Tras décadas de mantenerse al margen de la política, Bill Gates, una de las personas más ricas del mundo, ha dicho en privado que recientemente donó unos 50 millones de dólares a una organización sin fines de lucro que apoya la candidatura presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris, según tres personas informadas sobre el asunto.
La donación debía permanecer en secreto. Gates, uno de los fundadores de Microsoft, no ha apoyado públicamente a Harris, y su donación representaría un cambio significativo en la estrategia que anteriormente lo ha mantenido alejado de regalos como este.
En llamadas privadas realizadas este año a amigos y otras personas, Gates ha expresado su preocupación por cómo sería una segunda presidencia de Donald Trump, según una persona informada sobre lo que piensa Gates, aunque ha subrayado que podría trabajar con cualquiera de los dos candidatos. Gates no tiene una relación profunda con Harris, pero ha celebrado el trabajo del gobierno Biden-Harris sobre el cambio climático. La organización filantrópica de Gates, la Fundación Bill y Melinda Gates, está muy preocupada por los posibles recortes a los programas de planificación familiar y salud mundial si Trump resulta electo, según dos personas cercanas a la institución.
Gates ha dicho que hizo su donación a Future Forward, el principal grupo externo de recaudación de fondos que apoya a Harris, según las personas informadas del asunto. Gates ha hablado de su donación a favor de Harris con sus colegas, incluido Mike Bloomberg, exalcalde de Nueva York y uno de los principales partidarios de Future Forward, quien ha considerado la posibilidad de hacer una donación de una cuantía similar, dijeron dos de las personas informadas. La donación de Gates se destinó específicamente a la rama sin fines de lucro de Future Forward, Future Forward USA Action, que, como organización 501(c)(4) de “dinero oscuro”, no revela sus donantes, según las personas informadas. Por tanto, cualquier contribución de Gates nunca aparecerá en ningún registro público.
En una declaración en respuesta a esta información, Gates no se refirió explícitamente a la donación ni ofreció su apoyo a Harris en la contienda electoral. Hizo hincapié en su bipartidismo, pero también dijo que “estas elecciones son diferentes”.
“Apoyo a los candidatos que demuestran un claro compromiso con mejorar la atención médica, la reducción de la pobreza y la lucha contra el cambio climático en EE. UU. y en todo el mundo”, declaró a The New York Times. “Tengo un largo historial de colaboración con líderes de todo el espectro político, pero estas elecciones son diferentes, con una importancia sin precedentes para los estadounidenses y las personas más vulnerables de todo el mundo”.
Un portavoz de Bloomberg declinó hacer comentarios. Future Forward tampoco quiso hacer comentarios.
Bloomberg y Gates son amigos desde hace mucho tiempo, a quienes los une la filantropía y los temas de la salud pública y el cambio climático. Gates, con un patrimonio neto estimado en 162.000 millones de dólares, ha sido animado durante mucho tiempo por amigos y donantes demócratas a implicarse para derrotar a Trump, pero siempre se ha resistido, según dos personas con conocimiento de las actividades de Gates.
Al igual que su exesposa, Melinda French Gates, Bill Gates ha intentado durante mucho tiempo mantenerse por encima de la política, para poder tener credibilidad ante el público y los gobiernos demócratas y republicanos, especialmente ante quienes trabajan en el mundo del desarrollo.
“Elijo no participar en grandes donaciones políticas”, dijo Gates a finales de 2019. “Hay veces en que puede resultar tentador y hay personas que eligen hacerlo, pero yo simplemente no quiero agarrar ese gigantesco megáfono”.
La implicación de Gates sorprende a los antiguos ejecutivos de la Fundación Gates. El multimillonario dijo a un entrevistador, tras la entrada de Harris en la carrera presidencial este verano, que “se podría predecir” a quién apoyaría en las elecciones, pero que él no era “un influyente político”.
“No le digo a otras personas cómo votar porque estoy muy asociado a la fundación que trabaja con cualquier gobierno”, dijo. “Creo que es estupendo tener a alguien más joven que pueda pensar en cosas como la inteligencia artificial y en cómo darle la forma adecuada”.
Dos de los hijos de Gates, Rory y Phoebe Gates, se han involucrado como donantes demócratas y han desempeñado un papel clave a la hora de animar a sus padres a tomarse más en serio las donaciones a la política, afirman tres personas con conocimiento del asunto. Ambos están entre los 20 y 25 años, y los millones de dólares que aportan juntos proceden en gran parte de sus padres.
French Gates también se ha volcado en las donaciones políticas este ciclo, extendiendo también un cheque a la organización sin fines de lucro Future Forward.
Future Forward ha sido la punta de lanza del bombardeo publicitario contra Trump este otoño. La donación de Gates podría, incluso en una fase avanzada de las elecciones, ayudar a financiar anuncios contra Trump. La rama sin fines de lucro se enfrenta a algunas restricciones en cuanto a la cantidad de dinero que puede gastar en mensajes explícitamente anti-Trump, pero ha donado más de 170 millones de dólares al súper PAC Future Forward, que no se enfrenta a tales limitantes.
Donar a un grupo de “dinero oscuro” ofrece cierta protección: a algunos donantes adinerados que apoyan a Harris los pone nerviosos ser identificados públicamente con esa campaña por miedo a que Trump busque venganza después de noviembre. Trump ha amenazado con perseguir a los partidarios de Harris, incluidos sus mayores donantes.
Gates es una de las personas más vigiladas en el mundo de la filantropía, con una red de donantes ricos que le respetan enormemente. Muchas de esas personas forman parte de la comunidad Giving Pledge, un grupo de multimillonarios organizado por Gates y French Gates que prometen donar al menos la mitad de su patrimonio a causas benéficas. Está previsto que Gates se reúna con algunos miembros del grupo Giving Pledge y otros filántropos centrados en la salud a principios de diciembre, justo después de las elecciones, en Palm Springs, California, según dos personas informadas sobre el programa.