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Por DAN GELSTON undefined
FILADELFIA (AP) — Fuera del vestuario de los locales, un adolescente con el cabello teñido de blanco y recortado casi a cero esperaba a Bryce Harper. El chico vestía un jersey de los Filis de Filadelfia, desabotonado, y llevaba una cadena de oro que colgaba sobre su pecho desnudo.
La mayoría de los chicos de la edad de Cavan Sullivan habrían quedado asombrados o nerviosos al conocer al toletero de los Filis. Y muchos habrían pedido a Harper tomarse una foto con ellos.
Pero Sullivan no es como la mayoría de los chicos. No lo ha sido al menos desde que se le comenzó a considerar una gran promesa del fútbol mundial, incluso antes de que pudiera entrar en el cine para ver películas de adolescentes y adultos.
Con una edad de 14 años y 293 días, Sullivan se convirtió en el jugador más joven en aparecer en un partido de cualquiera de las principales ligas deportivas profesionales de Estados Unidos. En julio, debutó con el Union de Filadelfia en la MLS.
El fenómeno adolescente del fútbol llamó la atención de otro gran deportista a quien se consideró prodigio desde su adolescencia. Esa persona sabe más de béisbol, aunque no es completamente ajena al fútbol.
Harper sigue ocasionalmente ese deporte. Su esposa lo jugó en el nivel colegial.
El pelotero causó conmoción entre los fanáticos al celebrar un jonrón en la Serie de Londres, realizada por las Grandes Ligas. Se deslizó como si fuera un futbolista y luego gritó a la multitud: “¡Amo el fútbol!”.
Harper ha debido soportar el peso de las grandes expectativas que se tenían sobre él, luego que apareció en la portada de Sports Illustrated a los 16 años. A Sullivan le encantaría seguir ese libreto, de un prospecto que aprovecha su potencial y se vuelve grande, y no el de alguien que desaparece hasta convertirse en una simple pregunta de trivia, para determinar quién se acuerda de él.
“Tus talentos son increíbles, hermano. Increíbles”, le dijo Harper ese día.
“¿Has visto mis videos?”, preguntó Sullivan.
Sí, Harper los había visto. Luego que Sullivan le obsequió a Harper una camiseta del Union con el apellido del astro de los Filis en los dorsales, el centrocampista pareció más un veterano mundialista que un estudiante de secundaria que requiere que alguien lo lleven en auto a las prácticas.
“Como saben ustedes, hay todavía mucho trabajo por hacer”, dijo Sullivan. “Las expectativas no significan nada en realidad”.
Pero son reales en Filadelfia, crecen cada día en la MLS y se están internacionalizando. Se espera que cuando cumpla 18 años, Sullivan sea transferido al Manchester City.
Un comienzo temprano, lo que Sullivan ha soñado toda su vida. Sí, durante esos 14 años.
“Yo diría que me di cuenta de que podía ser profesional a los 10 u 11″ años”, dijo Sullivan. “Pienso que es cuando publiqué mi primer video sobre eso… La gente decía cosas que yo no imaginaba, pensando que podía estar donde estoy actualmente. Se hizo realidad”.
Al debutar, Sullivan era más joven que cualquier jugador que hubiera aparecido en un partido de la NBA, la NHL, la NFL, la WNBA o el béisbol de las Grandes Ligas al menos desde 1970, de acuerdo con el Elias Sports Bureau. Sin embargo, McKenna Whitham, de 14 años, apareció en la NWSL la semana pasada con 10 meses menos que Sullivan.
Los Sullivan son una familia de fútbol. Él es el segundo hijo de Brendan y Heike Sullivan, ambos jugadores colegiales en Penn.
El hermano mayor Quinn juega ya con el Union, y los hermanos menores Ronan y Declan están en las inferiores del equipo. Jim Curtin, entrenador del Union, jugó al fútbol en Villanova bajo las órdenes de Larry, abuelo de Sullivan.
Brendan Sullivan fue parte del cuerpo técnico con su padre en Villanova. Todos esos vínculos familiares ayudaron a que la familia se sintiera cómoda por el hecho de que Cavan se profesionalizara tan joven.
¿Cuál es su primer recuerdo en el fútbol?
“Estaba sin camiseta y en pañales, pateando cosas contra animales de peluche”, dijo.
Y ello marcó el comienzo de un camino desde su casa en Norristown, Pensilvania, hacia un futuro en Europa.
Su madre recordó la sensación abrumadora que experimentó cuando los aficionados reconocieron a Sullivan en el estadio del Union y comenzaron a pedirle autógrafos. Eso fue antes de que hiciera historia.
Desde entonces, ha aparecido con más frecuencia en la zona, lo mismo en anuncios publicitarios de pollo que en un documental. Los cazadores de autógrafos se arremolinaron en torno del jugador y de su familia durante un día de descanso en la playa.
Y, desde luego, hizo el primer lanzamiento en aquel juego de los Filis.
“Es mejor que lances un strike o te abuchearán”, advirtió el manager Rob Thomson a Sullivan en su oficina.
Sullivan lanzó con todas sus fuerzas, muy arriba. La multitud en Filadelfia se mostró indulgente.
“Tiré alto”, dijo Sullivan. “Simplemente me dejé ir”.
Adolescente transformado
No sólo la carrera futbolística de Sullivan se ha acelerado.
Debería estar comenzando su primer año de secundaria. En vez de ello, acudirá a su año inicial en la YSC Academy, una secundaria especializada en fútbol, donde su padre es instructor de humanidades.
“Siento que si trabajo ahora, puedo divertirme después”, comentó. “Pero me estoy divirtiendo. Estoy trabajando cada día. Eso es lo bonito de esto”.
Ésta es la parte de la historia de Sullivan en la que su madre, su padre, él mismo y su entrenador consideran que sin duda puede ser un futuro Lionel Messi. Pero por lo demás, es como cualquier otro chico de su edad.
Duerme hasta tarde, conversa con las chicas en Snapchat y se entretiene con los videojuegos. Pero de fiestas, nada.
¿Con qué se divierte entonces Sullivan? Con el fútbol Es su vida, su pasatiempos. Y pronto podría catapultarlo a alturas insospechadas.