La leyenda piaroa cuenta que el Autana es el árbol de la vida; aquí comenzó todo. Las primeras plantas, animales, hombres, ríos, peces, flores, aves y la suma de cuanto existe, nacieron en este macizo. Ahora solo podemos ver parte del tronco, porque el árbol cayó hace mucho tiempo en una de esas guerras entre el bien y el mal, protagonizada por los dioses piaroas enfurecidos. Las ramas del follaje caído dieron origen a las serranías del estado Amazonas, y su tronco se yergue imperturbable como un altar que recuerda a la etnia piaroa, ese origen de la vida.
Todo viaje al Autana comienza en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, donde se toma un carro para hacer un recorrido corto y muy interesante hacia el puerto de Samariapo. Este es el último lugar terrestre al cual se puede acceder, para luego embarcarse en un bongo que los llevara a una aventura de tres días, entre algunos de los ríos más hermosos, serenos y solitarios de nuestra geografía.
El primer día, luego de cinco horas de navegación, se llega a un campamento que está muy cerca de una comunidad indígena. Allí hay unas churuatas cómodas para guindar hamacas, tienen vista sensacional sobre el río, caney con cocina y comedor, además de unos baños a un costado. Uno cena y duerme en el campamento. Al día siguiente, después del desayuno, uno vuelve al bongo para remontar el río Autana durante unas cuatro horas repletas de tranquilidad. Conocerán el éxtasis de la selva cuando desembarquen en el raudal de Ceguera, uno de los sitios más bellos de Venezuela. En la comunidad de Ceguera acamparán y pasarán una noche con el cielo repleto de estrellas.
Me gusta imaginarme que el nombre de Ceguera se originó por pensar que uno se queda casi ciego, deslumbrado por la espectacular vista que se obtiene desde el borde del río. Pareciera que uno se queda sin palabras observando un valle precioso formado por el río, el cerro Autana, el cerro “Cara de Indio” y el cerro Waharí a un lado. Realmente este es uno de los escenarios naturales venezolanos más bellos que he conocido, en las riberas del río Autana, sobre una laja enorme y fascinante. Contar las estrellas allí de noche es toda una experiencia inolvidable para el alma, y para relajar el cuerpo también.
Al día siguiente, pueden subir al cerro Waharí para obtener la más cercana y mejor vista posible sobre el Autana. Después de acercarse en una lancha por unos minutos, toma aproximadamente una hora y cuarenta minutos la caminata entre la selva al principio, y con pendientes fuertes hasta el final de esa excursión. Al llegar a la cumbre del Waharí, la vista resulta realmente sensacional; uno siente que se ahoga de felicidad en ese aire purismo que envuelve al cerro Autana. Imposible no sentirse emocionado en esta cima, besando el alma del árbol de la vida y observando cómo la energía del infinito penetra en lo más profundo de nuestro ser.
Abrazar el cerro Autana desde ese punto se convierte pronto en un recuerdo único e inolvidable. Decídase usted también y planifique su excursión al cerro Autana, apenas esta vida tan bella le ofrezca la primera oportunidad.
COMO LLEGAR:
Ya Conviasa está volando semanalmente desde Maiquetía hasta Puerto Ayacucho, en unos aviones muy cómodos. Eso cambió la vida de la ciudad, y abre las puertas al turismo de nuevo. Pregunte a su agencia de viajes. Por tierra, si lleva bastantes bidones de gasolina, pueden recorrer los llanos de Apure y cruzar la chalana en el río Orinoco, para luego llegar a Puerto Ayacucho. El paisaje es hermoso. Desde Puerto Ayacucho, su guía le llevará a Samariapo por tierra, y luego en bongo durante dos días hasta el raudal de Ceguera.
DONDE ALOJARSE:
En los campamentos muy bien organizados con unas churuatas grandes, donde se guindan hamacas con sus mosquiteros para dormir cómodamente.
DONDE COMER:
DONDE RESERVAR:
Elio Mayaure @emayuare es uno de los mejores guías en el estado Amazonas. Organiza toda la logística, sin que usted se tenga que preocupar de nada, sino de disfrutar los paisajes. Trabaja con la agencia de viajes Ika Viajes de Puerto Ayacucho. Escríbale a Elio de mi parte.
NO OLVIDES:
Llevar ropa fresca y manga larga, para defenderse de los puri-puris que les picarán sin compasión. Mucho repelente del bueno y protector solar. Además, lleven una linterna y un sombrero. Botas para caminar, y zapatos de agua para bañarse en el río. No lleven ropa de playa, porque con ellas en la selva quedan desprotegidos.
@montenegroalvaro
