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Venezuela: La urgencia del diálogo poselectoral

Leopoldo Puchi

En la tensa situación poselectoral de Venezuela, es importante tener en cuenta
que dos dimensiones se entrelazan y definen los contornos del conflicto. Por un
lado, está la batalla interna por el poder entre diversos actores políticos y sociales
venezolanos. Por otro, un pulso geopolítico entre el Estado venezolano y el
estadounidense. Para Washington, Venezuela no es simplemente un país más en
el hemisferio occidental: es un elemento crítico en su estrategia regional. Por este
motivo, desde hace varios años, se ha trazado el objetivo de realinear a
Venezuela dentro de su esfera de influencia. Esta dimensión geopolítica es
determinante y tiene implicaciones tanto a nivel regional como global.
En el contexto posterior a las elecciones presidenciales del 28 de julio, la Casa
Blanca podría redefinir sus objetivos y tomar un camino centrado en la diplomacia,
la cooperación y el diálogo, en lugar de un enfoque basado en el incremento de
las sanciones petroleras y financieras o en la intervención por medio de acciones
violentas.
DIÁLOGO
En la encrucijada poselectoral de Venezuela, es evidente que, más allá de los
discursos encendidos de ambos lados, lo que se necesita con urgencia es darle
prioridad al diálogo y la negociación. El país ha quedado al borde del abismo. al no
haberse alcanzado en Doha o en Barbados un acuerdo que contemplara los
escenarios posteriores a la votación y estableciera con precisión cláusulas de
convivencia.
La lección es clara: celebrar las elecciones sin levantar previamente las sanciones,
sin un acuerdo de coexistencia de largo plazo entre Washington y Caracas y sin
un enfoque de negociación realista ha convertido lo que debió ser la etapa final de
un acuerdo en una trampa que ha agravado los problemas. Cualquier ventaja que
uno u otro lado haya obtenido del evento electoral no contribuye a resolver el
conflicto.
TRES ACUERDOS
Mirando hacia el futuro, cualquier intento de acuerdo en el contexto actual tendría
que plantearse como objetivo construir consenso en tres ámbitos fundamentales:
un tratado geopolítico duradero entre Venezuela y Estados Unidos, un pacto
democrático de convivencia entre las fuerzas políticas internas y un compromiso
en la esfera económica que no solo desmonte las estructuras del rentismo, sino
que impulse la inversión y la creación de empleos sostenibles para las futuras
generaciones.
La construcción de estos acuerdos es vital para la estabilidad regional y la
prosperidad de Venezuela. Un acuerdo geopolítico no se limitaría a la
superficialidad de las relaciones bilaterales, sino que buscaría sentar las bases de

una cooperación de largo alcance, especialmente en la esfera petrolera, en el
marco del respeto de las alianzas estratégicas de Venezuela con los diferentes
centros de poder mundial.
Un pacto político democrático puede abrir las puertas a un inédito esquema de
alternancia basado en opciones compartidas y diseñado desde una perspectiva
innovadora y pragmática.
MEDIACIÓN
Este esfuerzo de diálogo requiere una mediación sobria y consistente. Los países
latinoamericanos, en general, no lucen en condiciones de asumir este rol, ya que
se han alineado como partes comprometidas en el conflicto. Washington ha
informado que en la coyuntura poselectoral ha actuado con el apoyo de países
como Brasil y Colombia, a los cuales ha solicitado que intercedan ante el gobierno
de Venezuela.
Sin embargo, esta posición resulta incompatible con un rol de mediación, dado
que Washington es un actor beligerante en este conflicto.
LA ONU
El Departamento de Estado ha solicitado que el secretario general de la ONU,
António Guterres, actúe como mediador. Sin embargo, Guterres ha mostrado una
inclinación evidente en la cuestión venezolana, al hacer público el informe del
Panel Electoral de la ONU, lo que pone en duda su imparcialidad. A esto se suma
que Guterres desconoció el Acuerdo de Ginebra y favoreció a Exxon y Guyana en
la disputa sobre el Esequibo, lo que compromete aún más su capacidad para
actuar de manera neutral. Ante estas circunstancias, Catar podría ser el lugar
adecuado para iniciar una nueva ronda de negociaciones entre Washington y
Caracas.
BENEFICIOS
Un acuerdo amplio como el planteado requiere líderes, tanto en Caracas como
Washington, dispuestos a separarse de los dogmas establecidos. Si se logra, este
esfuerzo no solo traerá beneficios directos a los países y factores involucrados,
sino que también podría marcar un hito en la diplomacia contemporánea.

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