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Por ABBY SEWELL y KAREEM CHEHAYEB Associated Press
BEIRUT, Líbano (AP) — El líder de Hezbollah advirtió el jueves que el conflicto con Israel ha entrado en una “nueva fase”, al dirigirse a los dolientes en el funeral de un comandante del grupo que murió en un ataque aéreo israelí esta semana en Beirut.
Mientras tanto, en Teherán, el líder supremo de Irán oró sobre el cuerpo del líder político de Hamás, abatido en una presunta operación israelí.
Ambas muertes han aumentado los temores de una escalada hacia una guerra total, dejando la región en espera de ver cuál será la respuesta de Irán y su aliado Hezbollah. Irán ha prometido vengarse de Israel del ataque en que murió Ismail Haniyeb el miércoles en Teherán, la capital.
Israel no se ha atribuido la responsabilidad del asesinato de Haniyeh, pero los comentarios del portavoz militar israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, no llegaron a una negación categórica.
“No hubo ningún ataque aéreo adicional, ni un misil ni un dron israelí, en todo el Oriente Medio esa noche”, dijo el jueves, alimentando especulaciones de que Israel podría haber utilizado otros medios para matar a Haniyeh.
Israel aceptó haber realizado el ataque del martes en Beirut, en que murió el comandante de Hezbollah, Fouad Shukur, junto con un asesor militar iraní y al menos cinco civiles. Israel subrayó que Shukur estuvo detrás de un ataque con misiles, realizado días antes, que impactó un campo de fútbol en los Altos del Golán, controlados por Israel, y en que murieron 12 menores. Hezbollah se deslindó del ataque, una negación que Nasrallah reiteró.
En un discurso pronunciado a través de un enlace del video a los dolientes reunidos con el ataúd de Shukur en un auditorio situado en un suburbio de Beirut, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo “Nosotros… hemos entrado en una nueva fase distinta del periodo anterior”.
“¿Esperan que Hajj Ismail Haniyeh sea asesinado en Irán, y que Irán permanezca en silencio?”, dijo, refiriéndose a los israelíes. Dirigiéndose a los israelíes que celebraron los dos asesinatos, señaló, “rían un poco y llorarán mucho”.
Pero como suele hacerlo, Nasrallah habló en términos vagos, prometiendo “represalias muy bien estudiadas” sin decir la forma que tomarán. Sólo dijo que Israel “debe esperar la ira de las personas honorables de la región”.
“El enemigo y quien está detrás del enemigo tendrán que esperar nuestra respuesta inminente”, dijo, una aparente referencia al principal aliado de Israel, Estados Unidos.
Autoridades internacionales han luchado para evitar un ciclo de represalias antes que degeneren en una guerra mayor. Desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre, Hezbollah e Israel han intercambiado fuego casi diariamente a través de sus fronteras, en ataques que han provocado muertes y la evacuación de decenas de miles de personas. Pero también se han mantenido dentro de ciertos límites.
En varias ocasiones, ataques que parecían haber cruzado líneas rojas hicieron surgir temores de una aceleración hacia una guerra total, pero la diplomacia exterior freno ambas partes. Hezbollah enfrenta una fuerte presión para no arrastrar a Líbano hacia una repetición de la guerra del grupo miliciano con Israel, ocurrida en 2006, y que provocó muchas muertes y destrucción en el país.
Israel e Irán corrieron el riesgo de sumergirse en la guerra a principios de este año, cuando Israel atacó la embajada iraní en Damasco en abril. Irán tomó represalias, e Israel contraatacó en un intercambio de ataque sin precedentes en territorio enemigo, pero los esfuerzos internacionales lograron contener ese ciclo antes de que se saliera de control.
En los suburbios del sur de Beirut, el mayor distrito chií de la capital, cientos de dolientes vestidos de negro llenaron el auditorio, muchos de ellos, con banderas de Hezbollah o fotografías de Shukur. Una escolta de combatientes con capas rojas cargo el ataúd de Shukur, también cubierto con una bandera de Hezbollah, por el pasillo, acompañados de una banda militar.