Claudia Sheinbaum asumirá el cargo el martes para convertirse en la primera mujer y la primera persona judía en liderar a México en dos siglos de historia independiente de México.
Sheinbaum, otrora jefa de gobierno de Ciudad de México y científica ambiental, ganó con una aplastante victoria en las elecciones generales de junio y será sucesora de su mentor, Andrés Manuel López Obrador, como presidenta del mayor país de habla hispana y el principal socio comercial de Estados Unidos.
Sheinbaum, de izquierda, hizo campaña con la promesa de continuar el legado de su antecesor y su victoria fue considerada por muchos como un claro voto de confianza a López Obrador y a Morena, el partido que fundó.
En México, un país inmerso en el machismo y en donde siete de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de violencia, la toma de posesión de Sheinbaum es un hito y muchos lo consideran símbolo del empoderamiento de las mujeres.
Pero también asume el mando de un país con el mayor déficit presupuestal en décadas, una crisis de seguridad que se agudiza y un partido gobernante cada vez más poderoso que ha tomado medidas para rehacer profundamente el sistema judicial y otros aspectos de la vida pública a través de una serie de enmiendas constitucionales propuestas por López Obrador.
Esto es lo que hay que saber sobre la nueva presidenta de México.
¿Quién es Claudia Sheinbaum?
La lista de logros de Sheinbaum es larga: cuenta con un doctorado en ingeniería energética, participó en un grupo de científicos del clima de las Naciones Unidas que recibió el Premio Nobel de la Paz y gobernó la capital, una de las ciudades más grandes del hemisferio.
Sheinbaum, de 62 años, se define a sí misma como “obsesiva” y “disciplinada”. Sus colaboradores la describen como una jefa dura de mecha corta, que inspira tanto temor como adoración: alguien que se siente más cómoda haciendo las cosas en silencio que promoviéndose a sí misma o sus logros.
Para mucha gente, es percibida como una política sin emociones, casi distante, lo opuesto a López Obrador, quien fundó y construyó Morena alrededor de su gran personalidad e innegable carisma.
Sheinbaum, descendiente de judíos askenazí y sefardíes que emigraron a México en el siglo XX, también es la primera presidenta judía del país, un momento decisivo para algunos y un detalle trivial para otros, que rara vez la han escuchado hablar de su herencia.
Los analistas dicen que el gobierno de Sheinbaum intentará mezclar su enfoque tecnocrático y pragmático de gobierno con la retórica populista de López Obrador. En ocasiones se distanció de las políticas de él. Durante la pandemia se abocó a realizar pruebas de diagnóstico de manera agresiva mientras que él se encomendó a amuletos de buena suerte. Al enfrentar la delincuencia, Sheinbaum invirtió en inteligencia y en la policía mientras que él se apoyó en el ejército.
Pero durante la campaña respaldó muchas de las políticas más contenciosas de López Obrador, entre ellas una serie de cambios constitucionales que según los críticos socavarán gravemente el sistema de controles y equilibrios democráticos. Como resultado, la nueva presidenta ha tenido que luchar contra la percepción que tienen algunos mexicanos de que será poco más que un peón de su mentor.
Según ella misma ha asegurado, Sheinbaum representa un nuevo rumbo para México pero sigue fiel a los valores de López Obrador y del partido gobernante de Morena.
“Es cambio porque pues soy una persona distinta, porque soy mujer, porque nací en la Ciudad de México, porque soy científica”, dijo Sheinbaum en un videomensaje reciente. “Pero no hay cambio en los principios”.
¿Qué desafíos enfrentará Claudia Sheinbaum?
Sheinbaum se enfrentará a la presión de mostrar avances en la lucha contra los cada vez más poderosos cárteles de la droga, que mantienen su dominio sobre grandes franjas de México. Mientras que los homicidios disminuyeron modestamente durante la gestión de López Obrador, los informes de extorsión y desapariciones se han disparado desde 2018. Los homicidios, incluidas algunas rachas de asesinatos en masa, todavía están cerca de los niveles más altos registrados. Y regiones antes pacíficas, como el estado sureño de Chiapas, han sido testigos de desplazamientos masivos causados por la invasión del crimen organizado.
En semanas recientes, la violencia entre facciones enfrentadas del Cártel de Sinaloa ha ocasionado un aumento en las muertes y secuestros en el noroeste de México, paralizando la vida de la gente en ciudades como Culiacán.
Sheinbaum tendrá poco margen de maniobra financiera para cumplir sus promesas de campaña. El déficit presupuestario de México se acerca al 6 por ciento del producto interior bruto, el mayor déficit de los últimos 24 años. Pemex, el gigante petrolero controlado por el Estado, es ahora la empresa petrolera más endeudada del mundo, lo que requiere rescates multimillonarios.
