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Durante una trayectoria política de cinco décadas, Biden entabló largas relaciones personales con muchos líderes extranjeros que ninguno de sus posibles sucesores en la candidatura demócrata puede igualar. Tras su anuncio llegaron mensajes de apoyo y gratitud por sus años de servicio procedentes de vecinos cercanos y lugares lejanos.
El alcance de los desafíos de política exterior que esperan al siguiente presidente de Estados Unidos deja claro el efecto para el resto del planeta de los acontecimientos en Washington. A continuación, un repaso a algunos de ellos.
ISRAEL
La vicepresidenta, Kamala Harris, se plantea como un posible reemplazo para Biden, y los israelíes trataban de determinar el domingo lo que podría suponer su candidatura para su país, que enfrenta un creciente aislamiento global spor su campaña militar contra Hamás.
El diario izquierdista israelí Haaretz publicó un artículo analizando el historial de Harris de apoyo a Israel y mencionó su reputación de ser la “poli mala” de Biden, que reprendía abiertamente a Israel por su ofensiva en Gaza. En los últimos meses ha ido más lejos que Biden a la hora de pedir un cese el fuego, condenar la invasión israelí de Rafah y expresar su espanto por las muertes de civiles en Gaza.
“Con la marcha de Biden, Israel ha perdido quizá al último presidente sionista”, dijo Alon Pinkas, excónsul general israelí en Nueva York. “Un nuevo candidato demócrata cambiará la dinámica”.
La firme defensa de Israel que hizo Biden tras el ataque de Hamás del 7 de octubre deriva de su medio siglo de apoyo al país como senador, vicepresidente y después presidente. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, dio las gracias a Biden por su “inquebrantable apoyo a Israel durante estos años”.
“Su firme respaldo, especialmente durante la guerra, ha sido de un valor incalculable”, escribió Gallant en la red social X.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, elogió a Biden por ser un “símbolo del lazo irrompible entre nuestros dos pueblos” y “un auténtico aliado del pueblo judío”. En un primer momento no había reacción del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aliado del expresidente Trump y cuyas relaciones antes cordiales con Biden se han visto presionadas durante la guerra entre Israel y Hamás.
UCRANIA
Es probable que cualquier candidato demócrata continúe con el legado de Biden de férreo apoyo militar a ucrania. Pero en Kiev y Europa ha crecido la frustración hacia el gobierno de Biden por el lento ritmo del apoyo de la ayuda estadounidense y las restricciones al empleo de armas occidentales.
“La mayoría de los europeos se dan cuenta de que Ucrania va a ser su carga cada vez más”, dijo Sudha David-Wilp, director de la oficina en Berlín del Fondo German Marshall, un instituto de investigación. “Todo el mundo intenta prepararse para todos los resultados posibles”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo en X que respetaba la “dura pero fuerte decisión” de Biden al retirarse de la campaña, y le dio las gracias por su ayuda “en impedir (que el presidente de Rusia, Vladímir) Putin ocupe nuestro país”.
Trump ha prometido poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania en un día si es elegido, algo que ha planteado temores en Ucrania de que se permita a Rusia quedarse los territorios que ha ocupado.
El elegido como candidato a vicepresidente de Trump, el senador de Ohio JD Vance, es uno de los congresistas que más abiertamente se oponen a la ayuda estadounidense a Ucrania, lo que ha subido más las apuestas para Kiev.
Rusia, por su parte, restó importancia a la campaña estadounidense e insistió en que no importa lo que ocurra, Moscú mantendrá la presión en Ucrania.
“Se ha acabado para Biden”, dijo Dmitry Medvedev, número dos del Consejo de Seguridad de Rusia que preside Putin, en la app de mensajería Telegram. “Los objetivos de la operación militar especial se cumplirán”, añadió, empleando el término del Kremlin para la guerra en Ucrania.
CHINA
En los últimos meses, tanto Biden como Trump han intentado mostrar a los votantes quién puede plantar cara mejor a la creciente fuerza militar y asertividad de China y proteger a los negocios y trabajadores estadounidenses de las importaciones baratas chinas. Biden ha subido los aranceles a los vehículos eléctricos chinos y Trump ha prometido aplicar aranceles del 60% sobre todos los productos chinos.
La doctrina de “Estados Unidos primero” de Trump agravó las tensiones con Beijing. Pero la disputas con el coloso económico y rival geopolítico por guerras, comercio, tecnología y seguridad continuaron durante el mandato de Biden.
La reacción oficial de China a la campaña en Estados Unidos ha sido cauta.
