Ya en los pasos preliminares para elegir a un nuevo Consejo Nacional Electoral por parte de la Asamblea Nacional, para preparar la agenda electoral que se avecina en el año 2024 y 2025.
El año entrante los venezolanos podremos elegir según lo que establece la Constitución de la República a un nuevo presidente para el período de 6 años. Será sin duda una elección clave para lo que va a ser el futuro de nuestro país.
Hoy sabemos que 8 de cada 10 venezolanos quieren un cambio de rumbo del país. A pesar que el oficialismo es franca minoría en la calle, los graves errores cometidos durante los últimos años por el sector opositor, les ha permitido ganar elecciones municipales, regionales y nacionales.
Una de ellas es sin duda la pasada elección parlamentaria del 2020, en la cual producto de la abstención, el sector oficialista logró 257 diputados frente a solo 20 diputados opositores. ¡Craso error!. El presidente electo en el 2024 tendrá que lidiar durante un año con una Asamblea con la actual composición, que siento que nadie hasta este momento a colocado en el análisis.
Al gobierno le conviene mantenernos dividido y desmotivados a participar y lograr así con su minoría ganar estas próximas elecciones nacionales. Una de sus estrategias fue precisamente desarmar el recientemente elegido CNE , que debió durar en sus funciones 7 años. Para colocar allí seguramente sus fichas más duras, y esto sea motivo de desesperanza y abstención.
Seguramente veremos a un nuevo CNE que le dirá más al chavismo, que al país, como estrategia oficialista, pero eso no puede ser motivo de inanición. Todo lo contrario, deberemos reforzar más aún la participación electoral y la confianza suprema en el voto. Sólo la ruta electoral es la manera pacífica y democrática para salir del peor gobierno de la historia republicana.
También sabemos que en el esquema estratégico del gobierno, se piensa adelantar las elecciones de gobernadores y alcaldes. Esto le permitiría al candidato oficialista – Presidente Nicolás Maduro – tener como jefes de campañas regionales y municipales a los aspirantes a esos cargos, y de esa manera garantizarse la mayor fuerza electoral posible; evitando el error que cometió el ex presidente Hugo Chávez en el referéndum cuando perdió por no incluir en él, la reelección indefinida también de alcaldes y gobernadores.
Cambiando el CNE, adelantado las elecciones probablemente para el primer semestre del año y juntándose elección de gobernadores y alcaldes con las presidenciales, con una oposición dividida, sería el caldo perfecto según ellos, para ganar en el 2024.
Este jueves 10 de agosto en plenaria de la Asamblea Nacional se presentaron los 104 nombres de hombres y mujeres, que quedaron seleccionados, después de una exhaustiva evaluación y certificación de documentos, entrevistas y consultas a las distintas instituciones que pudieran objetar nombres de los postulados, para que finalmente sea el próximo martes 15 de agosto, fecha en la que culmina el primer período legislativo de este año en curso, se pueda conocer los 15 nombres de hombres y mujeres que serán designados nuevos rectores del CNE en cuyas manos recaerá llevar adelante el proceso electoral más esperado por el pueblo de Venezuela.
La reflexión final que debemos hacer quienes aspiramos un cambio de gobierno este año entrante, es entender que sólo nadie puede, y sólo una unidad o unión de todos los factores opositores lograría la victoria que hoy el pueblo venezolano espera en las calles. Por mi parte, seguiré haciendo todo el esfuerzo necesario, para que todos entendamos la necesidad meridional de estar más unidos que nunca, de poner ambiciones y egos, para el verdadero cambio anhelado por todos.
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