Por MELANIE LIDMAN Associated Press
RAMAT GAN, Israel (AP) — Aziza Melech sintió que su cuerpo se relajaba por primera vez en días cuando se acomodó en su colchón inflable en una estación subterránea del tren ligero israelí en una noche reciente. Al menos durante las siguientes horas, la organizadora de eventos de 34 años no tendría que correr cada vez que sonara la sirena que alerta sobre misiles iraníes.
Desde que comenzó la guerra hace una semana con los ataques aéreos israelíes contra Irán, familias con niños pequeños, trabajadores extranjeros y profesionales jóvenes han llevado colchones, sacos de dormir, refrigerios y mascotas a las estaciones cada noche.
Correr repetidamente en busca de refugio
El miércoles por la noche, en una estación que abarca Tel Aviv y la vecina Ramat Gan, los padres acostaron a sus hijos con peluches y los jóvenes encendieron tabletas cargadas de películas. Muchos llegaron con cajas de pizza. Los trabajadores sirvieron refrigerios y café. Era la primera noche que Melech dormía en la iluminada estación de tren, acompañada por su amiga Sonia Shraibmen.
«No estamos durmiendo por la ansiedad y por las sirenas que suenan por las noches», dijo Shraibmen. «Da mucho miedo correr al refugio cada vez».
Esa mañana, Shraibmen se cayó en la calle cuando se apresuraba para llegar a un refugio cercano, y decidió mudarse a un lugar donde no tuviera que levantarse y correr cada vez que su teléfono retumbara.
Melech dijo que la escena, con cientos de personas en pijama en la estación de tren, le recordó las historias de su abuelo de la Segunda Guerra Mundial.
«Ahora podremos contarles esto a nuestros nietos», agregó.
La guerra entre Israel e Irán comenzó el 13 de junio, cuando Israel lanzó ataques aéreos contra instalaciones nucleares y militares iraníes, así como contra generales y científicos nucleares de alto rango.
Más de 600 personas, incluidos más de 200 civiles, han muerto en Irán, y más de 2.000 han resultado heridas, según un grupo iraní de derechos humanos con sede en Washington. En Teherán, la gente también ha abarrotado las estaciones de metro mientras los bombardeos retumbaban sobre sus cabezas.
Irán respondió al disparar 450 misiles y más de 1.000 drones contra Israel, según estimaciones del ejército israelí. Estos ataques han causado la muerte de 24 personas y herido a cientos de personas en Israel. Los misiles han impactado 40 lugares diferentes, incluidos edificios de apartamentos, de oficinas y un hospital, según las autoridades.
Las imágenes de edificios o torres de apartamentos colapsados o con la fachada arrancada han obligado a algunas personas a reconsiderar qué hacer cuando suena una sirena.
El tren ligero de Tel Aviv —que no está en operación debido a la guerra— tiene varias estaciones subterráneas. Además de los cientos de personas que duermen en ellas cada noche, miles de personas llegan solo cuando suena la sirena, apiñándose en cada rincón de la estación que no esté ocupado por colchones.
Quienes viven en apartamentos antiguos carecen de refugio
Aproximadamente la mitad de los residentes nocturnos de la estación de tren son trabajadores extranjeros, quienes a menudo viven en edificios de apartamentos más viejos que no suelen estar equipados con refugios adecuados. Si bien en Israel se exige que los edificios nuevos cuenten con habitaciones seguras reforzadas para resistir cohetes, Irán dispara misiles balísticos mucho más potentes. Y el acceso a refugios es muy deficiente en los barrios y pueblos más pobres, especialmente en las zonas árabes.
Babu Chinabery, auxiliar de salud a domicilio originario de India, expuso que fue a la estación «porque tenemos mucho miedo a los misiles, ya que son muy fuertes».
Chinabery, de 48 años, lleva 10 años en Israel, por lo que no es ajeno a las sirenas. Pero la última semana ha sido algo diferente. «Es muy difícil, por eso venimos a dormir aquí», añadió.
Las estaciones del tren ligero no son los únicos lugares donde la gente ha buscado refugio. Cada noche, alrededor de 400 personas duermen en el estacionamiento subterráneo de uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad, según los organizadores. Grupos de ayuda mutua instalaron más de 100 tiendas de campaña, cada una en un espacio para aparcar un automóvil, lo que brinda un poco más de privacidad a quienes desean dormir en una zona segura.
La Estación Central de Autobuses de Tel Aviv —un gigante de cemento medio abandonado— también abrió al público su refugio nuclear subterráneo por primera vez en años. Si bien probablemente fue uno de los lugares más seguros de Israel durante un ataque con misiles, el refugio, inquietantemente desierto e infestado de ratas y cucarachas, lleno de agua estancada proveniente de tuberías con fugas, atrajo solo a unos pocos curiosos durante el día y a ningún residente por la noche.
No correr «riesgos innecesarios»
Roi Asraf, de 45 años, ha dormido en la estación de tren de Ramat Gan durante las últimas noches con su esposa y su hija de 3 años, a pesar de tener una habitación segura en casa.
«No me gusta correr riesgos innecesarios», dijo.
Ahora tienen una rutina establecida: bañan a su hija en casa, todos se ponen el pijama y caminan hasta la estación de tren antes de las 7:00 de la tarde. Voluntarios locales han organizado un espectáculo nocturno para niños para ayudar a tranquilizarlos antes de que concilien el sueño.
«Espero que (el conflicto) sea breve y rápido», dijo Asraf, luego de que su hija, Ariel, corriera entusiasmada con su mamá para ver la función. A pesar de las dificultades, apoya el ataque de Israel a Irán.
«Si tengo que dormir una semana de mi vida en una estación de tren para que todo sea más seguro, estoy dispuesto a hacerlo», expuso.
Por temor a misiles iraníes, muchos duermen en estaciones subterráneas de trenes en Israel
