La reforestación planificada es imperante ante la ola incendios que han sufrido varios cerros y zonas boscosas del Carabobo, según consideró Jacobo Vidarte, experto en salvamento y rescate.
“De acuerdo al Global Forest Watch, el sensor MODIS de la NASA detectó entre enero y febrero de 2024, más de nueve mil puntos de incendios en Venezuela”, comentó Vidarte un una publicación en su cuenta oficial de Instagram, detallando que se trata del registro más alto que ha monitoreado el observador desde su creación principios de la década del 2000.
“En resumen, han registrado en el primer trimestre de 2024 más de 11 mil incendios de vegetación y forestales en Venezuela”, añadió.
En las últimas semanas cerros como El Casupo (Valencia) El Café y El Volcán (Naguanagua), Kairoi y (San Diego) han sufrido los embates de las llamas en las ultimas semanas.
Vidarte aseguró que el 99% de los incendios en el país es oroginado por el ser humano. “Son a causa del hombre o la mala intención de personas que se dedican a provocar cualquier tipo de fogatas por la presencia de un período seco estacionario de diciembre a mayo”, precisó.
Agregó que el fenómeno tiene impactos siginificativos para la fauna y el medio ambiente, como el deshielo de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar, cambios en los patrones climáticos y eventos meteorológicos extremos. “En los ultimos meses han aparecido ciertas especies urbanas como el venado, puerco el espín y reptiles”.
Temporada de lluvia puede facilitar la reforestación
El rescatista destacó la importancia en tomar cartas en el asunto para revertir las consecuencias de los incendios lo anta posible, insistiendo que la reforestación planificada, aprovechando la proximidad de la temporada de lluvia, es la vía más sensata.
“Para mayo estará iniciando en nuestra zona norte venezolana la temporada de lluvias. No deja de ser una ocasión perfecta para iniciar una reforestación”, recalcó.
Indicó que es necesaria el asesoriamiento de especialistas en cuánto al tipo de planta según el espacio, la distancia entre una y otra, la profundidad de colocación, el sistema de seguimiento, entre otros aspectos que determinarán jornadas exitosas.
“Sería entonces en este mismo momento que deberíamos iniciar la planificación, tomando en cuenta dónde se realizará la siembra, evaluando fortalezas y posibles eventos a futuro que pueda ocasionar la especie como el tamaño, las raíces, y las líneas eléctricas”.
Incendios forestales incrementan riesgo de inundaciones
Por su parte, la bióloga y especialista en materia ambiental, Esmeralda Mujica, explicó que tras los incendios las propanilidades de que se generen inindaciones en la temporada de lluvia sin mayores.
En una entrevista concedida a El Carabobeño, la experta advirtió que al no haber vegetación que sostengan el agua o apacigüe el impacto de las gotas, por el desgaste del suelo, el riesgo de inundaciones se incrementa.
“Uno de los impactos más grandes que tendremos, aunque no se quiera y no se crea, es que habrá una cantidad de sedimentos que va a llegar a las quebradas y que, si no se toman medidas, tendremos como resultado inundación o hasta un deslave en diferentes magnitudes, porque la vegetación pues cumple una función, la naturaleza es sabia”, dijo.
Mujica precisó que entre las repercusiones de este posible escenerio se encuentra la huida de aves y mamíferos que pueden caminar rápidamente, por lo que los bosques secos tendrán una biodiversidad más frágil y en peligro de extinción.
“En esta época ya empiezan las aves a poner sus huevos porque se acerca dentro de mes y medio más o menos la temporada de lluvia y con los incendios se pierden muchos organismos, desde insectos hasta lagartijas y serpientes: todo lo que es importante para los ecosistemas”, añadió.
