Un planeta dentro de otro
En torno a este núcleo se extiende el manto terrestre, con un espesor de casi 3.000 kilómetros, y por último, la corteza exterior, con apenas unos 40 kilómetros de espesor medio, según se explica en El País, de España.
El más pequeño sería el núcleo: una esfera sólida de unos 1.200 kilómetros de diámetro que gira libremente en un mar de hierro fundido y otros metales. En torno a este núcleo se extiende el manto terrestre, con un espesor de casi 3.000 kilómetros, y por último, la corteza exterior, con apenas unos 40 kilómetros de espesor medio.
Llegar al centro de la Tierra es una tarea imposible, aunque algunos lo han intentado —y solo se consiguió llegar hasta los 12 kilómetros de profundidad—.
Estudiando terremotos
De esta manera, para entender qué sucede en la profundidad de la Tierra hay que analizar los terremotos. Según explica El País, la variación de las ondas sísmicas a medida que atraviesan el planeta desvela la composición interna del núcleo y su velocidad de rotación.
En 2005, este científico confirmó esas observaciones y detalló que el núcleo da una vuelta más que el resto del planeta cada 900 años, aproximadamente. Esta falta de sincronía se debe en parte a que las mareas y el alejamiento progresivo de la Luna han ido frenando la corteza, lo que hace que los días no duren exactamente 24 horas —hace 1.400 millones de años, un día tenía menos de 19 horas—. En paralelo a este fenómeno, los días se están acortando unas fracciones de segundo desde hace unos años sin que nadie sepa por qué.
Estudio en el lejano Sur
Song ha analizado casi 200 terremotos en las islas Sandwich del Sur, un remoto archipiélago del Atlántico cercano al polo sur, entre la década de 1960 y la actualidad
El análisis de estos temblores con modelos informáticos que reconstruyen toda la Tierra muestran que en 2009 el núcleo terrestre se frenó y desde entonces gira un poco más lento que la corteza.
. “Visto desde el espacio, el núcleo gira prácticamente al mismo paso que el resto del planeta. Pero desde el punto de vista de la superficie, donde están las estaciones sísmicas, el núcleo gira ahora en dirección contraria; hacia el oeste”, explica Song.
“La rotación del núcleo interno dentro del externo también altera el campo gravitatorio interno y causa deformaciones en la superficie, lo que a su vez puede influir en el nivel del mar. Estos cambios podrían también afectar a la temperatura global del planeta”, sugiere el geólogo.
Con información de El País