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viernes, mayo 3, 2024
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Luis Vicente León: Hay sobredimensión de las expectativas negativas

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Es evidente que la economía venezolana se contrajo significativamente en el primer semestre de este año y todas las proyecciones de crecimiento que se tenían a finales del 22 se cayeron frente al impacto negativo de los eventos de corrupción en PDVSA, la creación del IGTF y las limitaciones en el uso de cuentas custodia, que afectaron el flujo de caja de la nación y rompieron la capacidad de estabilización parcial que el BCV había logrado en los dos años previos.

Así explica el economista Luis Vicente León la situación actual, pero advierte que la percepción de la caída de la economía en este año es mayor a lo que realmente está sucediendo.

El presidente de Datanalisis señala que las devaluaciones severas de agosto y noviembre 2022 (ante la ausencia de recursos del gobierno para inyectar divisas en el mercado) dispararon de nuevo los precios internos y cruzaron la frontera de precio máximo accesible para los consumidores venezolanos que ya venían híper sensibles por el deterioro en sus ingresos (hoy los mas bajos de América Latina) y esto frenó en seco su tendencia positiva de consumo.

En adición, este frenazo puso nervioso el mercado y se desplomó la confianza de los consumidores cara al futuro, perdiendo el ICC 21% entre noviembre 2022 y marzo 2023.

Agrega que el resultado es que así como en 2022 se sobredimensionaron las expectativas positivas, en el 2023 se están sobredimensionando las negativas y el índice de confianza cae mucho más que el consumo (que estimamos cayó 5% en el primer semestre), afectando las decisiones de inversión y mercadeo del sector privado.

Es siempre un error subestimar o sobreestimar la crisis pues en ambos casos se afectan los resultados finales.

León señala que este año lamentablemente no ha sido económicamente bueno y no terminará siéndolo pues el primer semestre arrastrará promedios hacia abajo, “pero seguimos pensando que la tendencia del segundo semestre debería ser un poco mejor, a menos que el presupuesto nacional traiga mas sorpresas negativas”.

Advierte que en todo caso, los consumidores estarán muy sensibles a los precios y las empresas comienzan a ser más cuidadosas. Se están viendo promociones de precios más agresivas que en los dos años previos y una desaceleración reciente de precios en dólares que no veíamos desde hace mucho tiempo.

Aún así, es difícil imaginar que el tipo de cambio se quedará estable en el entorno de los 30 bolívares por dólar actual. La presión de devaluación es muy fuerte, pues el valor de equilibrio de la moneda es mucho más elevado que su cambio actual. La pregunta no es si se devaluará o no el Bolívar sino a que magnitud lo hará durante el resto del año, dice el ecnomista.

Opina que mucho dependerá de la disponibilidad de divisas que tenga el país y está a su vez de los ingresos petroleros que sabemos están limitados por las restricciones internacionales.

“Ahí, en la capacidad de colocar petroleo y gas en el mercado internacional estará la clave de la evolución económica de los próximos meses. Todo regresa al mismo punto: acuerdos de reinserción energética que no necesariamente bailarán pegado con los acuerdos políticos, hoy bastante debilitados”.

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