Mariana Ponce, psicóloga experta en desarrollo positivo de adolescentes, y Juan Carlos Araujo, sociólogo y periodista especializado en tecnología, discutieron recientemente sobre el impacto de las redes sociales en la infancia y la adolescencia.
Ponce destacó que «los adolescentes están en una etapa de búsqueda de pertenencia, donde lo que sea que tengan que hacer para agradar a los demás, lo harán». Esta necesidad de aceptación se ve exacerbada por la influencia de las redes sociales, donde los likes se han convertido en una forma de validación.
Asimismo, Araujo mencionó que «hay un problema en los padres que no están pendientes del desarrollo de los valores de sus hijos». Esto se traduce en resultado que puede ser devastador para el desarrollo emocional de los jóvenes.
En el mismo sentido se destacó la falta de regulaciones en plataformas como YouTube e Instagram, especialmente en lo que respecta a menores de edad. Sin embargo, Araujo señaló que «las plataformas son responsables solo del contenido publicado, pero no de lo que ocurre detrás».
Los expertos concluyeron con un llamado a la acción para que los padres sean más conscientes de la influencia de las redes sociales en la vida de sus hijos.
La explotación sexual infantil en internet va en aumento
De acuerdo con datos recientes del Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos (NCMEC), hasta 2022 se reportaron a nivel global más de 32 millones de denuncias sobre contenido publicado en internet relacionado con explotación sexual infantil.
Un ejemplo reciente es que hace pocos años se reportó en Europa un caso de una madre de familia que fue detenida por autoridades policiales españolas después de realizar y vender fotografías y videos de sus hijas menores de edad desnudas por medio de la web.
La denunciante fue una de las hijas de la victimaria, que en ese momento contaba con 15 años, la cual expuso cómo su cuidadora la fotografiaba junto a sus hermanas de 7 y 8 años, mientras hacían poses insinuantes y sexuales.
Esta tenebrosa situación fue experimentada por las niñas durante cuatro años, en los cuáles la madre les señalaba que lo que hacía eran “imágenes necesarias para un casting”, pero terminaban siendo vendidas a contactos cercanos.
Si bien, las autoridades en ese momento lograron quitar la custodia de sus hijas a la mujer y posteriormente judicializar, este tipo de hechos destacan cómo el uso del internet, las redes sociales y la tecnología pueden ser la entrada a peligros en contra de la población infantil.
“Una considerable proporción de los casos de explotación sexual a menores que reportan autoridades de distintas partes del mundo suelen venir de personas en el interior del hogar”, señala a Infobae Alejandro Castañeda, jefe del Centro de Internet Seguro-Viguías de Red Papaz.
Castañeda asegura que las víctimas de este tipo de delitos no solo presentan posibles episodios de depresión, ansiedad, y estrés postraumático, sino además, pueden tener secuelas en su salud mental a largo plazo.