Aproximadamente unas 70 personas han muerto y decenas han resultado heridas durante la noche de este domingo 24 de diciembre, en un ataque aéreo israelí sobre el campo de refugiados de Al Maghazi, situado en el centro de la Franja de Gaza.
“Es una nueva masacre cometida por el ejército de ocupación israelí, donde bombardearon cuatro casas habitadas pertenecientes a las familias Muslim, Salim, Nawasira y Abu Rahma”, ha informado el portavoz del Ministerio de Sanidad palestino, Ashraf al Qudra.
El político también ha acusado a las tropas israelíes de bombardear la carretera principal que une varios campamentos de refugiados en la zona central del enclave “para obstaculizar el acceso de las ambulancias y de la defensa civil a los distintos lugares”.
Los bombardeos israelíes de estos dos meses y medio ya se han cobrado la vida de al menos 20.400 gazatíes (el 70% civiles, incluidos más de 8.000 niños) y han causado más de 54.000 heridos. Además, se estima que bajo los escombros continúan atrapados hasta 7.500 cuerpos.
Fuentes médicas del hospital Mártires de Al Aqsa, de referencia en la zona centro, han indicado que algunos cuerpos de las víctimas llegaron fragmentados como resultado de la artillería y las redadas que tuvieron como objetivo varias casas del campamento.
Pese a la visible emergencia humanitaria que se está viviendo en el territorio, los bombardeos no han cesado en la zona, incluyendo uno en Jan Yunis, en el sur, que ha dejado al menos 22 muertos. De hecho, el director del hospital Nasser, el principal de Jan Yunis, sospecha que algunas heridas críticas provocadas a los civiles podrían estar causadas por “armas prohibidas internacionalmente”.
Los equipos de defensa civil en Gaza también informaron que en el norte, prácticamente arrasado por los combates, hay centenares de cuerpos en descomposición debido a las dificultades para llegar a ellos, especialmente en el campo de refugiados de Yabalia.
