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Por MEGAN JANETSKY undefined
PARÍS (AP) — Deportistas, dirigentes y observadores de la comunidad LGBTQ+ han advertido del alud de comentarios que han identificado erróneamente a una boxeadora en los Juegos Olímpicos como hombre o transgénero.
Y advierten que esa virulencia podría representar peligrosa para las mujeres y los miembros de la comunidad LGBTQ+ en el deporte.
Las preocupaciones surgen luego que figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump o la autora de “Harry Potter” J.K. Rowling han lanzado duras críticas a la boxeadora argelina Imane Khelif a raíz de que su rival italiana Angela Carini abandonó la pelea de ambas el jueves.
Ésos y otros usuarios de las redes sociales afirmaron falsamente que Khelif era un hombre que peleaba contra una mujer.
Los comentarios han proliferado en las redes sociales y han arrastrado a Khelif y a la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting a una controversia más amplia, relacionada con las mujeres en el deporte.
Mark Adams, vocero del Comité Olímpico Internacional, dijo el viernes que Khelif “nació siendo mujer, fue registrada como mujer, vivió su vida como mujer, boxeó como mujer y tiene un pasaporte de mujer”.
Adams advirtió que este asunto “no debe convertirse en una especie de cacería de brujas”.
Algunos deportistas y observadores LGBTQ+ han mostrado preocupación acerca de que las expresiones de odio por parte de los críticos —y el hecho de que el COI no haya abordado una conversación global más amplia sobre el tema antes de los Juegos— han derivado en el vilipendio a personas transgénero, no binarias y otras de la comunidad LGTBQ+, en un evento que defiende la inclusión.
Estos hechos surgen en momentos en que la ampliación de las interpretaciones de la identidad de género han generado una lucha de poder político, más extensa y centrada con frecuencia en el deporte.
Los Juegos Olímpicos de París han impulsado una agenda de apertura. Una cifra récord de 193 deportistas que se asumen abiertamente como LGBTQ+ compite en estas justas. Las actuaciones de drag queens en la ceremonia inaugural generaron una respuesta indignada de los conservadores religiosos, mientras que otros grupos afirmaron que dicho espectáculo incluyó una burla a la “Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
En tanto, algunos participantes en la ceremonia y el director artístico de la misma han dicho que recibieron amenazas.
Nikki Hiltz, una de las principales mediofondistas en la rama femenina por la delegación olímpica estadounidense, ha atestiguado de primera mano algunos comentarios intolerantes parecidos. Nacida mujer, Hiltz se identifica como no binaria.
“La transfobia está enloqueciendo en estos Juegos Olímpicos”, escribió Hiltz en Instagram, al responder al debate sobre el boxeo. “La retórica antitrans es una retórica antimujeres. Estas personas no están ‘protegiendo el deporte femenino’. Están imponiendo normas rígidas de género. Y cualquiera que no encaje en esas normas es señalado y denigrado”.
Esta polémica se derivó de las aseveraciones por parte de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés), acerca de que Khelif y Lin no aprobaron pruebas de elegibilidad para la competición de mujeres.
La IBA jamás transparentó en qué consistieron dichas pruebas. El COI consideró que ésta fue “una decisión repentina y arbitraria” por parte de un órgano rector que está expulsado del movimiento olímpico desde 2019.
Aunque algunos deportes cuentan con parámetros detallados sobre los competidores transgénero y los niveles hormonales en los torneos, el boxeo depende de reglas que se remontan a los Juegos de 2016. Esa normatividad indica que el criterio para ser elegible es lo que aparece en el pasaporte de un deportista, en medio de la pugna cada vez más intensa entre la IBA y el COI.
“La agresión actual contra estos dos deportistas se basa por completo en esta decisión arbitraria (de la IBA), que se tomó sin un procedimiento apropiado”, dijo Adams, del COI. “Estos ataques peligrosos, misóginos y sin bases pueden llevar a la desinformación”.
Los deportistas han enfrentado “bastantes casos de agresión en línea”, agregó Adams. Consideró que es responsabilidad del organismo olímpico cuidar de los deportistas y “cerciorarse de que se encuentren seguros”.
Cyd Zeigler es cofundador de Outsports, un sitio que rastrea la participación LGTBQ+ en los Juegos Olímpicos. Considera que el COI no aportó claridad antes de los Juegos, lo que ha afectado a las mujeres y miembros de la comunidad LGBTQ+ que compiten.
Durante años, ambos grupos han buscado reconocimiento.
“El tema no es el deportista que trata de competir, es quién define la política”, comentó Zeigler. “La parte desagradable de esto es la denostación que durante los últimos dos días ha apuntado contra estos deportistas”.
Zeigler dijo que la reacción podría desalentar la participación pública de deportistas LGBTQ+ en los futuros Juegos, pese a que los activistas señalan que el movimiento olímpico ha avanzado mucho en los años recientes.
“Al tratar de sepultar el problema que sabían que se avecinaba, los transfóbicos comienzan a encabezar la conversación”, dijo Zeigler. “Podemos tener conversaciones sobre la inclusión de los deportistas trans. Hay conversaciones reflexivas que podemos tener. Lo que no soporto es el insulto, el lenguaje asqueroso, horrible y explícito que se usa en torno de esto”.