Además, según los expertos, a Sheinbaum le tocará lidiar con las consecuencias de las modificaciones constitucionales que López Obrador impulsó en las últimas semanas de su gobierno. Los críticos advierten que una de ellas, según la cual miles de jueces serán elegidos por votación popular a partir del próximo año, podría erosionar la independencia judicial.
¿Cuáles son los planes de Claudia Sheinbaum?
Además de continuar los proyectos de infraestructura de López Obrador y mantener sus populares programas contra la pobreza, incluido un aumento anual del salario mínimo, Sheinbaum llega al cargo con sus propios planes.
Ha anunciado que todas las mujeres de 60 a 64 años recibirán un pago en efectivo; actualmente las pensiones para la tercera edad se otorgan a las personas de 65 años y más. Ha dicho que la mayoría de los niños recibirán una beca por seguir en la escuela, lo que ampliaría un programa social ya existente. Y, a partir del próximo año, dijo, 20.000 médicos y enfermeras empezarán a visitar los hogares de los mexicanos de mayor edad, un esfuerzo por revertir la gran caída en el acceso a la salud pública de los últimos años.
A diferencia de su antecesor, Sheinbaum también busca ampliar la infraestructura de energías renovables y aumentar el empleo de tecnologías limpias. Al mismo tiempo, ha prometido rescatar la petrolera estatal, sumida en deudas masivas, y respaldar una costosa refinería de petróleo de 16.000 millones de dólares que está lejos de estar completamente operativa.
Luego está el asunto de la seguridad. Sheinbaum ha señalado que permitirá que las fuerzas armadas conserven el poder que López Obrador les otorgó durante su gobierno. Pero también planea crear una nueva agencia de inteligencia, con capacidad para investigar casos penales, y replicar el enfoque de ley y orden que adoptó en la Ciudad de México.
También ha anunciado otras dos innovaciones, que tanto críticos como seguidores han elogiado: convertir en secretarías el instituto nacional de las mujeres y la agencia encargada de la ciencia.
¿Cómo será la relación de Claudia Sheinbaum con EE. UU.?
La verdadera prueba de fuego para el liderazgo de Sheinbaum podría llegar a finales de este año, una vez que se conozca el resultado de las elecciones presidenciales en EE. UU.
Una victoria de la vicepresidenta Kamala Harris representaría probablemente una ampliación de la relación del gobierno de Joe Biden con México, que se ha caracterizado por una cooperación tensa pero sostenida para reforzar la aplicación de las leyes de inmigración, luchar contra el narcotráfico y frenar el flujo de armas estadounidenses que impulsan el derramamiento de sangre al sur de la frontera. Algunos funcionarios estadounidenses han dicho en privado que creen que la coordinación en materia de seguridad podría mejorar con Sheinbaum.
Pero un segundo mandato del expresidente Donald Trump podría agravar las tensiones entre ambos países. Trump ha amenazado con imponer aranceles si gana las elecciones. Y ha propuesto utilizar la fuerza militar de EE. UU. contra los cárteles de la droga en suelo mexicano, sin el consentimiento del gobierno de México.
Los planes corren el riesgo de fracturar la relación de Estados Unidos con el gobierno de Sheinbaum y recortar otros tipos de cooperación. Aún así, Sheinbaum y miembros de su equipo han declarado a The New York Times que están dispuestos a trabajar con cualquier candidato que gane las elecciones de EE. UU.
¿Qué significa para México tener una presidenta?
La victoria de Sheinbaum ha dado esperanzas a muchas mujeres mexicanas, pero también ha desilusionado a otras que dicen que sus declaraciones feministas contrastan con su promesa de proteger la visión de su predecesor.
Aunque López Obrador acogió la paridad de género y los derechos de las mujeres —su gabinete tenía más mujeres que ningún otro anterior—, a menudo desestimó los niveles récord de violencia contra las mujeres. También se burló de las activistas por los derechos de la mujer, a las que acusó de estar manipuladas por los grupos conservadores de México y de oponerse a su programa de transformación.
Como jefa de gobierno de la capital, Sheinbaum apoyó la creación de una fiscalía especializada para investigar los feminicidios. Sus programas ayudaron a reducir las muertes violentas de mujeres en 34 por ciento.
Pero también ha calificado de “provocaciones” las manifestaciones en pro de los derechos de las mujeres cuando protestaron contra la violación de una menor a manos de oficiales de policía. Las manifestantes fueron recibidas con uso excesivo de la fuerza por las autoridades bajo su mando, según un reporte de Amnistía Internacional.