El Partido Socialista Obrero Español (PSOE, el partido de Sánchez) recibió una paliza en las elecciones locales y regionales de mayo, cuando el conservador Partido Popular derrotó a los alcaldes y jefes regionales de izquierda en comicios en todo el país.
La situación en Barcelona, sin embargo, fue diferente. Un partido a favor de que la región de Cataluña se separe del resto de España obtuvo la mayoría de los votos por un margen estrecho sobre los socialistas. Eso dejó al Partido Popular, que obtuvo malos resultados en Barcelona, con el dilema de dejar que los separatistas gobernaran la capital catalana o ayudar a los socialistas, el principal oponente del PP a nivel nacional.
Xavier Trias, del partido independentista Juntos por Cataluña, dijo que llegó a la votación de investidura del sábado creyendo que tenía el apoyo necesario gracias a un acuerdo alcanzado con otro partido separatista.
Sin embargo, la aparente decisión de último momento del Partido Popular de apoyar a Jaume Collboni puso a los socialistas al frente de la segunda ciudad más grande de España por primera vez en 12 años.
El socialista Jaume Collboni ha sido investido este sábado alcalde de Barcelona tras haber recibido 23 votos, incluyendo los del PP y de última hora del partido de la exalcaldesa Ada Colau.
La victoria de los socialistas en Barcelona se produce en medio de una ola de victorias del Partido Popular en muchas partes de España, a menudo gracias al apoyo brindado por el partido de extrema derecha Vox.
Sánchez respondió a la paliza electoral que recibió su partido en mayo llamando de inmediato a elecciones nacionales para el 23 de julio.
