(Por: Rubén Limas Telles)
Sin duda las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin que eso sea motivo de ofensa ni disturbio. Las elecciones primarias que tienen fecha para octubre son sólo de un sector del ala opositora, controlada por lo que se ha conocido como el G4.
No todos los que somos opositores al gobierno estamos participando en ese proceso, que además de tener sus contradicciones, ha sido soberbio y excluyente.
En el año 2020, cuando un sector opositor decidió no continuar la línea abstencionista y participar en las elecciones parlamentarias del 2020, nos tildaron de cualquier cantidad de epítetos descalificativos a saber: colaboracionistas, alacranes, vendidos, etc. Casi igual a la misma actitud que asumió el chavismo cuando llegó al poder en contra de los opositores, cuando nos calificó de “escuálidos”.
En ese momento ellos argumentaban que Maduro era un dictador, que no salía con votos, que el CNE había que cambiarlo, que no era confiable, que no había condiciones electorales para participar – ventajismo electoral, puntos rojos, Plan República, Registro Electoral Permanente viciado – y que no había que participar porque hacerlo era legitimar a Maduro y a su gobierno; que existía un gobierno interino que propiciaba el cese de la usurpación, elecciones libres y gobierno de transición.
Cuando decidimos participar en esas elecciones – las parlamentarias 2020 – decidimos romper con esa estrategia abstencionista, que lo único que lograba era que Maduro se mantuviera en el poder. ¿Ahora bien, que ha pasado? Las condiciones electorales son las misma y Maduro está en el Poder. Por supuesto, dándonos la razón de que había que participar a través del voto, como único mecanismo para salir de este gobierno, pero por supuesto sin aceptarlo expresamente, sin pedir disculpas por los errores cometidos, porque el egocentrismo y la soberbia – y yo diría el enanismo político – no se los permite.
Organizan entonces unas elecciones primarias – excluyentes – sin explicar porque ayer no, y ahora sí; decidiendo dejar por fuera a un importante sector opositor que participó en las parlamentarias 2020, además solicitando la participación en esas elecciones primarias del CNE.
Siguen además desconociendo a la actual Asamblea Nacional, en cualquier escenario donde pueden hacerlo, especialmente el internacional, pero ahora solicitando que un producto de ella – el CNE – participe en sus elecciones primarias excluyentes. Y diría en este punto lo siguiente: ellos desconocen es a quienes somos diputados de la oposición, porque se reúnen con el Presidente de la AN Jorge Rodríguez y otros diputados oficialistas en público – en México – y muchas veces en privado. ¿No deberían tener la misma conducta que tienen con los diputados opositores?. ¡Extraña manera de ser!
Dejo claro nuestra posición de no participar en esas elecciones primarias, porque no han sido incluyentes, no se convocaron a todos los sectores opositores para integrar a la Comisión Electoral, pero además se prohibió la participación a un importante sector opositor por su único gran pecado de haber anunciado que era el voto el único instrumento de cambio y había que retomar la ruta electoral en el año 2020.
Allí les dejo mis apreciados lectores, algunas reflexiones sobre este proceso electoral de este este sector opositor, lleno de contradicciones. Un fortísimo abrazo blanco para todos.
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