Julie Turkewitz y Hamed Aleaziz The New York Times en Español
Luis Alberto Castillo, venezolano y padre de un hijo, entró a Estados Unidos el 19 de enero, un día antes de que Donald Trump se convirtiera en presidente por segunda vez, luego de una contienda que ganó con la promesa de tratar con severidad a los migrantes indocumentados.
Para el 4 de febrero, Castillo estaba en un avión rumbo a la base naval estadounidense de Guantánamo, Cuba, conocida sobre todo por ser un centro de detención que por mucho tiempo ha recluido a los sospechosos de terrorismo acusados de ser responsables del atentado más mortífero en territorio estadounidense.
Ese día, el Departamento de Seguridad Nacional declaró que aquellos que habían sido trasladados a la isla representaban “lo peor de lo peor” y que todos eran miembros de una banda criminal venezolana conocida como el Tren de Aragua.
Sin embargo, en una entrevista desde su casa en Colombia, la hermana de Castillo, Yajaira Castillo, dijo que su hermano no era integrante de una banda al que había que temer, sino un venezolano común y corriente que había salido de su país a causa de la crisis económica.
Durante la conversación lloró varias veces al describir su dolor y confusión sobre la situación de su hermano.
“Mi hermano no es un criminal”, dijo. “Todo esto es discriminación y xenofobia solo por ser venezolano”.
Dado que Castillo había pasado tan poco tiempo en Estados Unidos, ella se preguntaba cómo era posible que el gobierno estadounidense haya determinado que era miembro del Tren de Aragua, o que merecía un trato tan severo.
Cuando entró a Estados Unidos, los funcionarios sospecharon que Castillo era miembro de la banda debido a sus tatuajes, según dos personas familiarizadas con su caso que no estaban autorizadas a hablar de ello públicamente.
Castillo no admitió formar parte del grupo delictivo. Posteriormente, los funcionarios evaluaron sus tatuajes y lo entrevistaron, y descubrieron que no parecía tener vínculos con el Tren de Aragua, señalaron las personas.
Una portavoz del Departamento de Seguridad Nacional dijo inicialmente a través de un correo electrónico que Castillo se encontraba ilegalmente en Estados Unidos y que tenía una orden de deportación definitiva emitida por un juez federal.
“Este gobierno respeta el Estado de derecho”, afirmó la portavoz, Tricia McLaughlin. “Durante la evaluación posterior, los agentes de inteligencia no pudieron determinar de manera definitiva si el individuo es o no un miembro confirmado del TDA”, o Tren de Aragua. “Bien podría ser miembro de esta sanguinaria banda. Podría no serlo”.
En un mensaje de seguimiento, McLaughlin dijo que el departamento había recibido nueva información de que Castillo era miembro de la banda. No aportó pruebas.
“La TDA es una banda patética dedicada a la trata de seres humanos, el tráfico de drogas y el secuestro extorsivo, entre otros delitos atroces”, dijo McLaughlin. “The New York Times está más interesado en escribir historias tristes sobre sus repugnantes miembros que en hacer justicia a sus víctimas”.
En la entrevista, la hermana de Castillo compartió una captura de pantalla que indicaba que él no había intentado eludir a las autoridades cuando entró en el país. La imagen incluía detalles de una cita que su hermano había conseguido para presentarse en la frontera a solicitar asilo el 19 de enero a las 7:00 a. m.
El gobierno de Biden había establecido un sistema para que los migrantes pudieran presentar estas solicitudes y entrar legalmente en Estados Unidos a través de una aplicación llamada CBP One. Trump puso fin a ese programa el 21 de enero.
Durante la última semana, el gobierno de Estados Unidos ha enviado a más de 80 hombres a la bahía de Guantánamo como parte de un plan más amplio del gobierno de Trump para retener hasta 30.000 migrantes en la base naval. Hasta ahora, se cree que todos los detenidos son venezolanos. Algunos están recluidos en un edificio penitenciario de la base, mientras que otros están detenidos en el Centro de Operaciones para Migrantes, una instalación tipo dormitorio. (Según el Departamento de Seguridad Nacional, Castillo se encuentra retenido en el centro de migrantes).
Los soldados estadounidenses están construyendo un campamento de tiendas de campaña en el lugar, en un esfuerzo por ampliar significativamente su capacidad para retener migrantes detenidos.
