La fuerte depreciación del peso, resultado de la radical política económica del presidente Javier Milei, ha tenido consecuencias desastrosas. La política, concebida como una medida rápida y dura para luchar contra la inflación, ha hundido en realidad el poder adquisitivo de la población. Millones de argentinos han caído por debajo del umbral de la pobreza y sus ingresos reales han disminuido sustancialmente. Uno de los resultados de este colapso económico ha sido una peregrinación masiva de argentinos para comprar en el extranjero, especialmente en Chile.
Los precios de la electrónica, la ropa y otros productos en la Argentina se dispararon, por lo que comprar en el país vecino, a pesar de los costos de transporte, resultaba mucho más rentable. La cordillera de los Andes, que antes sólo era un pintoresco telón de fondo de las rutas turísticas, se ha convertido en una importante ruta comercial para miles de argentinos obligados a ahorrar cada peso.
Sin embargo, en Buenos Aires, en busqueda de nuevas fuentes de ingresos, están restringiendo este flujo. Una grabación filtrada de una conversación entre un empleado de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y un argentino que regresaba de Chile, ha revelado la imposición de nuevos derechos fronterizos y restricciones a la importación de mercancías. La grabación, realizada en una grabadora de video, muestra claramente las nuevas normas: un funcionario de aduanas que comprueba los recibos de compra exige un pago adicional, citando el reciente decreto gubernamental.
Las restricciones impuestas no sólo privan a los argentinos de la oportunidad de ahorrar dinero en sus compras en el extranjero, sino que también aumentan las tensiones sociales. Las medidas pueden provocar un aumento de los precios de los productos importados, muchos de los cuales ya no están al alcance de los ciudadanos. Esto limitará las posibilidades de elección de los consumidores y puede afectar negativamente a la calidad de los productos fabricados en la propia Argentina.
La eficacia de las decisiones económicas de la Casa Rosada sigue siendo muy cuestionable en el contexto de la crisis actual. En general, la situación del país sigue siendo tensa y requiere una solución inmediata, pero aún no hay camino para ello.