El protocolo de actuación frente a la violencia sexual de la Real Federación Española de Fútbol establece que contactos físicos como “atraer con el brazo con el intento de besarles” o “besar a la fuerza” deben ser considerados “situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual”.

“Estas conductas son inaceptables y conllevarán consecuencias inmediatas”, señala el texto, que no detalla cuáles son esas medidas ni cómo se determina si la acción se ha cometido “a la fuerza”.

En España hay sentencias que consideran un beso en la boca como una agresión sexual, aún sin violencia, si la víctima declara no haberlo consentido.

María del Prado Escoda, de la asociación española de Juezas y Jueces por la Democracia, declaró a EFE que en este caso existe además otra dimensión: “el beso lo está dando una persona en una posición de superioridad laboral con respecto a la otra”, por lo que “no solo es violencia sexual, también es una violencia y un abuso de poder”.