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CIUDAD DE PANAMÁ (AP) — El gobierno de Panamá declaró el viernes un nuevo estado de emergencia en la occidental provincia de Bocas del Toro que suspende por cinco días algunas garantías individuales como el libre tránsito y la reunión, después de que prolongadas protestas contra una reforma a la seguridad social terminaron la víspera con la irrupción violenta a un aeropuerto y oficina de una transnacional bananera.
El presidente José Raúl Mulino y sus ministros de Estado acordaron la medida para enfrentar el caos que se vive en Bocas del Toro, la principal productora de banano del país que lleva casi dos meses paralizada. El gobierno había declarado el 27 de mayo un estado de emergencia en esa provincia para atender la crisis causada por una huelga en las bananeras y los cierres de vías, sin afectar derechos constitucionales.
Durante la tarde y noche del jueves, grupos de manifestantes con capuchas ingresaron a la fuerza al aeropuerto de Changuinola –la principal ciudad de Bocas del Toro— donde vandalizaron autos de alquiler, así como a la oficina de la bananera Chiquita donde saquearon artículos, informaron las autoridades. Destrozaron, asimismo, la oficina del Servicio Nacional de Protección Civil, que atiende emergencias, y causaron un incendio parcial en el estadio de béisbol de ese poblado.
Los desmanes se dan en momentos en que los cuerpos de seguridad buscan reabrir numerosos tramos de vías que comunican a Bocas del Toro, que en muchos casos han sido bloqueadas con árboles derribados. Durante esta operación se han dado violentos enfrentamientos que han dejado más de 50 detenidos, algunos heridos de ambos lados y la muerte de un joven, que está siendo investigada.
Panamá restringe derechos de reunión y movimiento en provincia bananera ante violentas protestas
