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Por LEÓN FELIPE GIRÓN undefined
VILLEPINTE, Francia (AP) — Fátima Herrera subió el jueves al cuadrilátero de la Arena París Norte con una ilusión y salió del ring con varias lecciones sobre ella misma y la competencia olímpica. Con tan sólo 22 años, la mexicana está segura que el esfuerzo y el sacrificio no fueron en vano.
“Se gana o se aprende, y en esta competencia gané más al aprender de mis errores”, afirmó.
Sí, las esperanzas de Herrera de convertirse en la primera mujer en darle una medalla en boxeo a Mëxico se disiparon después de caer 5-0 ante la turca Buse Naz Cakirogl, subcampeona olímpica en Tokio. Pero, si se busca en los lugares correctos, siempre hay un aprendizaje,
“No hay rival invencible ni rival pequeño, esta competencia me ayudó mucho (a entender) eso”, declaró la mexicana. “En el boxeo femenino hay que seguir trabajando para que en algún momento se logre una medalla olímpica”.
Sobre el ring de los suburbios del norte de la capital francesa, fue Herrera la que trabajó, fue hacia el frente y buscó la pelea, pero la experiencia de la turca de 28 años y campeona europea fue palpable en las tarjetas de los jueces. Herrera no pudo cambiar el resultado, pero sí la percepción que se tenía de ella entre las púgiles del peso mosca femenino.
“Me han reconocido las peleadoras que yo consideraba rivales fuertes, me han dado ese respeto y eso me llena de orgullo”, puntualizó. “Me están dando ese respeto que en su momento no lo tuve, porque me veían como una rival que no tenía nada, que no les causaba un temor, y ahora me ven diferente”.
La misma Herrera siente que esos nueve minutos golpe a golpe con una subcampeona olímpica cambiaron algo dentro de ella.
En lo personal, sí, me siento satisfecha. El simple hecho de ganar una pelea fue muy importante, porque no cualquiera lo hace, muchas se quedaron en la primera”, indicó. “Esto me hace sentirme orgullosa, creo que me quedé a nada de estar en unos cuartos de final”.
Ahora, Herrera tiene planeado tomar el siguiente ciclo olímpico con mayor determinación. Después de no poder participar en justas regionales como los Juegos Centroamericanos o Juegos Panamericanos, la oriunda de San Luis Potosí, en el centro norte del país, ahora cuenta con más herramientas para enfrentar el desafío.
“Esto me ha ayudado a impulsarme de una forma diferente, a ver las cosas diferente”, dijo, visiblemente agotada. “Creo que esto no termina para mí porque voy a seguir preparándome. Esto me dio este plus, este extra para decir, me espero cuatro años más para mi siguiente ciclo olímpico”.