzar a un restaurante del centro de la ciudad y en la mesa contigua un hombre esperaba el menú.
Al verlo Mandela lo invitó a su mesa, pero las manos del hombre temblaban, comieron en silencio y luego de un apretón de manos se marchó sin levantar la mirada.
Ante la interrogante de su escolta, Madiba explicó que el sujeto había sido su carcelero durante su larga prisión e incluso lo humillaba orinando en su cabeza cuando suplicaba por agua, luego de las torturas.
Y continuo así, «Quería demostrarle que yo no soy así, esa conducta no forma parte de mi carácter, ni de mi ética. Las personas que siempre buscan venganza sólo destruyen los estados, mientras que aquellas que buscan la reconciliación construyen naciones».
@denismiraldo


