Por DARLENE SUPERVILLE, ISABELLA VOLMERT y BILL BARROW Associated Press
EAST LANSING, Michigan, EE.UU. (AP) — Cuando faltan dos días para las elecciones, Kamala Harris realizó cuatro escalas en el disputado estado de Michigan el domingo sin mencionar el nombre de Donald Trump, mientras instaba a los votantes a no dejarse engañar por el desprecio del candidato republicano hacia el sistema electoral que, según él afirma falsamente, estaría manipulado en su contra.
La vicepresidenta dijo que confía en el recuento de votos próximo y exhortó a los votantes, “en particular a aquellos que aún no han votado, a no caer en esta táctica, que creo incluye sugerir a las personas que si votan, su voto no importará”.
En un mitin en la Universidad Estatal de Michigan, Harris recibió una respuesta entusiasta cuando preguntó quién había votado ya, y luego dio a los estudiantes otra tarea: animar a sus amigos a votar en un estado que permite el registro de votantes el día de las elecciones.
Y en lugar de sus habituales frases de que Trump es inestable, desequilibrado y tiene un afán desenfrenado de poder, Harris trató de contrastar su tono optimista con el mensaje más sombrío del oponente republicano, al que no nombró.
Todo ello para tratar de mejorar su posición en uno de los estados del llamado “muro azul” demócrata de la región centro-norte del país, considerado el camino más fácil para obtener la mayoría en el Colegio Electoral.
“Tenemos una oportunidad en estas elecciones de finalmente pasar página a una década de política impulsada por el miedo y la división”, dijo en una referencia velada a Trump. “Estamos cansados de eso. Estamos exhaustos de eso. Estados Unidos está listo para un nuevo comienzo, listo para un nuevo camino hacia adelante donde veamos a nuestro compatriota estadounidense no como un enemigo, sino como un vecino”.
Harris también evitó mencionar directamente a Trump durante su discurso matutino de 11 minutos pronunciado en la iglesia Greater Emmanuel Institutional Church of God in Christ. Sin embargo, de todas formas hizo con sus comentarios una clara yuxtaposición con el candidato republicano.
“Hay quienes buscan profundizar la división, sembrar odio, difundir miedo y causar caos”, afirmó. Harris habló al mismo tiempo que Trump estaba en Pensilvania declarando que Estados Unidos era una “nación fallida” y diciendo que “no debería haber dejado” la Casa Blanca después de las elecciones de 2020, las cuales niega haber perdido ante el demócrata Joe Biden.
Mientras Trump calificaba al partido de Harris de “diabólico”, Harris citó al profeta Jeremías del Antiguo Testamento y dijo a su audiencia que estaba lista para “trazar un nuevo camino hacia adelante”.
Dirigiéndose a lo que era principalmente una multitud de estudiantes en East Lansing, Harris prometió tratar de obtener consenso.
“No creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean el enemigo”, dijo. “De hecho, les daré un asiento en la mesa, porque eso es lo que hacen los líderes fuertes”.
Eso fue suficiente para Alexis Plonka, estudiante de tercer año de la Universidad Estatal de Michigan que votará en su primera elección presidencial. Plonka, quien dijo que tiene familiares que apoyan a Trump, aplaudió a la vicepresidenta por no referirse directamente al expresidente.
“Creo que una de las cosas que aleja mucho a la gente de Trump es el hecho de que él está tan en contra de las personas que no están de acuerdo con él, y que no está dispuesto a trabajar con ellas”, dijo.
El enfoque refleja la amplia red que Harris ha desplegado desde que tomó las riendas del Partido Demócrata en julio, después de que Biden, de 81 años, pusiera fin a su candidatura a la reelección. Al tachar a Trump de errático e inadecuado para el cargo, ha atraído a diversos partidarios, los cuales van desde la representante progresista Alexandria Ocasio Cortez, de Nueva York, hasta la exrepresentante republicana Liz Cheney y su padre, el exvicepresidente Dick Cheney.
De todas formas, Harris procura aprovechar a sectores demócratas cruciales, incluidos jóvenes votantes como los que acudieron a su mitin en la Universidad Estatal de Michigan, en parte enfatizando su apoyo al derecho al aborto y el papel de Trump en poner fin al derecho de la mujer a interrumpir el embarazo. Uno de los aplausos más fuertes que recibió en East Lansing el domingo por la noche fue cuando declaró que el gobierno no debería decirle a las mujeres qué hacer con sus cuerpos.
En declaraciones a reporteros el domingo por la tarde, Harris contrarrestó las caracterizaciones de Trump sobre las elecciones estadounidenses, acusaciones que el expresidente planteó mientras hacía campaña en Pensilvania. Harris dijo que los comentarios más recientes de él estaban “destinados a distraer del hecho de que tenemos y apoyamos elecciones libres e imparciales en nuestro país”. Esos “buenos sistemas” operaban correctamente en 2020, dijo Harris, y “él perdió”.
Harris utilizó su último recorrido por Michigan para saludar a progresistas y a miembros de la significativa población de estadounidenses de ascendencia árabe en el estado, que están enojados con el gobierno de Biden por continuar la alianza de Estados Unidos con Israel mientras el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu sigue con la guerra contra Hamás en Gaza.
“He sido muy clara en que el nivel de muerte de palestinos inocentes es inadmisible”, dijo Harris a reporteros.
___
Barrow informó desde Washington.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
En Michigan, Harris contrapone optimismo a la retórica de Trump sin pronunciar su nombre
- Google Ads -