(Carlos Subero) Esta semana resultó crucial para las gestiones políticas que el presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, en pos de su reelección como mandatario nacional.
Este dirigente ha sorteado la derrota electoral regional, que le obligó a convocar las elecciones nacionales y contarse ante el veredicto popular, que colocó a su Partido Socialista Obrero Español (Psoe) en el segundo lugar en cantidad de votos, detrás del conservado Partido Popular.
Pero, las cosas de la política de las democracias parlamentarias, el jefe popular Ñúnez Feijoo, no pudo lograr que el Congreso de los Diputados lo eligiera, en ninguna de las dos votaciones que se dieron al respecto hace varias semanas. El Rey llamó entonces a Sánchez para que buscara mayoría en ese recinto constitucional.
La tarea no era fácil. Pero algo en lo que se ha destacado Sánchez es en ser audaz en sus propuestas, hábil para aprovechar las aristas de la política y además empecinado por el poder.
Hace varios años, este empecinamiento hizo que España estuviera más de un año y medio con el gobierno de Mariano Rajoy, solo “en funciones”, debido a su negativa de ofrecer una opción para que el PP, que había obtenido primera minoría en las elecciones, lograra que su candidato fuera investido en el Congreso.
Ocurrió, sin embargo, algo que habla mucho de la capacidad y habilidad política de Sánchez. Este sufrió una revuelta dentro de su propio partido, que le expulsó de la jefatura, y entonces el Psoe sí dio sus votos, facilitando las cosas para que España tuviera un gobierno con todas sus facultades activas.
¿Qué hizo Sánchez entonces?
Se fue solitario a recorrer las seccionales regionales del Psoe en España, para proponerse como candidato a jefe del partido…otra vez. Así, pasados varios meses y llegado el momento, volvió a ganar la jefatura de donde había sido expulsado. Y volvió también a enfrentar a Rajoy en el Gobierno, hasta que lo venció, en una inédita jugada institucional parlamentaria que le llevó directamente a la jefatura del Gobierno.
La jugada de este 2023
Con el aval del Rey de España en su mano, Sánchez se dedicó a negociar con los independentistas catalanes una amnistía, que libera de responsabilidades a quienes hace unos años participaron convocando un referendo independentistas para separar a Cataluña del reino español.
El partido Junts, que tiene 7 votos en el Congreso, negoció con Sánchez varios beneficios judiciales a través de una Ley que será presentada en breve al Congreso de los Diputados. El catalán Puigdemont, autoexiliado en Bruselas, y otros quedarán libre de cargos, además de beneficios tributarios para los catalanes que también han sido negociados.
Esto ha generado agitación en España. El ultraderechista Vox tomó las calles y hace manifestaciones violentas en las puertas de la sede del Psoe. El PP también ha llamado a manifestar pacíficamente, mientras Sánchez llama a los pptistas a separarse de la ultraderecha.
Hasta hoy, Pedro Sánchez se está saliendo con la suya. Consiguió su alianza ganadora en cinco semanas, desde que el Rey lo autorizó a buscar los votos. Este viernes el propio jefe del Psoe firmó acuerdos con otras minorías independentistas que le garantizan 179 votos que son suficientes para ser investido en el Congreso.
La sesión se estima para la próxima semana, una vez que sea introducida la Ley de Amnistía.
¿Cuánto durará ese eventual Gobierno?.
Sánchez gobierna España desde hace cinco años, y siempre lo ha hecho con una mayoría exigua. Ha sabido sortear sus diferencias con los aliados de izquierda más radical como Sumar y Podemos, que le han dado sus votos para subsistir.
Ahora el juego es con los independentistas y controlar la serie de diferencias que existen entre toda esa gama política que le respalda para su investidura la próxima semana.
Cabe destacar que en los acuerdos con Junts, se prevé una comisión internacional que velará por el cumplimiento de los acuerdos. El Psoe señala que la alianza es “para toda la legislatura (4 años)”. Desde Junts han señalado que será en pos de los resultados.
De hecho entonces, España va esta semana por uno de los gobiernos más complicados que haya tenido en sus más de 4 décadas de democracia, y uno de sus fundamentos es la sagacidad que ha demostrado Pedro Sánchez para mantenerse en el poder 5 años y ahora jugar en una inestable y dispar alianza.
En la foto, Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar, jefe de Partido Nacional Vazco, al firmar el pacto polítíco