“Las elecciones estadounidenses son política interna estadounidense. No tengo comentarios sobre esto”, dijo la vocera del Ministerio chino de Exteriores Mao Ning.
La agencia oficial de noticias Xinhua trató la historia sobre la decisión de Biden como relativamente menor. Hu Xijin, editor del periódico Global Times, dirigido por el partido en el gobierno, restó importancia al impacto de la retirada de Biden.
“Quien sea el candidato presidencial del Partido Demócrata podría ser igual”, señaló.
IRÁN
Los aliados de Irán en Oriente Próximo están cada vez más implicados en la guerra ente Israel y Hamás, y Estados Unidos enfrenta una región soliviantada.
Los hutíes respaldados por Irán en Yemen golpearon Tel Aviv por primera vez la semana pasada, lo que provocó ataques israelíes de represalia en Yemen, un país devastado por la guerra. Las tensiones acumuladas y los ataques transfronterizos entre la milicia libanesa Hezbollah, que tiene apoyo iraní, y el ejército israelí han avivado el temor a una conflagración regional abierta.
Hamás, que también recibe apoyo de Irán, sigue combatiendo a Israel incluso tras nueve meses de una guerra que ha matado a 38.000 palestinos y desplazado a más del 80% de la población de Gaza.
Estados Unidos y sus aliados han acusado a Irán de expandir su programa nuclear y enriquecer uranio a una nivel sin precedentes del 60%, cerca de la concentración para fines armamentísticos.
Después de que el entonces presidente Trump se retirase en 2018 del emblemático acuerdo nuclear con potencias internacionales, Biden dijo que quería revertir la dura posición contra Irán de su predecesor. Sin embargo, el gobierno de Biden ha mantenido las sanciones económicas contra Irán y liderado un intento infructuoso de renegociar el acuerdo.
La repentina muerte de Ebrahim Raisi, presidente del país y protegido del estricto líder supremo iraní, en un choque de helicóptero catapultó a un reformista a la presidencia de Irán, lo que plantea nuevas oportunidades y riesgos. Masoud Pezeshkian ha dicho que quiere ayudar a Irán a abrirse al mundo, aunque ha mantenido un tono desafiante hacia Estados Unidos.
EUROPA Y LA OTAN
Muchos europeos se alegraron de ver partir a Trump tras sus años de desprecios hacia la Unión Europea y de socavar la OTAN. La actitud aparentemente condescendiente de Trump hacia sus aliados europeos en el debate presidencial del mes pasado no hizo nada por calmar los reparos.
Biden, por otro lado, ha fomentado las relaciones estrechas de Estados Unidos con líderes del bloque.
Esa cercanía se hizo patente tras la decisión de Biden de retirarse de la campaña. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, dijo que su decisión era “probablemente la más difícil en la vida”. El recién nombrado primer ministro británico, Keir Starmer, dijo que respetaba la decisión de Biden “basada en lo que cree va en mejor interés del pueblo estadounidense”.
También hubo una muestra de afecto del primer ministro irlandés, Simon Harris, que describió a Biden como un “estadounidense orgulloso con alma irlandesa”.
En estas elecciones está en juego la cuestión de si la OTAN puede mantener su fuerza en el apoyo a Ucrania y mantener a raya las ambiciones de otros estados autoritarios, según los analistas.
“No quieren ver a Donald Trump como presidente. De modo que hay bastante alivio, pero también bastante nerviosismo” sobre la decisión de Biden de marcharse, dijo Jeremy Shapiro, director de investigación del Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores. “Como muchos en Estados Unidos, pero quizá más aún, en realidad están bastante confusos”.
MÉXICO
La estrecha relación entre México y Estados Unidos se ha visto marcada en los últimos años por los desacuerdos sobre comercio, energía y cambio climático. Desde que el presidente Andrés Manual López Obrador asumió el gobierno en 2018, los dos países han encontrado terreno común en la cuestión de la migración. México ha hecho más difícil para los migrantes atravesar su territorio para llegar a la frontera estadounidense, y Estados Unidos no presiona en otros temas.
El gobierno de López Obrador mantuvo esa política durante el mandato de Trump y el de Biden.
El mandatario mexicano llamó el viernes “amigo” a Trump y dijo que le escribiría para advertirle que no prometa un cierre de la frontera ni culpe a los migrantes de llevar drogas a Estados Unidos.
“Le voy a demostrar que los migrantes no llevan droga a Estados Unidos”, dijo, y afirmó que un cierre de frontera no serviría de nada, además de que “ni se debe, ni se puede”.