Visión y Opinión
Por Jesús Santander
En el contexto actual de Venezuela, la discusión sobre el Poder Popular se ha vuelto más relevante que nunca. La tesis del Poder Popular real, que promueve una democracia participativa y protagónica, pone al Pueblo en el centro de la toma de decisiones, reconociendo su diversidad, sus raíces culturales y su capacidad para autogestionarse desde lo comunal.
En este año 2025, nos encontramos ante un debate crucial. Por un lado, están quienes apoyamos al Presidente Nicolás Maduro en su empeño por establecer, de una vez por todas, el verdadero Poder Popular en nuestro país. La propuesta de Maduro busca dar voz y poder a las comunidades y comunas, promoviendo soluciones desde dentro de las mismas, en lugar de depender exclusivamente de una élite política desconectada de la realidad del pueblo.
Sin embargo, también hay quienes se oponen a esta visión. Aquellos que defienden la Democracia Representativa tradicional, alejada del verdadero sentido del Poder Popular, parecen ignorar la necesidad de un cambio profundo en la forma en que se ejerce el poder en Venezuela. Es preocupante ver cómo algunos actores políticos utilizan la retórica de la «comuna» como una herramienta para aparentar apoyo, mientras en realidad se mantienen al margen del proceso transformador que propone Maduro.
La verdadera democracia no puede ser solo un concepto vacío; debe materializarse en acciones concretas que empoderen a la ciudadanía. El Poder Popular implica reconocer que el pueblo tiene el derecho y la capacidad de participar activamente en la construcción de su futuro. Esto implica un compromiso real con la autogestión y la corresponsabilidad.
Es vital que aquellos que dicen estar a favor del pueblo se pronuncien claramente y se involucren en este proceso. La ambigüedad y la falta de pronunciamiento solo perpetúan la desconfianza y el estancamiento. En este sentido, invito a todos los sectores de la sociedad a reflexionar sobre su papel en este debate y a considerar cómo pueden contribuir a fortalecer el Poder Popular en Venezuela.
El desafío es grande, pero también lo son las oportunidades. Con el liderazgo de Nicolás Maduro y el compromiso del pueblo, podemos avanzar hacia un modelo donde la democracia sea verdaderamente participativa y donde cada voz cuente. Solo así podremos construir un futuro más justo y equitativo para todos los venezolanos.
En la actualidad, es alarmante observar cómo muchos gobernadores, alcaldes y legisladores se mantienen en una posición ambigua respecto a la propuesta del Presidente Nicolás Maduro sobre el fortalecimiento del Poder Popular. Esta falta de pronunciamiento claro y de acción concreta no solo socava la esencia de la democracia participativa, sino que también pone en riesgo el futuro de las comunidades que necesitan apoyo y recursos para autogestionarse.
La ambigüedad de ciertos líderes políticos puede interpretarse como una falta de compromiso con las necesidades del pueblo. No basta con ser parte del discurso oficial; se requiere un esfuerzo tangible por parte de los funcionarios para ceder competencias y asignar recursos a las comunas y concejos comunales. La verdadera esencia del Poder Popular radica en empoderar a las comunidades para que sean protagonistas de su propio desarrollo, y esto no puede lograrse sin el respaldo decidido de quienes ocupan cargos de poder.
Es inaceptable que algunos políticos continúen ensalzando sus propios egos, llenándose de adulaciones y discursos grandilocuentes, mientras desatienden la voz del pueblo. La política no debe ser un espectáculo donde unos pocos se benefician del poder; debe ser un espacio para la construcción colectiva, donde cada ciudadano tenga la oportunidad de participar activamente en la toma de decisiones que afectan su vida cotidiana. Los verdaderos protagonistas son las comunidades y los ciudadanos organizados, quienes tienen el conocimiento y la experiencia para identificar sus propias necesidades y proponer soluciones efectivas.
Es fundamental que aquellos gobernadores, alcaldes y legisladores que no estén dispuestos a apoyar el fortalecimiento del Poder Popular se aparten y den paso a nuevos líderes comprometidos con esta causa. Es hora de que el liderazgo político reconozca su papel como facilitador y no como dueño del poder. La historia nos ha demostrado que cuando el pueblo se organiza y tiene acceso a los recursos necesarios, puede generar cambios significativos en su entorno.
El llamado es claro: debemos exigir a nuestros líderes un compromiso real con el Poder Popular. No podemos permitir que la ambigüedad y la falta de acción prevalezcan en un momento tan crucial para el país. El futuro de Venezuela depende de nuestra capacidad para construir un sistema donde la voz del pueblo sea escuchada y respetada, donde las comunas sean verdaderamente empoderadas, y donde cada ciudadano tenga la oportunidad de participar activamente en la construcción de su propio destino.
El tiempo de las palabras vacías ha pasado. Es momento de actuar, de fortalecer el Poder Popular desde las bases, y de dar espacio a quienes realmente están dispuestos a llevar adelante esta transformación. La historia está en nuestras manos, y es hora de que tomemos el control.
Comuna o Nada
@jesussantanderL