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miércoles, abril 24, 2024
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La corrupción

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La corrupción ha sido y seguirá siendo uno de los peores males de la república.
Corromperse en este país no es nada difícil, y muchos en estos tiempos de esta “revolución” en la cual la institucionalidad  y las reglas no son la norma, sino a penas la excepción.
Se ha desatado últimamente denuncias de corrupción que involucran alto gobierno nacional y que han traído como consecuencia la renuncia de un ministro – pero no de cualquier ministro – el ministerio de Petróleo y además   uno de los pupilos de la revolución, del “hombre nuevo”, de confianza de presidente Nicolás Maduro.
En el seno de la Asamblea Nacional el pasado martes, se trajo como punto del orden del día, la aprobación de un acuerdo para rechazar la corrupción. El discurso oficialista fue enfático contra los hechos de corrupción, además señalo que no importaba quien fuese, debía será castigado por este flagelo. Esperamos los venezolanos que así sea, y que no se convierta en una cortina de humo, para tapar quién sabe que otro desaguisado habrá en camino, el cual se intenta o intentará tapar con este.
Lo cierto es, que desde la bancada opositora al gobierno de Nicolás Maduro, alzamos nuestra voz de apoyo a esta moción, pero además recordamos que estos hechos, no eran los únicos casos de corrupción de este gobierno, recordamos con la velocidad de pensamiento que la corrupción administrativa ha sido el sello distintivo de este gobierno. Lo que inmediatamente desato la ira del oficialismo señalando hechos de presunta corrupción ocurridos en el pasado de lo que ellos llaman “cuarta república”. Estoy casi seguro que esa libreto ya lo tenía listo y guardado debajo de la manga; para el momento en que nosotros – bancada opositora – hiciéramos uso de nuestros derecho de palabra; intentar fusilarnos sin miramientos ante los canales de televisión que ellos manejan.
Ciertamente los hechos de corrupción tienen un origen antiquísimo, desde la colonia ya se denunciaban hechos dolosos contra la cosa  pública. La venta ilegal de esclavos y el contrabando fueron hechos que se denunciaron en la época colonial. Quizás un hecho significativo de los caminos desandados de la república, tienen que ver con el empeño de poder central de controlarlo todo, y la aplicación de medidas que regulan de manera excesiva la actividad económica y conducen a acciones ilegales, como la evasión de impuestos y contrabando que afectan los ingresos del fisco nacional y la salud financiera de la republica. Esto apoyando por el tráfico de influencia de funcionarios del gobierno, que conceden favores a cambio de “favores”.
En lo que muchísimos lectores estarían de acuerdo conmigo, es que a pesar de ser este un flagelo de la democracia, no habíamos visto niveles tan alarmantes de corrupción como la de este gobierno “bolivariano y chavista”
Caso emblemáticos como el Plan Bolívar 2000, a penas estrenándose el nuevo gobierno, o el no tan reciente ferrocarril, cuyas pesuñas yacen sobre kilómetros de tierra venezolana, cuando viajamos por la autopista regional del centro. Y que decir del metro de Valencia, que ha sido enterrado oficialmente con ornato y orfebres para su olvido colectivo.
Para luchar contra la corrupción hoy y mañana, debe nacer una nueva conciencia nacional del administración pública, bien sea por la vía de la educación permanente y la prevención, con el uso de sanciones sin distingo de clase social , ni de poder político. Quienes ejerzamos en el futuro cargos de la administración de los bienes de la republica, debemos estar conscientes de nuestro papel moldeador en la conciencia ciudadana.
El poder para hacer historia, dejar un huella imborrable en el corazón del pueblo de Venezuela, y no para hacer fortuna.
Gobernar para servir y no para ser servido, para ejercer con honestidad y transparencia la función publica en Venezuela.
No todo esta perdido, queda una reserva moral intacta, que deberá asumir la responsabilidad de la conducción del poder en Venezuela, con la altísima responsabilidad de salvar a la republica.
Seguiremos apostando a una Venezuela libre y de los venezolanos, honesta, responsable, que entienda que los cargos públicos no son para delinquir en nombre de la republica.
La corrupción es un flagelo, que podremos vencer con el esfuerzo de todos.
No todo esta perdido en el país, y no todo error no se puede enmendar. Apostamos a lo mejor de nuestro país, y estamos seguro que pronto ese será el camino.

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