El Pentágono ha descrito a los primeros llegados a Guantánamo como “extranjeros ilegales con alto nivel de peligrosidad” y su detención en la base como “una medida temporal”. Sin embargo, el gobierno no ha revelado ningún detalle que demuestre que los hombres tienen antecedentes penales, ni ha descrito cómo fue que los funcionarios determinaron que representaban un peligro.
Se cree que Castillo se encuentra entre los 10 primeros hombres que fueron enviados ahí desde El Paso, Texas, el 4 de febrero, porque su hermana lo reconoció en una fotografía de migrantes enviados a Guantánamo que publicó en las redes sociales Kristi Noem, la nueva secretaria de Seguridad Nacional.
President @realdonaldtrump has been very clear: Guantanamo Bay will hold the worst of the worst. That starts today. pic.twitter.com/Iqxt5rCfWa
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) February 4, 2025
Después, la imagen, en la que Castillo tiene la cabeza agachada y un agente vestido de camuflaje y con guantes lo sujeta la espalda, fue ampliamente compartida en redes sociales. Yajaira Castillo la vio en TikTok.
El Tren de Aragua, un grupo multinacional originado en el estado venezolano de Aragua, se ha expandido a otras partes de Latinoamérica y hasta Estados Unidos. El gobierno de Trump inició recientemente el proceso de designación del grupo como organización terrorista extranjera.
Castillo tiene un tatuaje de Michael Jordan en el cuello. Su hermana cree que las autoridades fronterizas tomaron eso como señal de que era miembro de la banda. En uno de los últimos mensajes que le envió antes de ser detenido, Castillo dijo que había llegado a la frontera y que los funcionarios lo habían tratado mal por los tatuajes, comentó ella.
Ronna Rísquez, una periodista de investigación venezolana que escribió un libro sobre la banda criminal, afirmó que las autoridades estarían equivocadas al suponer que alguien con un tatuaje de Michael Jordan es un miembro.
Algunos individuos del Tren de Aragua podrían llevar el símbolo, dijo, pero esto tiene más que ver con el hecho de que el baloncesto, que puede practicarse con recursos limitados, ha adquirido una gran popularidad en las zonas más pobres de Venezuela en las últimas décadas.
“La pasión por Michael Jordan, por ser el máximo representante del baloncesto, pertenece a varias generaciones”, dijo.
Yajaira Castillo comentó que los tatuajes simplemente formaban parte del look de su hermano, que a menudo incluía pantalones cortos y zapatos deportivos y ropa de Jordan. Compartió una foto suya en la que llevaba una sudadera con el logotipo relacionado con Jordan.
Dijo que creía que la afinidad de su hermano con Jordan lo había convertido en un “conejillo de indias” para el programa de deportaciones en expansión del gobierno de Trump.
Igual que muchos otros venezolanos, Castillo había abandonado su país hacía años y vivía en Colombia, donde se dedicaba a lavar coches. Su hermana dijo que apenas sobrevivía y que se había marchado a Estados Unidos con la esperanza de ganar más dinero para “darle todo a su hijo, trabajar, trabajar para su hijo”.
Su viaje a la frontera sur de EE. UU. comenzó a finales de 2023, relató. Con fondos limitados, tardó hasta enero de este año en llegar a Texas. Allí, dijo, fue detenido por las autoridades.
Un análisis de los registros policiales públicos indica que Castillo no fue condenado por ningún delito mientras estuvo en Colombia.
Castillo es el octavo de nueve hermanos; cuatro viven en Colombia y otros cuatro en Venezuela. Cumplirá 30 años el 23 de febrero.
La base de Guantánamo es más conocida por su centro de detención posterior al 11-S, gestionado por el Pentágono. En la actualidad alberga a 15 extranjeros como prisioneros de guerra, aparte de los venezolanos recluidos allí en detención de migrantes.
Castillo dijo que sabía poco sobre Guantánamo, solo que era “una celda de alta peligrosidad a donde llevan a los grandes terroristas” y que, una vez enviados allí, los presos “no tienen derecho a nada, que es para los máximos criminales”.
Lo único que quería ahora para su hermano, dijo, es “que lo devuelvan”.
“No lo quiero con ningún gobierno”, continuó. “Lo que quiero es que nos lo devuelvan acá”.