Rúben Limas
¿Estamos infoxicados? ¿Usted amigo lector que cree? ¿Y ahora con el manejo inescrupuloso de la realidad virtual?
La infoxicación es la excesiva cantidad de información que recibimos a diario proveniente de las redes sociales o del correo electrónico, que sobrepasa nuestro límite de pensamiento analítico y crítico y nos produce una infoxicación informativa.
La infoxicación nos produce la peor de todas las enfermedades: ¡estrés! Es la enfermedad del nuevo cuño, de la globalización, de la nueva era. Esta última, a consecuencia de la primera, acaba con nuestras arterias; nos llena de ansiedad y nos puede conducir a la depresión.
La era de la ciencia y la tecnología ha traído sus cosas buenas, pero también las malas; como la aspirina con sus efectos sanatorios y sus efectos colaterales. La realidad virtual bien manejada será beneficiosa para todos, utilizada para fines bajos, será una destrucción. Disponemos ahora de muchísima información que puede llegar a paralizarnos a la hora de tomar decisiones. Pero además paradójicamente corremos el riesgo de estar más desinformados que nunca; un ejemplo de ellos son los millares de “Fake News” (noticias falsas) que circulan en las redes. Que crean matriz de opinión muchas veces adversas sin fundamento. Ahora se suman el manejo inescrupuloso de la realidad virtual.
Creemos todo lo que se dice a priori – nos hemos convertidos en crédulos – sin hacer una verdadera evaluación analítica y crítica de la información. Nos hacemos eco de ella y la difundimos, sin haber ni siquiera escudriñando su veracidad o su fuente; casi seguro lo hacemos de manera automatizada.
Ya para 1970 se hablaba de “Sobre Carga Informativa”, término utilizado por Alvin Toffler en su libro publicado “El Shock del Futuro”. Él fue un futurista escritor que nos comenzó hablar sobre la revolución digital. Allí ya nos hablaba de ” demasiados cambios en un período de tiempo demasiado corto” y sus impactos sociales e individuales. Señalaba además el escritor “No podemos montar la sociedad sobre datos”; no se puede dejar a un lado la necesaria e imperiosa necesidad de la humanización de las relaciones interpersonales, por ser fundamentalmente emotivas y afectivas. Y hoy 53 años después de esas afirmaciones vivimos en una carrera sin descanso en lo digital, donde está engullida la tecnología de la información y las comunicaciones, deshumanizado a la sociedad.
El término como tal de Infoxicación, según nos señala Wikipedia, se comenzó a usar desde 1999 por Alfons Cornellá fundador de la “Consultora de Nuevas Tendencias Institute of the Next”; ambas fechas, la de Toffler y Cornellá preceden a lo que ocurrió después a principios de este siglo que fue la masificación y democratización de las redes sociales.
¿Qué podemos hacer para evitar la infoxicación? Diríamos de entrada que no está fácil. Prestarles más atención a las relaciones interpersonales y menos a la computadora y el teléfono; buscar, en el caso de información científica, buscadores de información reconocidos, tener un sistema de validación de la información, para utilizar la apropiada, correcta, evitando la falsa, incompleta y errónea. Rechazar categóricamente el manejo desvirtuado del uso de la realidad virtual.
Llevar la vida con absoluta calma, sin sobre saltos, ni angustia. Entender que no somos máquinas, si no seres humanos y a pesar de nuestros dones, actitudes, aptitudes e inteligencia, siempre habrá alguien que estará en mejores condiciones que nosotros, pero también otros que estarán en peores. Manejar la información de manera óptima y sana, será vital para nuestros corazones y mentes. La salud mental es la madre de todos los estados de salud de nuestro cuerpo y nuestro entorno, y ella está amenazada por el estrés, como lo señalamos al principio del escrito. Evitemos la intoxicación y seamos más felices.
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