La relación entre la Unión Europea y el gas ruso ha terminado. La gasista estatal rusa Gazprom ha cortado en la madrugada del 1 de enero el suministro a los Veintisiete por primera vez en los casi tres años de invasión de Ucrania.
¿Por qué? El gas ruso llegaba a Europa a través de Ucrania. Su presidente, Volodímir Zelenski, se negó a renovar el contrato con Gazprom, que venció este martes 31 de diciembre.
El acuerdo fue sellado a finales de 2019, más de dos años antes de que Rusia invadiera el país.
¿Qué supone esto para los Veintisiete? En realidad, la UE puede vivir sin gas ruso, y de hecho cuando empezó la invasión el flujo se redujo drásticamente (pasó de 150 millardos de metros cúbicos al año a 15).
Pero hay países que lamentan la situación… Se trata de Hungría y Eslovaquia, los dos países con gobiernos prorrusos donde terminaba el grueso del suministro y que no pueden importar el gas natural licuado por no tener acceso directo al mar.
Otro de los grandes afectados es Transnistria, la región separatista prorrusa de Moldavia, que depende totalmente del gas enviado por el gigante Gazprom.